No más periodistas asesinados
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Desde 2013, cada 2 de noviembre se celebra el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas. El objetivo ha sido sensibilizar a la opinión pública y a la comunidad internacional sobre los principales desafíos que enfrentan los periodistas y comunicadores en el ejercicio de su profesión, víctimas de una escalada de violencia y represión.
Según la Unesco, entre 2006 y 2024, más de 1700 periodistas fueron asesinados en el mundo. Cerca de nueve de cada 10 muertes siguen sin resolverse judicialmente, según el Observatorio de Periodistas Asesinados. Las Naciones Unidas recalcan que la impunidad conduce a más asesinatos y, a menudo, es un síntoma de la agudización del conflicto.
Reporteros Sin Fronteras consignó en su Balance 2024 que 95 periodistas siguen desaparecidos en 34 países. La organización identificó los temas por los que fueron asesinados: conflictos armados, política nacional, crimen organizado y cobertura de protestas.
Según el informe, la Franja de Gaza ha sido la región más peligrosa para ellos, pues en 2024 concentró un tercio de los reporteros asesinados. Palestina es el país más peligroso del mundo para la prensa y registra el mayor número de víctimas mortales de los últimos cinco años.
El número de periodistas asesinados por cubrir zonas en conflicto –en Oriente Medio, Irak, Sudán, Birmania y Ucrania–, en tanto, ha alcanzado una cifra récord desde 2020. Debido al elevado número de reporteros asesinados en Pakistán (7) y durante las manifestaciones en Bangladesh (5), Asia sigue siendo la segunda región con mayor número de crímenes contra trabajadores del sector. La impunidad es moneda corriente cuando se mata a un periodista, por cualquier conflicto y en cualquier país.
Los Estados deben asumir su responsabilidad por permitir, o incluso fomentar, un clima de impunidad en el que semejantes crímenes tengan cabida, y contraer el firme compromiso de adoptar las medidas que pongan fin a la impunidad, llevando a los responsables ante la Justicia y garantizando el derecho a la información de toda la ciudadanía. Esta es la única forma de impedir más asesinatos y de romper el ciclo de violencia contra los profesionales de los medios de prensa.