Las series alientan el estudio de la carrera criminalística
Expertos como Mark Safarik, ex FBI y asesor de CSI, cuentan las verdades sobre la profesión
Parecía que el crimen estaba resuelto. Un ajuste de cuentas se había llevado la vida de un matrimonio que tenía deudas millonarias: Mariano Perel y su mujer, Rosa Goldodnitsky. Los encontraron en un apart hotel en Cariló, el 4 de febrero de 2001. Cada uno tenía un disparo en la nuca.
Pero una simple arruga hizo tambalear algo que parecía claro. "Después de analizar el lugar del hecho descubro una arruga en la cama que me da el indicio de que, en realidad, se trató de un homicidio seguido de suicidio. Es decir, Perel primero mató a su mujer y después se pegó un tiro", dice el licenciado en criminalística Luis Alberto Olavarría, profesor titular en la Licenciatura en Criminalística de las materias química aplicada a la investigación pericial y escena del crimen, en la Universidad Fasta, de Mar del Plata, y de introducción a la criminalística en la Universidad de Morón, entre otras cátedras como balística, explosivos e investigación criminal.
Aunque todavía no hay una definición sobre el este caso, Olavarría asegura que para él está resuelto. "Una de las cosas que les digo a mis alumnos es que necesitan un entrenamiento permanente y cotidiano, porque los delincuentes se entrenan y hay que estar actualizados."
Son muchos los jóvenes que año a año se interesan por estudiar Criminalística. Pueden ser parte de la Policía Federal o no, ya que también se da como una carrera por sí misma. "Yo no sabía que se podía estudiar Criminalística desde el ámbito civil", dice Natalia Álvarez, de 23 años, recibida en la Universidad de Morón. "Hay mucha gente que cree que tenés que entrar en la policía, pero no es así. Si te gustan las ciencias exactas es una muy buena opción –dice–. Yo lo veo como una forma de ayudar a la gente. Si hablamos de un crimen, analizar qué sucedió, cómo sucedió, poder dar una explicación a la familia y a la gente que quiere saber."
Su tarea es investigar todos los indicios que pueden conducir a un criminal y lleva a estos jóvenes a embarcarse en una aventura que dura 4 años en la Facultad y toda la vida laboral.
"Llama la atención que muchas de mis alumnas sean mujeres", dice Olavarría. Y también se queja sobre una de las tendencias actuales: registrar todo lo posible en el celular para después compartir experiencias a través de las redes sociales. "Una vez pasé imágenes para ilustrar un caso y ellos tomaron fotos para subirlas a Internet. Yo les digo que ya no son chicos, hay que pensar forensemente y profesionalmente, no como chiquilines."
Crímenes y glamour
Una de las razones del éxito en la carrera proviene de la cantidad de series que se pueden ver por cable, que ilustran cómo se trabaja desde la investigación cuando sucede un crimen. Grandes producciones multimillonarias inundan la pantalla. CSI, Criminal Minds, Law & Order y otras que imprimen alguna característica a su personaje como el de Carrie, la espléndida investigadora de Unforgettable, que tiene una memoria prodigiosa, o el maniático Monk, con sus TOC. Se ganan la simpatía del público en estas superproducciones, quizá inspiradas en las aventuras de Sherlock Holmes, un personaje creado en 1887 por el escritor escocés sir Arthur Conan Doyle, que tiene un logrado museo en el corazón de la ciudad de Londres.
Pero volviendo a la actualidad, hoy existe un giro indudable hacia escenas más escabrosas, con muertes horribles y cadáveres en primer plano que parecen acercar más a los jóvenes al estudio e investigación de crímenes.
Desde Estados Unidos, habló con la nacion Mark Safarik, uno de los profesionales con más experiencia en el mundo en materia de perfilación criminal (el análisis de las características de un asesino) y también asesor de series como CSI Las Vegas, Bones y Blacklist, entre otras. Tiene su propio programa que se llama Killer Instinct (Instinto asesino), que se puede ver por NBC.
