
Lo que “dice” el FMI y lo que algunos le atribuyen
Cuando yo era joven las autoridades del Fondo solo hablaban con sus colegas argentinos en privado
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Cuando yo era joven, hace algunos… meses, los funcionarios del FMI hablaban con los ministros de economía y los presidentes de los bancos centrales de los países miembros ¡en privado! En la actualidad, parece que Kristalina Georgieva, la directora gerente de la institución, públicamente le efectúa recomendaciones a Luis Caputo y Santiago Bausili, y algunos funcionarios de carrera del Fondo hablan con analistas y periodistas. A menos que no sea así, y la frecuencia con la cual el rostro de Georgieva aparece en los diarios ilustre afirmaciones que se le atribuyen a ella, las cuales generalmente están en consonancia con las recomendaciones de los propios analistas o periodistas. Por ejemplo, la “presión” para que el Banco Central aumente sus reservas de divisas.
Al respecto, conversé con el español, nacido en Cataluña, Joaquim Muns I Albuixech (1935 - 2015), quien estudió derecho y economía en la Universidad de Barcelona, y economía en la Escuela de Economía de Londres (LSE). De los dos años que pasó en la LSE rescató la experiencia de vivir en una sociedad democrática. Entre 1978 y 1980 fue director ejecutivo en el Fondo Monetario Internacional, donde representó al suyo y a otros países; y entre 1980 y 1982 trabajó en el Banco Mundial. Además de lo cual fue diputado en el Parlamento Europeo y formó parte del primer consejo de asesores económicos del Vaticano.
- ¿Fue importante fue la influencia del FMI sobre la evolución y modernización de la economía española?
- No sólo fue importante, sino decisiva. El hito inicial más significativo de esta influencia fue el Plan de estabilización de 1959, preparado por el Fondo, que introdujo en España la economía moderna. Hecho posibilitado porque, a partir de 1957, se produjo la incorporación de técnicos pertenecientes a la Falange al gobierno español.
- ¿Qué recuerda de su experiencia como funcionario internacional?
- Durante los cuatro años que trabajé en Washington, con países latinoamericanos, tuve la oportunidad de estudiar sus políticas económicas con bastante profundidad. La política de sustitución de importaciones estaba de moda, por influencia de Raúl Prebisch. Llegué a la conclusión de que se trataba de una política equivocada; es más, nociva, por sus efectos adversos en la economía. Se trata de una ideología superada, pero en los años sesenta era la “biblia” de los economistas de América Latina.
- Usted es también crítico de la formación de los economistas.
- Debe superarse la moda, originada en Estados Unidos, de considerar que un buen economista es el que escribe complicados y sofisticados artículos que se publican en revistas consideradas de alto nivel. Un buen economista es aquel que hace una contribución positiva a la sociedad. Hay que modelar menos y acercarnos más a la realidad tal como es.
- ¿Cuál es la idea sobre la cual opera el FMI?
- La de una mutual. Una asociación donde sus miembros aportan a un “pozo”, ante la eventualidad y la certeza de tener que encarar gastos extraordinarios, que no tienen cómo financiar con los bolsillos de cada uno de sus miembros. Ejemplo de lo primero: una operación quirúrgica costosa. Ejemplo de lo segundo: los gastos de sepelio.
- Aplique esto al caso del Fondo.
- Un país miembro enfrenta una crisis de pagos externos. En ausencia de una mutual, tiene que encarar un ajuste de manera extrema, como quien tiene hambre, no tiene efectivo ni tarjeta o alguien que le fíe. Como enseñó la Gran Crisis de la década de 1930, el ajuste extremo afecta a otros, quienes responden con sus propios ajusten, lo cual en general agrava la crisis del primero. Para evitar esto acude al FMI.
- ¿Y qué tiene que explicar y pedir?
- Tiene que explicar por qué llegó a la crisis externa, qué va a hacer para evitar que se repita y cómo hará para devolver el préstamo que le permitirá suavizar, al menos en parte, el impacto de la actual crisis.
- Esta última es la famosa, temida y tan criticada, condicionalidad.
- Efectivamente, cualquier acreedor le pregunta a su pretendido deudor cómo va a hacer para abonarle. Esto se vuelca en un documento, conocido como memorando de entendimiento, que tiene que ser aprobado por los funcionarios de carrera del Fondo, su directora gerenta y el directorio de la institución.
- Las famosas metas.
- En las cuales, en nomenclatura de George Orwell, en Rebelión en la granja, los animales son todos iguales, pero los cerdos son más iguales que todos los demás.
- Especifique, por favor.
- El núcleo de un acuerdo con el Fondo se da en el plano fiscal; las otras metas derivan de ésta, o lucen superficialmente como independientes. La Argentina, en 2025, la meta fiscal la sobrecumple, lo cual facilita las conversaciones sobre el resto de las metas. En particular, la del aumento de las reservas del Banco Central.
- No por parte del Tesoro, sino del BCRA.
- Distinción importante, porque en un país cuyo Estado está endeudado, el Tesoro tiene que demandar dólar como un “importador más”, para abonar los intereses de la deuda con esfuerzo fiscal local; al tiempo que emite deuda para pagar los vencimientos, es decir, sin aumento de la deuda neta, tanto nacional como provincial y municipal.
- ¿Y el Banco Central?
- Como bien explicó el presidente del BCRA, la causalidad va de remonetización de la economía a la compra de dólares. Si, como consecuencia del resultado de las elecciones de medio período, el sector privado quiere tener más pesos, o más activos denominados en pesos, el Central les comprará los dólares. Muy diferente a forzar la emisión de pesos, por encima de lo que desea el sector privado, con impacto en la tasa de inflación; o -peor aún- pedirle al Tesoro, o al Banco Central, que emita un título para absorber los pesos emitidos que el sector privado no quiere.
- Pero esto es lo que el Fondo le recomienda que haga, o peor aún le exige, al equipo económico.
- ¿De dónde sacó esto, de Pablo?
- Está en los diarios, con fotos de la señora Georgieva y todo.
- ¿Lo está diciendo públicamente, o se lo atribuyen? Lo primero sería grave, lo segundo una temeridad propia de algunos medios masivos de comunicación. Desde Michel Camdessus el FMI dejó de hablar exclusivamente en privado, pero mucho me temo que nos estemos pasando al otro extremo.
- ¿Puede ser que algunas declaraciones se pongan en boca de los funcionarios de carrera, o de la directora gerente del FMI?
- Puede ser. Me cuesta creer que una funcionaria de su rango hable públicamente de una cuestión tan sensible como la de las reservas que tendría que tener el Banco Central de un país. No lo puedo descartar, pero error tipo I, error tipo II, lo tomo como una licencia periodística. Algo parecido cabe decir de los funcionarios de carrera del Fondo.
- Don Joaquim, muchas gracias.




