¿Vuelve el Tango 01? El Gobierno saca cuentas para recuperar al ícono menemista
El equipo técnico al mando de Julio Vitobello está enredado en una decisión imposible. Eso ocurre porque la matemática le indica la conveniencia para el Estado de avanzar en una dirección que podría conducir a un nuevo escándalo político. El origen de las discusiones giran en torno del Tango 01, principal avión de la flota presidencial, ícono del menemismo y objeto problemático para casi todos los presidentes que sucedieron a Carlos Menem.
El Tango 01 es un Boeing 757-200 que llegó al país a principios de los 90 y está parado en la base militar de El Palomar desde 2016 a la espera de una reparación mayor. Fue uno de los emblemas asociados al clima de época noventista y herramienta utilizada por los rivales políticos del expresidente para denunciar el supuesto derroche argentino en épocas de crisis. Nadie llegó tan lejos en esa argumentación como Fernando De La Rúa. "Es muy lindo, pero lo vendo", decía sobre el avión en un spot publicitario de la campaña que lo condujo a la Casa Rosada.
El radical convirtió en votos la frugalidad y el aburrimiento, llegó a la Presidencia, pero nunca se desprendió de la aeronave, que siguió en servicio hasta hace cuatro años. Mucho antes había comenzado a darles sorpresas a los presidentes. Néstor Kirchner tuvo que participar de un aterrizaje de emergencia en 2004 por el principio de incendio en una turbina, y Cristina Kirchner debió cambiar el transporte en varias ocasiones por problemas menores. Ambos lo amortizaron largamente, según el relato de los pilotos, con viajes a Santa Cruz donde muchas veces se trasladaban los diarios del día.
El Tango 01 no puede volar, pero implica un gasto para el Estado mientras permanece en tierra. Información oficial que recabó LA NACION muestra que se destinan US$220.000 por año a los trabajos de mantenimiento. Es una tarea tan artesanal como importante para el futuro de la aeronave.
Los técnicos ponen periódicamente en marcha los motores para que se lubriquen, así como la operación de las superficies de control mediante potencia hidráulica para evitar el resecamiento de los sellos de goma o el atascamiento de los filtros.
Las superficies expuestas al ambiente llevan un trabajo aparte de engrase y lubricación; se purga el tanque de combustible y hay que mover cada tanto al avión para evitar la ovalización de las cubiertas que forman parte del tren de aterrizaje como si se tratara de un auto que está parado en la calle, pero mucho más costoso.
La Secretaría general de la Presidencia busca un destino menos ignominioso para el Tango 01. "Informamos que se encuentra en evaluación la factibilidad de revertir la situación de desuso de la aeronave y retornarla al servicio", reconoció la cartera de Vitobello ante un pedido de acceso a la información pública que fue respondido con alto nivel de detalle.
Sus cuentas preliminares y en números gruesos, según pudo reconstruir LA NACION por otro canal, arrojan que comprar un avión de esas características implicaría un desembolso cercano a los US$30 millones, mientras que repararlo de acuerdo con las indicaciones del fabricante norteamericano saldría hasta US$15 millones. En la gestión de Mauricio Macri germinó la idea de subastarlo por un precio base menor a los US$3 millones, algo que nunca se concretó.
Una ecuación fácil muestra, según los papeles del Gobierno, la conveniencia de analizar la vuelta del Tango 01 a los cielos. No es el único elemento en consideración. También durante la administración anterior se instaló la polémica por la seguridad presidencial en los viajes fuera del país. Macri acostumbraba tomar vuelos comerciales, pero un informe reservadode la Casa Militar difundido por LA NACION en enero de 2018 cuestionó esa clase de transporte. La carta que firmó el general de Brigada José Luis Yofre recomendó la utilización de un avión "exclusivo para el traslado del Presidente".
La seguridad presidencial es algo que tiene en cuenta la gestión del Frente de Todos. Pero a diferencia de la administración anterior, que evaluó la compra de una nueva nave, parece encaminarse por otro lado. Hasta ahora, la Dirección General de Logística de la Secretaría General no desarrolló ninguna clase de acción administrativa formal para comprar aeronaves y renovar su flota, si bien recibió propuestas comerciales.
Aunque la decisión de reparar el Tango 01 estaría allanada desde el punto de vista económico y tiene sentido por la seguridad de Alberto Fernández, allegados a la Casa Rosada le dan un rol preponderante al elemento político. La pregunta cuya respuesta no convence es: ¿cómo reaccionará la sociedad ante el desembolso de una cifra millonaria en dólares en un contexto de crisis económica y apuros cambiarios?
Mientras tanto, el Presidente deberá trasladarse en alternativas menos fastuosas. Registros que vio LA NACION muestran que el 12 de enero pasado emprendió viaje a Chapadmalal, donde está una de las residencias oficiales, acompañado de la primera dama Fabiola Yañez y al menos dos familiares en el helicóptero H01. Es el más importante de la flota, pero una versión indicaba que el viaje se tendría que haber hecho en avión, algo que no pasó porque no había naves disponibles.
En diciembre pasado, Presidencia sólo tenía dos aviones utilizables: el Tango 04 y el Tango 010. El primero de ellos había agotado sus horas, por lo que entró en los talleres de Aerolíneas Argentinas para su mantenimiento. Se le aplica la inspección mayor "C-Check", "A1", "A2" y "A3", cuyo vencimiento había operado el 7 de diciembre de 2019. En las próximas semanas estará disponible.
La flota se completa con otros dos helicópteros Sikorsky (los H02 y H03). El costo promedio mensual necesario para realizar las tareas de mantenimiento de los helicópteros es de $3.733.300, a los que se suman otro $1,7 millón para pagar la documentación técnica. Si se le agregan los costos del Tango 01, la cuenta arroja que el mantenimiento de la flota aérea presidencial demanda al menos $80 millones al año.
Este año el Tango 010, propiedad de la Fuerza Aérea, pero afectado a la actividad presidencial, se permutó por el denominado Tango 011, un Lear Jet 60, el único avión hoy realmente disponible para los requerimientos de Alberto Fernández.
Circularidad de la política y la aeronavegación, es una pequeña nave que a principios de esta semana lo llevó a La Rioja, donde el Presidente recordó a Anillaco y a Carlos Menem, el primer pasajero del avión que la Casa Rosada busca recuperar.
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