Argentinos en España: temor por la xenofobia

MADRID.- Por primera vez en muchos años, el avance de partidos xenófobos en Europa se convirtió, para miles de argentinos, en algo más que motivo de interés de quien observa lo que ocurre en otra parte del mundo, para convertirse en causa real de inquietud. Pero en carne propia.

Es que el auge de ese tipo de agrupaciones -que hacen ideología del rechazo al inmigrante y de la inmigración como fenómeno- entorna la única salida que encuentran numerosos ciudadanos argentinos que, afectados por el creciente desempleo en nuestro país, prueban suerte en Europa.

Por ejemplo, algo de eso invadió ya las conversaciones en los sitios que, informalmente, se convirtieron en centro de reunión para emigrantes jóvenes en Madrid. También, en las consultas que se hacen en las asociaciones de residentes argentinos en España.

"Si aparecen más tipos como éste, nos rajan a todos", se repitió en un cibercafé sobre la céntrica Gran Vía, donde el 80% del público es argentino. Sólo basta entrar para comprobarlo: todos hablan allí con tanto dejo argentino que hasta parecen imitarlo.

El tema era, por supuesto, el 18% de votos logrados por el derechista Jean- Marie Le Pen en las recientes elecciones francesas. "Para ése, todos los problemas del país se sintetizan en uno solo: inmigrantes", afirmó uno con tonada cordobesa. También se hablaba del asesinato de Pym Fortuyn, el líder xenófobo holandés.

La ironía no bastaba para ocultar la alarma. De mano en mano, pasaban recortes de varios artículos recientes de la prensa española. "España no tiene aún un Le Pen", decía uno, arrancado de las páginas del madrileño El Mundo que, con ese título, sonó tranquilizador para la concurrencia.

Pero Francisco Umbral, el columnista estrella del mismo periódico, advertía desde su habitual columna de contratapa: "Ese 18% rampante en las tapias de París -en alusión al respaldo que obtuvo Le Pen- hay que sumarlo automáticamente a las minorías fascistas que hoy apuntan en toda Europa, incluida España".

"Volverán las dictaduras"

Entre quienes frecuentan las asociaciones de residentes argentinos -que en los últimos meses aumentaron en número- la inquietud es que el avance del discurso xenófobo reste posibilidades a las medidas que reclaman para tratar de ayudar a quienes llegaron aquí sin sus documentos en regla y quedan excluidos del mercado de trabajo.

En niveles de decisión política, hay ya voces en España que previenen contra los posibles efectos "comunicantes" entre el avance de ese discurso en Europa y su correlato en América latina y, en particular, en nuestro país.

"Si no hay trabajo y se cierran puertas, a mediano plazo podemos enfrentar un escenario propicio para nuevos gobiernos populistas y autoritarios. Volverán las dictaduras", advirtió uno de los responsables del manejo de fondos para la Cooperación Iberoamericana en una reunión con diplomáticos a la que tuvo acceso LA NACION.

El discurso antiinmigratorio está en las calles de Europa. Ya anotó presencia no sólo en Francia y Holanda, sino también en Austria, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Noruega, Dinamarca y, ahora también, en Bélgica. En España, su expresión más notable hasta ahora es la de asociar delincuencia e inmigración.

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