El preocupante futuro ecuatoriano
Por medio de una consulta popular, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, propuso sin éxito reformas políticas, medioambientales y de seguridad, en medio de un repunte de violencia sin precedentes. No fue el único revés del mandatario, ya que las alcaldías de Quito y Guayaquil, las principales ciudades del país, quedaron en manos de Revolución Ciudadana, el partido que tiene al expresidente opositor Rafael Correa, condenado por corrupción, como referente.
Tres de las ocho cuestiones sobre las que se consultó estaban relacionadas con la seguridad, incluidas potenciales reformas de la Constitución con el fin de permitir la extradición de ecuatorianos requeridos por otros países en procesos penales por narcotráfico o crimen organizado. La Constitución ecuatoriana no permite por el momento extraditar a nacionales para que enfrenten procesos o cumplan condena en otros países.
Los resultados electorales sorprendieron a muchos y se mostraron contrarios a lo que varias encuestadoras habían anticipado, ya que se esperaba que por lo menos cuatro de las ocho preguntas recibieran respuestas afirmativas, especialmente las referidas a las cuestiones de seguridad. Ecuador terminó el año pasado con un récord de asesinatos: las 4539 muertes violentas de 2022, según el recuento de la policía, duplicaron largamente los 2048 crímenes de 2021 y, además, constituyen el registro más alto desde 1990 cuando empezaron a contabilizarse este tipo de estadísticas.
Junto a la consulta, los ecuatorianos eligieron a unas 5700 autoridades locales. El correísmo se hizo de al menos siete de las 23 prefecturas provinciales, incluidas las de Guayas y Pichincha, además de Quito y Guayaquil, el puerto que por 30 años fue un bastión de la derecha. El triunfo en las elecciones locales encierra un mensaje simbólico muy fuerte por tratarse de las provincias que concentran el mayor número de votos. Al respecto, Correa manifestó que “se ha dado el primer paso para la recuperación de la patria”.
El presidente Lasso admitió su derrota y convocó a sus adversarios a “solucionar los problemas de nuestra gente” sobre la base de un “debate amplio y serio, sin dogmas ni ideologías”. Correa respondió a la propuesta del presidente de formar un acuerdo nacional, siempre y cuando sea para adelantar los comicios generales.
Cabe recordar que un tribunal de Ecuador declaró a Correa culpable de cargos de corrupción y lo condenó in absentia a ocho años de prisión. Desde 2017, vive en Bélgica con el estatus de refugiado, que le permite viajar por el mundo, aunque no regresar a Ecuador ni presentar candidatura alguna, pues parte de la pena es la suspensión de sus derechos políticos por 25 años.
Si se toma en cuenta que esta consulta tenía como objetivo principal mejorar los niveles de aprobación y de aceptación del presidente Lasso, la realidad parece indicar que sus resultados terminaron debilitándolo y mostrándolo asediado por un entorno político adverso. Ecuador podría enfrentar así un preocupante cambio de orientación política de cara a las próximas elecciones presidenciales. Es de esperar que su ciudadanía no consienta ningún tipo de pacto de impunidad que beneficie a Correa.