
Para el Citi, las tarjetas pueden cobrar menos
Más barato: el grupo desea pagarle menos a Visa por sus servicios de autorización de operaciones con objeto de trasladar esa rebaja a los clientes.
1 minuto de lectura'

El Citigroup, el banco que más tarjetas de crédito coloca en el mundo, aspira a que la disputa que mantiene con Visa permita reducir cinco veces los costos que pagan a esa asociación emisora en el contexto de un replanteo general de la actividad que permita a las grandes entidades financieras del planeta tener mayor injerencia en la evolución y control del negocio de las compras financiadas.
La entidad busca además liderar un sindicato de bancos que obligue a Visa (y también a Mastercard) a considerar sus demandas y entablar una negociación bajo la amenaza de lanzarse al negocio al margen de estas estructuras. Sin embargo, una salida de este tipo no les agrada teniendo en cuenta los magros resultados que lograron en 1984, cuando intentaron incursionar en la actividad al margen de las asociaciones emisoras al colocar en el mercado la tarjeta Choice, con escaso suceso.
Para conseguir estos objetivos, sus autoridades confían en el poder que implica hoy su peso de mercado (el 20% tanto para Visa como para Mastercard) y la impresionante escala que logró el Citi tras su casamiento con Travelers.
La novedad fue confirmada por John Reed, copresidente del banco más grande del mundo, en un encuentro que mantuvo con La Nación durante su estadía en Buenos Aires, adonde llegó para evaluar el costo que la crisis de Brasil tiene en la Argentina. "Nosotros le pagamos a Visa casi 350 millones de dólares anuales por autorizar operaciones y manejar el sistema de clearing, y creemos que un valor razonable para este tipo de servicio en verdad se ubica en torno de los 70 millones. En esta posición entiendo que están también otros grandes bancos", reveló el banquero que insistió que una rebaja de estas proporciones se "trasladaría a los clientes en todo el mundo", lo que incluiría a los argentinos.
La cúpula del Citi viene quejándose hace tiempo de los pocos beneficios que logran sacarle a la cuota anual que pagan a Visa. Luego de anunciarse la fusión con Travelers el tono de las quejas subió, "tal vez porque estaban confiados en que la escala que habían ganado les permitiría incrementar su poder de presión", según señalan en el mercado. Desde entonces, lo que era un reclamo se transformó casi en una exigencia. "Lo que pasa con Visa, Mastercard y esas asociaciones es que no han cambiado cuando, la industria sí lo ha hecho y considerablemente", señaló el ejecutivo que reafirmó que el Citigroup quiere "cambiar los precios y la manera en que se manejan estas compañías (de las que son miembros) porque entendemos que les falta una disciplina de mercado".
Reed acusó a la conducción de Visa de buscar potenciar el conflicto existente entre las partes. "En los últimos tiempos, mientras estaba en el board (consejo directivo) de Visa comencé a recibir ofertas de otros grupos referidas a nuestro negocio de tarjetas que me parecieron interesantes. Pero me sentía incómodo de analizarlas acabadamente siendo -como era- un directivo de Visa Usa y Visa Internacional. Entonces redacté una carta anunciando mi decisión de dar un paso al costado (al igual que Robert Lipp, director del negocio de consumo del banco) por las divergencias que mantenemos y para tener la libertad de explorar otros caminos alternativos. Después de todo mi primera lealtad es hacia el Citi, que es el que me paga. Lo que no sabía entonces era que le iban a dar esa carta a la prensa..."
Sin embargo, dijo que la difusión del conflicto no afecta sus objetivos. "Después de todo no está mal que se sepa lo que pensamos: que las asociaciones cobran mucho, gastan mal y no están manejadas de manera compatible con la evolución que tuvo la industria", insistió aunque se cuidó de no dejar de destacar que el Citigroup sigue siendo miembro de Visa.
En el Citigroup sostienen que con lo que pagan están subsidiando a través de las asociaciones de tarjetas a bancos menores y de otros puntos del globo que también usan el servicio. "No sólo nosotros, los grandes bancos estadounidenses pagan mucho más que lo que indican los costos internos de los servicios. Por ejemplo, hay egresos enormes en publicidad que no nos interesa seguir costeando." A juicio de los ejecutivos del Citi, mediante estas campañas sólo se promueven las marcas de tarjetas (Visa o Mastercard, por caso), algo que sólo ayuda a bancos menores que de otra manera no tendrían posibilidad de colocar en el mercado tarjetas propias.
Este razonamiento tiene que ver con otro objetivo que se fijaron los estrategos del Citigroup: priorizar su marca por encima de las de las tarjetas, a las que intentarán llevar hasta el reverso del plástico.





