La economía creció 5,2% en 2022, pero cayó en el último trimestre
Entre octubre y diciembre pasado, la actividad tuvo un retroceso de 1,5% y confirma la tendencia hacia la desaceleración que pronostican los economistas; agricultura, ganadería, caza y silvicultura, el sector más afectado
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El Producto Bruto Interno (PBI) creció 1,9% interanual en el último trimestre de 2022 y cerró el año con un avance del 5,2%. Sin embargo, en la medición desestacionalizada cayó 1,5% respecto del trimestre anterior. Con estos números, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) deja entrever la tendencia hacia la desaceleración de la actividad económica que pronostican los especialistas tras la crisis cambiaria que se desató en julio pasado, luego de la renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán.
De acuerdo con el “Informe de avance del nivel de actividad” dado a conocer por el organismo estadístico oficial, el dato desestacionalizado del último trimestre de 2022, con respecto al trimestre anterior, “tiene un descenso de 1,5%, mientras que la tendencia-ciclo muestra una variación negativa de 1,1%”.
Asimismo, el Indec señaló que, en cuanto a la variación interanual del trimestre, en “la demanda global se observó un incremento de 0,1% en la formación bruta de capital fijo y el consumo privado creció 5,1%, las exportaciones de bienes y servicios reales registraron un aumento de 8,6% y el consumo público descendió 2,1%”.
En cuanto a los datos desestacionalizados, “las importaciones cayeron 8,6%, el consumo privado registró un descenso de 1,5%, el consumo público bajó 0,3%, las exportaciones subieron 8,7% y la formación bruta de capital fijo tuvo una caída de 7,2%”, agregaron.
Por el lado de los sectores de actividad, en la medición interanual se destacaron los incrementos en Hoteles y restaurantes (20%), hogares privados con servicio doméstico (13%) y explotación de minas y canteras (11%), mientras que, como contracara, sobresalieron el sector agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que descendió 10,3% en el cuarto trimestre con respecto a igual lapso del año anterior, el sector pesca, que tuvo una caída de 9,9%, e intermediación financiera, que desaceleró 2,4%.
María Castiglioni, directora de C&T Asesores Económicos, expresó que los datos oficiales difundidos esta tarde confirmaron las previsiones del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). “La tendencia confirma que la foto fue buena porque la economía de 2022 creció al ritmo del 5,2% del PBI, pero que la película es mala, debido a la caída de la inversión y el consumo privado, lo que deja un piso negativo para el arrastre de este año, que además va a estar atravesado por el desafío de la falta de dólares, que genera limitación a las importaciones, y una caída de la actividad del sector agropecuario muy fuerte, que tiene un efecto directo e indirecto”, analizó.
“Estimamos que la caída de la actividad económica en 2023 será por arriba de dos puntos del PBI”, precisó Castiglioni. Y agregó: “Una caída que ya se ve reflejada en el sector agropecuario, el comercio mayorista y minorista, y de transporte, que anticipa que este año probablemente la economía termine en recesión, con un número negativo de actividad, a pesar de los pronósticos del Gobierno”.
Por su parte, Santiago Manoukian, jefe de Research de Ecolatina, explicó los números relativos con los que cerró 2022, a partir de tres factores: “Primero, el impacto de la aceleración inflacionaria sobre el salario real, que limitó la expansión del consumo privado particularmente. Segundo, el efecto de las retenciones a las importaciones, que acortaron la expansión potencial del mercado interno por falta de insumos y bienes finales para sectores clave como la industria. Y tercero, [la aplicación de] una política fiscal y monetaria más contractiva por parte del Gobierno, en el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”.
Según el economista, para hacer el balance de la actividad económica del último año, se deben tener en cuenta “las medidas económicas tomadas para recrear la calma financiera cambiaria, tras la fuerte aceleración inflacionaria que tuvimos en julio”. Dijo: “Este ordenamiento que intentó llevar adelante [el ministro de Economía Sergio] Massa, a fin de cuidar las reservas, tuvo al mismo tiempo efectos colaterales, que afectaron la actividad en la última parte del año pasado, que explican esa caída de 1,5% ajustada por estacionalidad”.
En cuanto a las proyecciones para 2023, Manoukian opinó: “Se perfila como un año estanflacionario. Estamos terminando de evaluar el impacto que va a tener la abrupta y dramática caída de la cosecha agrícola, no solo por sus consecuencias directas en la propia actividad y las conexas, sino porque es el principal sector que provee divisas para financiar importaciones de otros sectores”.
“Además, vamos a traer un arrastre estadístico negativo desde el año pasado. Incluso si la actividad económica se mantuviera en los mismos niveles que el último trimestre de 2022, si no creciera en absoluto, la actividad caería igual por ese arrastre. A lo que hay que sumar el impacto de la caída de la cosecha, por ejemplo, en soja y maíz, que ya quita alrededor de dos puntos del PBI por impacto indirecto”, concluyó el economista.
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