Se profundizó en enero el déficit comercial y preocupa la situación externa
Fue de US$986 millones, casi 20 veces mayor al de igual mes de 2017; los analistas señalan la mayor exposición al riesgo global
Cuando el 28 de diciembre el Gobierno anunció el cambio de metas de inflación, también puso sobre la mesa -sin explicitarlos- una preocupación y una intención. La primera surgía de los números: el Indec había difundido dos días antes el dato del intercambio comercial argentino (ICA) de noviembre. Allí ya se veía que el país tendría su mayor déficit comercial nominal histórico y uno de los más altos en términos del PBI. Ante estos números, la intención oficial fue evidente: devaluar para terminar con el atraso cambiario, mejorar la competitividad e impulsar la actividad económica.
Un mes después, los datos de 2017 mostraron un rojo comercial de US$8471 millones. Ayer, el Indec confirmó que la tendencia se mantiene. El ICA de enero dejó un déficit de US$986 millones, cifra casi 20 veces mayor a la del mismo mes de 2017 (-51 millones). Las importaciones crecieron 32,1%. Subieron tanto la compra de bienes de consumo como los insumos para la producción nacional. Las exportaciones avanzaron un 10,7%. Entre los rubros de mayor aumento estuvieron biodiésel, oro y aluminio, bienes de escaso valor agregado. También mejoraron las manufacturas de origen industrial (29,6%), en parte motorizadas por las ventas de autos (15,7%).
Una coincidencia en el sector privado es que el déficit preocupa, sobre todo porque es financiado con colocaciones de deuda y no con inversión directa. Otra es que los problemas del frente externo, una de las principales causas de las crisis económicas argentinas, depende muchas veces de factores exógenos (por ejemplo, los movimientos de tasa de la Reserva Federal y su impacto en las materias primas). La tercera coincidencia entre los economistas es que el déficit comercial se extenderá en el tiempo.
¿La diferencia? Algunos consideran que la mejora de la economía mundial (sobre todo, Brasil), el salto del dólar y el arranque de la reforma tributaria suavizarán el déficit. Otros, en tanto, consideran que la amplia brecha entre importaciones y exportaciones se profundizará en 2018, con la sequía entre otros factores.
En el Gobierno son optimistas. En el Ministerio de Hacienda pusieron el énfasis en la mejora de las exportaciones. "Alcanzaron su mayor valor paraun enero desde 2013 y su mayor volumen, en cantidades, desde 2008", afirmaron. "Uno de los principales factores de aumento fue la venta de manufacturasindustriales. Crecieron 29,6% interanual, el mayor crecimiento desde agosto de 2011", indicaron. Sobre el alza de las importaciones, dijeron que son un reflejo del crecimiento.
"Los datos del comercio exterior y de cuenta corriente preocupan. Es el gran talón de Aquiles de la gestión en 2017. Un fenomenal déficit del sector externo, que llegó el año pasado al 5% del PBI", afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Ecolatina. "El déficit fiscal se estabilizó, pero el comercial creció exponencialmente por el atraso cambiario, la mayor apertura y la mejora de la economía", dijo el economista. Ecolatina proyecta que este año el déficit comercial pasará los US$10.000 millones. En sintonía, para la consultora LCG será de US$10.500 millones.
Lo mismo opinan en FIEL. "Los números son preocupantes", indicó Juan Luis Bour, economista jefe. Cree que el déficit llegará este año a US$13.000 millones, impulsado, por la sequía en el campo. En tanto, el rojo de cuenta corriente llegaría a 6 puntos del PBI. "La Argentina está en una posición delicada en materia externa, por eso su prima de riesgo subió respecto de Brasil y de México unos 60 puntos básicos", explicó.
"Es un tema para poner una luz amarilla. Si no, te puede condicionar", advirtió Dante Sica, director de Abeceb, que estimó, sin embargo, que este año el déficit será menor porque Brasil crecerá cerca de 3% y el tipo de cambio va a mejorar algo la competitividad. "Vamos a tener que convivir los próximos años con déficit, porque la minería y la energía, por ejemplo, traccionan mucho en contra y ahora se van a recuperar", dijo. Y agregó: "El país necesita mejorar la competitividad sistémica y tener estabilidad institucional. Para eso se necesita tiempo".
Por su parte, Marcelo Capello, economista jefe del Ieral, es un poco más optimista: "Un mayor tipo de cambio alienta exportaciones y desalienta importaciones. Además, en un 2018 en que los salarios difícilmente le ganen a la inflación, no habría una mejora en el consumo masivo, y eso puede desacelerar levemente las importaciones".
De todas maneras, señaló que se requiere mayor énfasis en alentar las exportaciones, "como política de Estado, y generar mayores incentivos para el turismo interno, que ayuden a mejorar la balanza de servicios".
"Creo que este año se van a recuperar los productos primarios porque bajarán las retenciones a la soja. Pero habrá que ver qué pasa con la sequía", advirtió Marcelo Elizondo, director de DNI. El experto indicó que las exportaciones a Brasil se van a recuperar y remarcó la buena noticia del alza de las manufacturas industriales. Elizondo afirmó que las importaciones crecerán entre 7 y 8% este año, mientras que las exportaciones subirán apenas 5%, y pidió estar atentos a las decisiones de la Reserva Federal sobre las tasas de interés y su impacto en las commodities.
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