
¿La protección genera mayores o menores salarios?
El hallazgo de una tesis de José Luis Espert sorprende, y tiene implicancias de política económica
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En la Argentina los mayores niveles de aranceles a la importación están relacionados con menores niveles de salarios reales. Tal el principal hallazgo resultante de un minucioso estudio econométrico realizado por José Luis Espert, por el cual en 2020 obtuvo su título de doctor por la Ucema. Nadie puede creer que el actual diputado presionó al Banco Central (BCRA) para que modificara el período elegible para competir por el premio Raúl Prebisch, galardón que obtuvo. Resulta lamentable que el interés periodístico se haya agotado en si Espert “endogeneizó” en su favor el reglamento del referido premio, sin prestarles atención a la sustancia de su hallazgo y a sus importantes implicancias de política económica.
Para hablar sobre esto último entrevisté al irlandés Samuel Mountifort Longfield (1802-1884), quien enseñó en el Trinity College. Fue el primer ocupante de la cátedra fundada por Richard Whately, arzobispo de Dublín, según el modelo de la cátedra Drummond, que el propio Whately dictaba en Oxford.
–Según Robert Burton Ekelund y Robert Francis Hébert, la historia convencional les adjudica a Stanley Jevons, Carl Menger y León Walras trazar la frontera entre la economía clásica y la neoclásica; pero aseguran que usted integra la lista de precursores del enfoque neoclásico.
–Joseph Alois Schumpeter también me adjudica haber anticipado la esencia de la teoría del interés y el capital de Eugen von Bohm Baweck, y una teoría razonablemente completa de la distribución del ingreso, basada en el principio de la productividad marginal.
–Jacob Viner afirma que su principal contribución se dio en la teoría de la distribución del ingreso, y en la del comercio internacional.
–Enfaticé la importancia de la existencia de grupos laborales no competitivos, observando el impacto que la existencia de dichos grupos tiene sobre qué se exporta y qué se importa; los efectos de las tarifas y el terrateniente ausente, sobre los términos del intercambio; y la interacción de los costos comparativos y la demanda recíproca, en la determinación del patrón de comercio, cuando existen más de dos mercaderías.
–Me interesa su descripción y evaluación de “Política comercial y salarios reales: una aproximación empírica al caso argentino”, la tesis doctoral de Espert, desarrollada en 305 páginas.
–Como indica el título del trabajo, se trata de una aproximación empírica. En un análisis de sección cruzada, intra e intersectorial, planteado a nivel bien desagregado, encontró una relación inversa entre el nivel de protección de cada actividad analizada, y el poder adquisitivo de los salarios que ganan aquellos que trabajan en dichas actividades.
–Todo análisis empírico debe ser fechado y acotado.
–Se basa en el período 2005-2011, en el cual la economía estaba tan cerrada al comercio, que en 2012 fue la primera vez que la OMC condenó y penalizó a un país miembro por su política proteccionista global; porque en general las penalidades de la OMC son por algún sector, son muy parciales. Para la comprobación modificó una ecuación planteada por Jacob Mincer, quien explicaba los salarios por el nivel educativo del trabajador, agregando los aranceles a la importación. Que los expertos revisen la econometría, pero luce un trabajo minucioso y sobre todo con resultados robustos.
–¿Qué quiere decir que el análisis tiene que ser acotado?
–Que la referida relación inversa se observa hasta aranceles a la importación de 26%, más allá de los cuales aparece la esperada relación directa.
–¿Esperada por quién?
–Por todos los economistas que, estudiando la teoría real del comercio internacional, leímos la monografía que en 1941 publicaron Wolfgang Friedrich Stolper y Paul Anthony Samuelson, titulada, precisamente, “protección y salarios reales”. Ellos plantearon un conflicto de política económica entre la ganancia de eficiencia que genera una apertura económica, y el deterioro del poder adquisitivo de los salarios.
–Monografía que se tomó como la palabra definitiva.
–Casi, porque ¿quién se atrevía a contradecir a Samuelson? Con el tiempo aprendimos que todo teorema es cierto en los términos en los cuales está planteado, y no necesariamente válido en condiciones más generales.
–A la luz de esto, generó sorpresa una monografía publicada en 1981 por Carlos Alfredo Rodríguez, titulada “política comercial y salarios reales”.
–Así es. Rodríguez planteaba la posibilidad de que una apertura económica fuera compatible con el aumento de los salarios reales, desarrollando un modelo de tres sectores, en el cual sobre el tercer sector recae todo el peso de la apertura económica. Lo que importa destacar es que tanto la monografía de Stolper y Samuelson como la de Rodríguez son teóricas, en el sentido de que no incluyen el correspondiente análisis econométrico, mientras que el trabajo de Espert es empírico.
–¿Qué explicación ensaya José Luis de su hallazgo?
–Que las barreras al comercio internacional pueden generar una selección entre empresarios y trabajadores muy hábiles y poco hábiles. En ese contexto la relación entre aranceles a la importación y salarios es negativa, no porque los altos aranceles “causan” salarios bajos, sino porque los aranceles funcionan como un ordenador de actividades: donde haya altos aranceles a la importación, habrá empresarios y trabajadores menos hábiles, cobrando salarios más bajos, que en aquellos sectores donde haya bajos aranceles a la importación. Según las estadísticas, los sectores más protegidos no son los que pagan los salarios más altos ni los que emplean a los trabajadores más calificados. Estos dos últimos hechos tienden a darse en los sectores exportables, que son los menos protegidos por aranceles a la importación y los más desprotegidos con retenciones a la exportación.
–¿Qué implicancias de política económica surgen del hallazgo de Espert?
–Le quita un fuerte fundamento al argumento proteccionista, quien no descarta que la apertura de una economía genere bienestar, pero al precio de reducir el poder adquisitivo de los salarios. Además de lo cual genera un interrogante, referido al probable accionar de los empresarios indolentes, que no puedan sobrevivir a la reducción de las barreras al comercio internacional, y de las personas que trabajan en las empresas que no puedan sobrevivir.
–¿Qué cabe esperar, entonces?
–La realidad siempre es heterogénea, por lo cual cabe esperar que algunos de los empresarios que se pudieron dar el lujo de vivir como indolentes, al disminuir la protección dejen de serlo y se transformen en competitivos, y otros que decidan cerrar, o vender a otros deseosos de enfrentar los nuevos desafíos. Los asalariados de las empresas comprometidas tendrán que conseguir otros puestos de trabajo.
–Don Samuel, muchas gracias.