Ahora está filmando programas sobre homicidios en Suecia y Dinamarca. Este experto en comportamiento criminal se refirió a las verdades y no tan verdades de las series que tanto fascinan a la platea. "En los episodios de CSI los investigadores se hacen cargo de diversas áreas, que en realidad corresponden a distintas especialidades, como química, fotografía, quienes recolectan la evidencia, los investigadores en sí, quienes hablan con testigos o toman muestras, etcétera".
Sin embargo se ve cómo un par de protagonistas se hacen cargo de distintas áreas, algo que no sucede en realidad.
El especialista asegura que para llegar a perfilador hay que tener paciencia y pasar por diferentes etapas. "He charlado con varios estudiantes del secundario y también de la Universidad que quieren ser perfiladores, pero actualmente no se estudia, se obtiene con la experiencia. La mayoría de los excelentes perfiladores que conozco vienen de patrullas para luego ser promovidos a detectives. Después trabajaron en la investigación de crímenes violentos y llegaron a especializarse en el análisis del comportamiento."
Después de retirarse del FBI, Mark se dedicó a su propia compañía de investigación a nivel internacional. Lo mismo hizo el licenciado Olavarría, que hoy preside el Equipo Forense en Investigación Criminal.
"Una de las cosas más interesantes es que trabajamos en los crímenes más resonantes alrededor del mundo –dice Safarik–. Es un desafío entender y resolver estos crímenes. Para poder hacerlo hay que lograr disociarse emocionalmente de la depravación que un ser humano puede infligir en otro. También hay que ser un pensador analítico con mucha experiencia para poder comprender y trabajar en crímenes violentos."
María Laura Quiñones Urquiza también es perfiladora criminal, y como ese es un mundo pequeño, muy amiga de Mark Safarik. Está diplomada en criminología y criminalística. "Para mí fue muy sacrificado, muy difícil. Es una ciencia que estudia el delito, la víctima, el delincuente, la rehabilitación y el riesgo de violencia de una persona que puede ser puesta en libertad, o que quizás está denunciada por violencia familiar.
"Yo no hago secuestros ni narcotráfico –explica–. Me especializo en homicidios, delitos sexuales, violencia criminal y delitos informáticos." Para la profesional, el trabajo real de un perfilador lleva mucho tiempo porque busca la perfección. "No se puede permitir que esto tenga goteras, porque si eso sucede se favorece que culpen a perejiles."
A la hora de analizar un hecho quizás increíblemente cruel, "hay que saber disociarse", dice Laura. "Un perfilador no puede ser solidario con el dolor de la víctima. Si uno rotula el hecho como macabro le imprime subjetividad y emoción, y esto tiene que ser totalmente aséptico. Ahora es cierto que es mucho más difícil cuando se le conoce la cara a un criminal. Uno piensa que no pudo haber hecho una cosa así".
La capacidad de investigación en la Argentina puede llegar en alguna oportunidad a lugares inconvenientes para personas con poder. "En el análisis de uno de los crímenes más resonantes de los últimos tiempos, de una niña de apenas 11 años, me recomendaron que me calle la boca o iba a empezar a recibir amenazas", dijo un perfilador reconocido en el ambiente que lógicamente no quiere dar a conocer su nombre.
Desde el Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina (Iupfa), el licenciado en criminalística y perito de la justicia Juan Carlos Alegretti coincide en que las mujeres son mayoría absoluta en las aulas, casi un 80%, "quizá porque los recibidos tardan un tiempito en ganar dinero", dice. "Hay otras carreras que son complementarias, como Perito en Papiloscopía (huellas dactilares), Perito en Armas y Balística, y también está la Licenciatura en Accidentología Vial, con buena salida laboral", dice.
"Se están anotando unas 800 personas, pero sólo hay vacantes anuales para 90", aclara. Y agrega que "a la escena del crimen sólo pueden ir las fuerzas de seguridad o policiales. Los licenciados en Criminalística que no son parte de las fuerzas pueden actuar como peritos, pero no ir a la escena del crimen, como tantas veces sí sucede en las series de televisión. Yo siempre les digo a mis alumnos que si vienen porque ven CSI, olvídense".
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