El deporte, modelo del trabajo en equipo
Las disciplinas deportivas son un claro ejemplo de las ventajas y características de la interacción grupal en las organizaciones.
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Uno de los desafíos de fines de esta década descansará en la facultad que posean las organizaciones para consolidar genuinos equipos de trabajo. Nuevos escenarios con fuertes inclinaciones hacia el cambio requerirán de un alto entrenamiento y desarrollo de habilidades que contribuyan a profesionalizar y generar el trabajo colectivo.
En la práctica, formar genuinos equipos es una tarea muy dificultosa.
Un equipo se constituye a partir de la necesidad de alcanzar una meta u objetivo, en un tiempo determinado en el que cada integrante debe desarrollar en forma óptima todas sus competencias. Cada integrante debe, además, cooperar con sus pares para favorecer el logro de todos los propósitos del equipo.
El deporte como disciplina es un excelente ejemplo para resaltar estos temas. Un jugador de fútbol, por ejemplo, se entrena diariamente para alcanzar su mejor desempeño, pero en el juego propiamente dicho requiere del complemento de sus compañeros para que su equipo logre un resultado favorable.
Los jugadores profesionales día a día reciben un fuerte entrenamiento físico y táctico y concentran juntos, para producir su mejor estado de perfeccionamiento cuando se enfrentan con su rival.
Es en la cancha donde cada equipo sale a ganar con una estrategia determinada; el objetivo principal es tener la pelota el mayor tiempo posible, sorprender a su rival y definir, ni antes ni después, sólo en el momento oportuno.
Interacción permanente
Desde esta óptica, el trabajo en equipo no constituye la suma de producciones individuales, sino la interacción permanente de sus integrantes. No se trata de manifestar las habilidades en forma individual, sino en función del equipo, para generar un efecto permanente de complemento.
Esto implica, además, que cada integrante perciba la importancia de constituirse como un recurso polifuncional dentro de su equipo, característica que requiere un constante entrenamiento y capacitación de los distintos papeles que desempeña cada integrante.
Así sucede en el fútbol, cuando ante la suspensión o lesión de un jugador, es común observar el cambio de papeles: el delantero pasa a defender o viceversa y cambia inmediatamente la funcionalidad del equipo.
Por eso, es menester que cada integrante desarrolle una evaluación objetiva de sí mismo, incremente su nivel de autocrítica y su interés por el aprendizaje.
La disposición hacia un entrenamiento intenso y la evaluación individual y colectiva favorecerán a un mejor desempeño del equipo.
Constituir genuinos equipos es una tarea compleja. Sin embargo, la presencia de un buen director o líder muestran resultados más favorables.
Mejor rendimiento
¿Qué modalidad se deberá implementar para formar un verdadero equipo?
Seguramente se debe buscar al más apto para cada puesto; sin embargo, esto no garantiza la constitución de un equipo de trabajo ganador.
Los equipos que han alcanzado el éxito en el fútbol siempre han tenido como soporte técnico un líder fuera de los límites de la cancha, y otro dentro, que los lleva a consumar sus objetivos.
Por lo general, estos líderes tienen la capacidad de lograr que cada jugador alcance su mejor rendimiento y se complemente con sus pares.
A partir de aquí, otra es la visión y otra la importancia que recobra el poder contar con personas que salgan de sus despachos, acompañen al equipo que dirigen, lo defiendan, fomenten sentimientos de pertenencia, y les enseñen que no hay un jugador estrella que se lleva la gloria del gol, sino un equipo que hace goles en beneficio de todos.
Directora de la División Selección y Búsquedas de BC & Asociados
La importancia del líder
La presencia de un verdadero guía es una de las claves básicas para consolidar la existencia de un equipo y facilitar su trabajo.
Su función debe orientarse a:
- Conocer y entrenar a los integrantes de su equipo.
- Implementar estrategias y coordinar su gestión.
- Estimular la innovación y facilitar un lenguaje común.
- Instaurar la pasión por el trabajo en su gente.
- Motivar la aparición y ejercitación del papel de líder entre los integrantes de su equipo.
- Relativizar sus verdades y manifestar permanentemente una actitud flexible.
- Compartir sus conocimientos y toda la información disponible para la realización de las funciones.





