Irán: mujer, vida y libertad
Transcurridos ya unos siete meses desde el homicidio a manos del gobierno iraní de la joven Mahsa Amini, arrestada porque su velo dejaba ver su pelo, la rebelión desatada no ha perdido fuerza y las víctimas mortales de las protestas ya serían unas 500, con miles de detenidos, algunos condenados a la pena de muerte. Desde 1983, el uso del velo es obligatorio para mujeres y niñas desde los 7 años, y el incumplimiento conduce a multas, azotes, latigazos, torturas o pena de cárcel, cuando no a la muerte. Pero tras el asesinato de Mahsa muchas más mujeres reivindican su derecho a dejar de usarlo.
El gobierno iraní, que redobla día tras día la apuesta, busca también que la población no haga justicia por mano propia agrediendo a las rebeldes. Sin embargo, y aun cuando los episodios condujeron a detener a unos 100 presuntos responsables, desde noviembre pasado, en colegios de distintas localidades del país, cientos de niñas padecieron signos de envenenamiento con gas que obligaron a hospitalizarlas. Es este otro ejemplo del accionar radicalizado dirigido a instaurar el terror para cerrar las escuelas de mujeres, alejándolas de cualquier forma de educación que desarrolle en ellas el peligroso pensamiento crítico. En señal de protesta muchas niñas se quitaron los velos al grito de “mujer, vida, libertad”.
La Policía de la Moral anunció recientemente la instalación en lugares públicos de cámaras junto con otros “medios inteligentes” en su afán por perseguir a las mujeres que no cumplan con la Ley del Hiyab y la Castidad Pública. En principio, funcionarán como advertencia pero tendrán consecuencias legales en caso de reincidencia en el delito.
Con una población femenina que ronda los 40 millones, entre los castigos previstos para las desobedientes, se mencionan los económicos pero también la incautación del registro de conducir, el pasaporte o la interrupción del servicio de internet. La imposición del velo a lo largo de tantos años se ha convertido en signo de dominación y expresión de un fundamentalismo atávico que las margina de los espacios de decisión.
Los esfuerzos totalitarios por someter a las mujeres a viejas prácticas, exceden el plano religioso y conllevan fuertes mensajes políticos, constituyendo una forma extrema de discriminación. En febrero pasado, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea respaldaron las sanciones a las autoridades iraníes por la represión desatada y la violación de derechos. Sin embargo, la solidaridad internacional no ha mostrado hasta aquí su utilidad a la hora de detener esta inconcebible afectación a los derechos humanos. El mundo deberá alzar aún más su voz para frenar estos graves atropellos.