Por qué tres reconocidos economistas recomiendan sacar el cepo gradualmente
Ricardo Arriazu, Rafael Di Tella y Gustavo Cañonero disertaron en las Jornadas Monetarias y Bancarias 2024, que organiza el Banco Central
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En medio de una de las mejores semanas financieras desde que inició la gestión Javier Milei, el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili, brindó hoy el discurso de apertura de las Jornadas Monetarias y Bancarias 2024, que organiza la entidad cada año. El economista destacó como uno de los logros del programa económico de los últimos 10 meses el hecho de haber anclado las expectativas respecto a la performance fiscal del Gobierno. “En el primer trimestre se debatía la sostenibilidad del balance fiscal y hoy sería una sorpresa que no se cumpla con la meta fiscal. Esto, a su vez, ayudó a anclar las expectativas inflacionarias”, dijo.
Su comentario fue para introducir el evento que organiza el BCRA, en el cual se destacó el panel que compartieron los economistas Ricardo Arriazu, socio fundador de Arriazu Macroanalistas; Gustavo Cañonero, presidente de CMF Asset Management y exvicepresidente del BCRA durante la gestión de Mauricio Macri, y Rafael Di Tella, profesor de Harvard University y de la Universidad Di Tella.
Los tres economistas expusieron sentados al lado del vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, y del director Federico Furiase, y defendieron la decisión del Gobierno de mantener el cepo cambiario, aunque recomendaron sacar algunas restricciones.
“Uno no puede pensar en un programa económico en el lado de la economía sin ver las consecuencias políticas y sociales”, dijo Arriazu. Y luego justificó la política cambiaria del Gobierno: “Soy enemigo de los controles del dólar, pero soy mucho más enemigo del colapso social. En ese contexto, ¿cuál es mi posición? Hay que ir abriendo el cepo de a poco. Ya acortaron de cuatro a dos meses los plazos para pagar importaciones y cada vez es más chica la diferencia entre importaciones devengadas y pagadas. Poco a poco se está bajando el cepo”.
En ese sentido, el economista se refirió al dólar como una unidad más de cuenta de la economía, que se utiliza para hacer transacciones. Señaló que recién cuando la divisa estadounidense deje de ser una unidad de cuenta, como sucede en Brasil, podrá fluctuar libremente. Mientras tanto, cada salto del dólar se traslada a los precios domésticos y genera inflación, según sus proyecciones. “Soy partidario de un tipo de cambio único, con total libertad de acceso. Pero mientras el dólar sea unidad de cuenta... Cuando deje de serlo, no me importa lo que le pase al dólar”, dijo.
En este sentido, aconsejó que el Gobierno siga quitando el cepo de a poco y, “en algún momento del año que viene, van a poder liberar completamente los controles”, si la confianza se mantiene.
Cañonero coincidió en que su expectativa es que el Gobierno quite el cepo recién luego de las elecciones legislativas del año próximo, aunque recomendó que se vayan sacando restricciones más rápido. “Coincido en que la credibilidad se construye con un convencimiento de cambio de régimen y para eso hay que evitar sobresaltos. Para eso hay que ir gradualmente quitando las restricciones, para tener una mejor precisión de cuánto es la demanda relativa del riesgo. Eso me parece válida”, dijo.
En este sentido, recomendó, “para conocer la verdadera demanda por circulante [dinero]”, eliminar el tipo de cambio blend para exportadores, el cual se compone de un mix de 80% de liquidación al tipo de cambio oficial y 20% al CCL. Esto permitiría, también, mejorar la acumulación de reservas, indicó, en un contexto en el cual las netas se mantienen en terreno negativo en torno a los US$6000 millones.
A su vez, recomendó también liberar el cepo para los individuos o para algunos sectores de la economía que tienen “poco poder de fuego”. Y agregó: “Todo esfuerzo de descubrimiento de precios es muy valioso. Ese esfuerzo es clave mientras seguimos haciendo el esfuerzo más fundamental de convencer a la sociedad de que todos estamos mejor, ajustando el fisco, eliminado las necesidades de financiamiento que tuvimos en el pasado y acomodando las preferencias de los individuos”, dijo.
Di Tella, por su parte, apoyó la idea de sacar gradualmente las múltiples restricciones, aunque mencionó el caso de Chile que, en los 80 creció con cepo y tuvo una transición ordenada. “Hay que pensar el programa económico como un programa político, teniendo en cuenta qué es el éxito y cuáles son los componentes que están asociados a eso. Por supuesto que mi preferencia personal es terminar con el cepo, pero para llegar al otro lado del río, es clave evitar los sobresaltos y entiendo perfectamente estas elecciones”, indicó.
Los funcionarios del BCRA, en tanto, dijeron que “no están enamorados del cepo”, como suelen criticar los analistas económicos, y que no se puede comparar el nivel del tipo del cambio con el pasado, porque ahora hay equilibrio en las cuentas nacionales y moderación en la política monetaria.
En el Gobierno siguen diciendo que el cepo se quitará cuando estén las condiciones dadas. Esto significa que se siga achicando la brecha cambiaria, que ya está cerca del 20%, y que la inflación mensual tienda al 2,5%, que es el ritmo al cual se devalúa el tipo de cambio oficial sumado a la inflación en dólares de Estados Unidos.
La tercera pata de las condiciones óptimas para sacar el cepo es sumar reservas en el Banco Central, pero sin devaluar, ya que la prioridad oficial es consolidar la baja de la inflación. Es por ello que el equipo económico está negociando acceder a un “puente financiero” con bancos internacionales y con organismos multilaterales, como el FMI, que le permitan recuperar poder de fuego a la entidad monetaria.
“Tuvimos baja del riesgo país, baja de la brecha cambiaria y se acumularon reservas en los últimos meses. Cuando se hacen los deberes fiscales y monetarios, no hay que depender de un tipo de cambio real depreciado por los costos políticos que eso implican en términos de la inflación. Significa más inflación y menos crecimiento para acumular reservas. En cambio, cuando se hacen los deberes fiscales y monetarios, se va recuperando la demanda de dinero, podemos tener una apreciación real endógena y que sea sostenible en el tiempo, compatible con la acumulación de reservas y con la baja del riesgo país”, concluyó Furiase.
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