
Ponen en duda la fusión de Varig y TAM
Dicen que es casi imposible la operación
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SAN PABLO (AFP).- La fusión de las grandes aerolíneas brasileñas Varig y TAM es "casi imposible" en los términos en que comenzó a gestionarse hace casi un año, consideró ayer el presidente interino de TAM, Antonio Teixeira de Barros.
"Creo que es muy difícil que salga esa fusión. Pueden nacer otras ideas, de algo más lento. Pero el modelo previsto al inicio del año pasado lo creo casi imposible. Nosotros lo sabemos, Varig lo sabe, el gobierno tiene conciencia de eso", declaró Teixeira de Barros en una entrevista al diario Valor.
Según él, la exigencia de TAM es que con la fusión sus accionistas ganen más patrimonio del que tienen hoy, mientras que Varig está descontenta con el 5% de propiedad que iba a tener en la nueva compañía, un porcentaje bien reducido debido a su gran pasivo, calculado en 1500 millones de dólares.
El presidente interino de TAM, que pasará a ser vicepresidente cuando a fines de mes sea sustituido por Marco Bologna, informó que, después de enfrentar pérdidas por 605 millones de reales (cerca de US$ 200 millones al cambio actual) en 2002, la aerolínea concluyó 2003 con beneficios.
El proceso de fusión, iniciado en febrero de 2003 y amparado por el gobierno, que quería una gran aerolínea de bandera, ha enfrentado numerosos obstáculos. El primero, que dos juntas directivas diferentes, una favorable a la fusión y otra contraria, se disputaron en la Justicia el control de la Fundación Rubem Berta, controladora de Varig, impidiendo así la definición de la unión de ambas aerolíneas.
La fusión había sido considerada "el primer paso hacia la reestructuración de la aviación comercial brasileña, para que sea competitiva y continúe existiendo, lo que está en duda en las condiciones actuales", según el analista del sector José Carlos Martinelli, presidente de la consultora Eurolatin.
Problemas financieros
La mayoría de las aerolíneas brasileñas tiene graves problemas financieros, inmersas en deudas multimillonarias, y sufren el exceso de oferta, que en 2002 condujo al cierre de la aerolínea Transbrasil, y reajustes en el resto, que restringieron vuelos y operaciones internacionales, a la vez que recortaron empleos.
La empresa resultante de una eventual fusión de Varig y TAM tendría una flota de 218 aviones y 26.017 funcionarios, además de cerca del 70% del mercado de pasajeros de Brasil.




