Declararon la emergencia educativa en General Pueyrredón
MAR DEL PLATA.- Dos semanas de demora en el comienzo de clases por problemas con los baños. Desde entonces -y mucho antes también- se registraron filtraciones en los techos; caída de mampostería; clausura de aulas y de la oficina de dirección e inundación con cada lluvia. Esos son los problemas con los que conviven alumnos, docentes, directivos y auxiliares de la Escuela Primaria Nº 64, en el barrio Cerrito Sur. Y son un reflejo de la situación que alcanza a decenas de establecimientos del distrito de General Pueyrredón, donde autoridades municipales acaban de declarar la emergencia educativa en infraestructura y salud escolar.
El intendente Carlos Arroyo, que arrastra una complicada relación con el gobierno provincial, promulgó en las últimas horas la ordenanza que establece la emergencia educativa. "Era necesaria", afirmó ayer, durante una recorrida por una de las escuelas que recibieron mejoras.
Un relevamiento del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (Suteba) señala que la mitad de los 222 edificios, donde funcionan 345 escuelas de tres niveles de enseñanza, tienen importantes problemas que dificultan una actividad normal en las aulas. Incluso resaltan que en algunos casos se aplica una rotación.Es decir, esto implica que algún curso no tenga clases uno o más días a la semana para que otro ocupe el mismo espacio. "Hay 19.900 alumnos que no tienen clases en forma regular", afirman voceros del gremio.
El planteo de emergencia educativa llegó al Concejo Deliberante por una propuesta del bloque Unidad Ciudadana, al que se sumaron el resto de la oposición e incluso ediles radicales que responden a Cambiemos, partido con el que llegó al gobierno Arroyo. Si bien sus concejales de Agrupación Atlántica, Coalición Cívica y Crear votaron en contra, el mandatario sorprendió esta semana al promulgar esta ordenanza, la 24.065.
La norma establece que durante los próximos dos años se mantendrá esta condición, que debería derivar en una más pronta recuperación de los servicios educativos, porque ahora la comuna podría concretar contrataciones y compras directas de insumos y equipos, sin las demoras que implicaba el habitual trámite de llamados a licitación o compulsas de precios.
"La emergencia educativa es un paso importante, pero todavía no alcanza, porque necesitamos tener precisiones sobre cómo se administran los recursos que llegan para Educación", dijo el titular local del Suteba, Gustavo Santos Ibáñez. Se refiere a la conformación de una comisión de seguimiento del fondo educativo que no pierda de vista y defina el destino de un presupuesto anual de casi $200 millones. "El 40% debe ir a infraestructura de escuelas", recordó.
Fuentes de la Dirección General de Escuelas consideraron que la medida ayudará a que la comuna resuelva con mayor celeridad los problemas de infraestructura de los establecimientos que tiene a su cargo. Y recordaron que los municipios reciben fondos coparticipativos para arreglos de escuelas provinciales.
Sofía Abadíe, presidenta del Consejo Escolar de General Pueyrredón, afirmó que en el distrito que abarca Mar del Plata y Batán hay 78 servicios educativos en obra, con una inversión de $140 millones desde mayo pasado. Desde distintos sectores se advierte desconocimiento sobre el listado de cada caso. Dicen que no saben cuál de esas escuelas tiene obras en marcha; cuál, un proceso de licitación, y cuántas atraviesan el informe de diagnóstico.
El sistema educativo del distrito cuenta además con más de 50 escuelas y jardines que dependen del municipio. Allí también se empiezan a advertir algunas dificultades similares a las que afectan a los establecimientos provinciales. Por ejemplo, filtraciones en los techos.
Esta semana, el gobierno municipal anunció una inversión de $40 millones para volver a poner en funcionamiento la pileta cubierta, en el extremo sur de la Rambla Casino. Por distintas falencias de infraestructura permanece cerrada desde hace más de un año, por lo que alumnos de decenas de escuelas públicas dejaron de tener allí sus clases de educación física.
Elizabeth Walker, vicedirectora de la EP Nº 64, explicó a LA NACION que cuando hay lluvias intensas el edificio se inunda porque fue construido casi por debajo del nivel de la calle. "Con esas condiciones vienen muy poquitos chicos y los acomodamos en unas pocas aulas, porque si estuvieran todos no tendríamos lugar", dijo. "Pudimos empezar las clases 15 días después gracias a un arreglo de apuro que se pudo hacer en los baños", señaló.
Desde todos los sectores coinciden en que esta realidad no es exclusiva de esta época, sino que el sector arrastra décadas sin inversión acorde y sostenida. Los gremios también lo admiten, aunque remarcan que las crisis "se profundizó con esta gestión". "Se ha invertido como nunca antes, pero todavía no alcanza", admitió el secretario de Educación municipal, Luis Distéfano.