Las fábricas de EE.UU. siguen perdiendo terreno
A pesar de la energía más barata, al país le cuesta recuperar su competitividad global
El auge de esquisto de Estados Unidos ha generado esperanzas de un renacimiento del sector manufacturero del país, en parte impulsado por una energía más barata. Sus fábricas, sin embargo, siguen perdiendo terreno frente a rivales en Asia y Europa.
Gran parte del problema se debe al acero, camiones, autopartes, maquinaria industrial y muebles. El déficit comercial es-tadounidense subió en el primer semestre a US$371.590 millones, frente a US$354.640 millones un año antes. Las importaciones aumentaron 3,3%, mientras que las exportaciones crecieron 2,6%. Las exportaciones del sector manufacturero, excluyendo petróleo y carbón, se incrementaron apenas 0,8%, muy por debajo del 2,1% del año pasado.
Sin un aumento fuerte y sostenido de las exportaciones, es poco probable que las fábricas estadounidenses tengan el tipo de resurgimiento que pronosticaron algunos analistas. Igualmente, lograr esa expansión es difícil debido a que China y otros países han implementado osadas estrategias de exportación y EE.UU. ha perdido trabajadores con destrezas manufactureras y proveedores después de trasladar la producción afuera de sus fronteras. China no es el único país que está dando la pelea. La brecha comercial de EE.UU. con las tres mayores economías de la zona euro —Alemania, Francia e Italia— también se amplió.
Algunos economistas dicen que sólo es cuestión de tiempo antes de que EE.UU. empiece a registrar ganancias en el comercio internacional. Michael Montgomery, economista de la firma de investigación IHS Inc., señala que los menores costos energéticos, la reducción de la brecha salarial y otros factores tienen un efecto lento que aún no es visible en la balanza comercial.
Además, las importaciones de acero y maquinaria industrial son, en muchos casos, inversiones en la base manufacturera estadounidense, algo que fortalecerá sus sectores energético y fabril en formas que deberían contribuir a impulsar las exportaciones en el futuro.
Aunque el déficit de EE.UU. en bienes manufacturados se ha ampliado en los últimos 10 años, a US$469.000 millones el año pasado, las exportaciones han aumentado 90% mientras las importaciones han subido 70%, según datos de Global Trade Information Services.
En algunos aspectos, los fabricantes estadounidenses deberían encabezar el pelotón en el auge de las exportaciones: los costos de la energía están bajando en el país gracias a que la fracturación hidráulica y otras técnicas han dado acceso a enormes depósitos de petróleo y gas natural en formaciones de esquisto. Los precios están cayendo para las empresas que usan gas natural para generar electricidad. Los usuarios industriales en Alemania pagan 2,4 veces más por electricidad que sus contrapartes estadounidenses, según la Agencia Internacional de Energía.
Los sueldos en EE.UU. no han aumentado, mientras que en China se han disparado, lo que ha reducido la diferencia salarial de las dos mayores economías del mundo. Al sumar los costos de transporte de carga, inventario y otros, los gastos requeridos para producir algunos bienes en EE.UU. pueden ser comparables a los de China, indica Boston Consulting Group.
Hace cuatro años, la Casa Blanca se propuso duplicar las exportaciones del país en cinco años. Eso habría significado un incremento a US$3,16 billones (millones de millones) este año. No obstante, IHS proyecta un total de US$2,34 billones este año y de US$2,51 billones en 2015.
El Departamento de Comercio de EE.UU. lo atribuye, en parte, a "vientos en contra inesperadamente fuertes en la economía global y factores macroeconómicos fuera del control" del gobierno. No obstante, señaló que "eso sólo significa que hay más trabajo que hacer". El departamento agregó que provee información a pequeñas y medianas empresas para ayudarlas a buscar oportunidades de exportación, entre otras iniciativas.
Los mejores sectores en el panorama comercial de EE.UU. están relacionados a la energía. Se prevé que las exportaciones petroquímicas comiencen a acelerarse en 2016 conforme nuevas plantas entren en operación, de US$26.000 millones este año a cerca de US$37.000 millones en 2019, según IHS. La cifra, de todos modos, no tendrá un gran impacto en el déficit comercial de bienes, que alcanzó un total de US$702.000 millones el año pasado.
Las razones por las que los fabricantes estadounidenses han perdido terreno varían según el tipo de producto. En electrónicos, la producción ha sido trasladada al exterior, por lo que EE.UU. no puede competir en segmentos como smartphones y televisores.
Los fabricantes de camiones comerciales se fueron a México y no ven motivos para regresar.
"Definitivamente se debe a los (menores) costos laborales", dice Jack Allen, director operativo de Navistar International Corp. "Pero también hay una fuerza laboral capacitada y con educación superior, y hemos tenido una gran cooperación del sindicato aquí, así como del gobierno".
Hace una década, casi todos los camiones para carga pesada de Navistar eran ensamblados en dos plantas en Canadá y EE.UU., pero la empresa las cerró y ahora fabrica gran parte de estos modelos en Escobedo, cerca de Monterrey. Una "gran porción de nuestra base de suministro ya se ha mudado a México o la región sudoeste de EE.UU.", dice Allen.
En la industria camionera, gran parte de la creciente demanda de camiones en EE.UU. es cubierta por México y otros países. Las importaciones de camiones comerciales subieron 36% en el primer semestre.
El acero es en gran parte responsable del déficit comercial de EE.UU. La producción siderúrgica y los suministros de materias primas fueron reducidos de tal manera durante la recesión que hoy en día no hay suficiente para satisfacer la creciente demanda. La producción de acero de EE.UU. fue el año pasado de 95 millones de toneladas, mientras que la demanda fue de 107 millones de toneladas, según el Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero.
EE.UU. es la "única economía madura" con una escasez de acero, dice Mark Millett, presidente ejecutivo de la siderúrgica Steel Dynamics. Inc.
No obstante, el péndulo se encamina a cambiar nuevamente de dirección, conforme miles de millones de dólares en nuevas plantas entren en operación en los próximos años.
Sim-Tex LP, mayorista de acero de Texas, importa cerca de 95% de las casi 500.000 toneladas de acero que suministra a sus clientes, dice su presidente, Chuck Scianna. No obstante, planea distribuir tubos de acero hechos en una planta que está construyendo la austríaca Benteler Steel & Tube en el estado de Louisiana. Cuando sea inaugurada el año que viene, reducirá el porcentaje de importaciones de Sim-Tex a 80%, dice Scianna.
"Si viajas por el mundo y hablas con gente, EE.UU. es el nuevo mercado emergente" para productos de acero, afirma.
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