Emprendimientos sustentables: cuando cuidar el medio ambiente es negocio

Un supermercado sin envases, mats de yoga con vida longeva, una aplicación para poner en circulación los artículos en desuso y ropa reciclada con etiquetas que se convierten en una planta de rúcula. Todos estos negocios nacieron con el mismo objetivo: el de obtener una ganancia ayudando al medio ambiente. Las ideas fueron bien recibidas, los consumidores las estaban demandando.

Cuatro jóvenes emprendedores participaron de la quinta edición de Sustentabilidad, encuentro organizado por LA NACION y moderado por el secretario general de Redacción, José Del Rio, donde contaron cómo se originaron sus negocios.

Martha: el cubrecolcha de la abuela Lili se volvió una moda

Cuando Pedro Roisman todavía estaba bocetando su proyecto, su abuela Lili se le acercó con un cubrecolcha viejo. Al emprendedor le pareció que el diseño era interesante y, basándose en el concepto de sustentabilidad con el cual estaba trabajando en sus productos, lo transformó en otras prendas. El artículo se terminó vendiendo y fue bien recibido, así que, como homenaje a su abuela, decidió bautizar su negocio con un nombre que remita a esa generación.

“Martha es un proyecto de indumentaria, pero aportamos valor en el diseño y la sustentabilidad, son dos valores fundamentales en los cuales desarrollamos el negocio. Tenemos una visión 360 de sustentabilidad, no es solo una acción concreta, sino entender todos los puntos por los cuales la operación de la empresa tiene un impacto, para así ser sustentable a lo largo del tiempo”, aseguró Roisman, fundador y co-CEO de Martha.

Los materiales de la ropa son de poliéster reciclado de botellas de plástico y descartes textiles. El packaging está reciclado en un 70% y es 100% compostable. Las etiquetas de ropa son plantables, germinan y se convierten en una planta de rúcula. Además, la empresa mide su huella de carbono -desde el transporte hasta el consumo eléctrico de las oficinas- y, para compensar el dióxido de carbono que emiten, plantan árboles en Tucumán.

A largo plazo, el objetivo de Martha es estar presente en los principales mercados del mundo. A comienzo de este año ampliaron su negocio hacia los Estados Unidos y al equipo de trabajo se están sumando talentos de todo el mundo.

Space Guru: la motosierra del suegro se convirtió en un negocio de economía circular

El suegro de Livia Armani se compró una motosierra para ser utilizada solo una vez y luego juntar polvo en la casa. No solo le molestaba por ocupar mucho lugar, sino que a la joven emprendedora le daba pena que no tenga otro destino que ser decoración. Al preguntarse cómo extender el ciclo de vida de los artículos, empezó a idear un nuevo proyecto a partir de la colaboración.

“Decidimos emprender al servicio de guardado de objetos y ponerlos a circular. La propuesta es que solucionamos el problema del espacio y, con toda esa masa crítica de productos, le ofrecemos a los clientes que donen sus ítems a las organizaciones que estamos asociados, venderlos, alquilarlos o hacer una disposición final del ítem de manera sustentable. Guardar objetos y hacerlos circular”, resaltó Armani, COO y cofundadora de Space Guru.

Para la emprendedora, la economía lineal ya llegó a su fin. El mundo no puede seguir produciendo tantos artículos, la sociedad se volvió consciente de ello y se está inclinando hacia la economía circular. Reutilizar, reciclar y reducir.

“Estamos viendo que muchas personas están pensando en consumir de manera sustentable, hay una movida muy importante. Desde nuestro lugar queremos comunicar eso, hay maneras de hacer negocios desde otra perspectiva, tomando la sustentabilidad como negocio y comunicando nuestra forma de vender. La transformación es que aportamos nuestro grano de arena y sentimos que la gente está preparada para este cambio, vamos surfeando esa ola de cambios que la gente esperaba”, agregó.

Cero Market: ir al supermercado como lo hacían nuestros abuelos

Juan José Bartolomé Saavedra no inventó nada nuevo. Al contrario, su idea se basó en volver a las raíces y las formas de consumo antiguas. En julio del año pasado inauguró Cero Market y se convirtió en el primer supermercado libre de envases de la Argentina. La idea fue todo un éxito: a un año de iniciado el proyecto, ya tiene seis sucursales y hay 15 más en proceso. El objetivo es llegar a las 100 en toda la región.

“No es una idea novedosa, porque es como consumían nuestros abuelos, volvemos a las fuentes. Volvemos a cero, a como era antes, que es más sustentable. Lo cambiamos por un tema de practicidad y comodidad, paro afectando al medio ambiente. Había propuestas a granel, pero por separado, como consumidor tenías que ir local por local. La idea fue unificarlo y que sea un supermercado, todo en un solo lugar”, relató el cofundador de Cero Market.

Los hijos de Bartolomé Saavedra se volvieron “fanáticos” de su emprendimiento. Para el creador, “ya vienen con el chip”. Pero también fue bien recibido por sus clientes, ya que el primer día que abrieron al público la gente hacía una cuadra de fila para entrar. “Ahora estamos abriendo franquicias, sin socios no podíamos abastecer la demanda que había. Para generar un impacto global en el medio ambiente necesitás que sea a escala”, expresó.

House of Mats: larga vida a los mats de yoga

La pandemia tomó por sorpresa a Lucía Denevi, quien acababa de renunciar a la abogacía para enfocarse en su nuevo emprendimiento. Sin embargo, pese a la distancia y a no poder salir a mostrar su nuevo producto, tuvo que aprender a generar contenido y dar a conocer su emprendimiento. La idea pudo más e impulsó el negocio.

“Creamos una marca de mats de yoga de diseño, de alta densidad y con una calidad que le da una capacidad de uso longevo. Mixeamos el diseño, el arte y la calidad, con una certificación que nos diferencia. Nos dedicamos al monoproducto”, resumió la creadora de House of Mats.

Para Denevi, su emprendimiento forma parte de la reeducación de las personas. En el camino se encontró con mucha desinformación del producto, por lo que para ella el cambio de vida es “post-educar a la gente”. Por ejemplo, los mats de yoga no tienen que ser absorbentes, tampoco livianos porque, se desgranan y duran menos.

“Para mí la sustentabilidad va por el lado del no desperdicio, de la economía circular. Los mats no se desechan, siempre tienen un destino. A futuro, es importante evitar la sobreproducción y que eso haga una causa sustentable”, finalizó.