Asesinatos, torturas y fugas: la sangrienta historia del Chapo Guzmán, el narco más feroz
El 22 de febrero de 2014, cuando cayó preso por segunda vez en su historia como narcotraficante, a Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, alias “El Chapo” (petiso en México, medía 1.64 metros), líder del cartel de Sinaloa, no le tembló la voz para confiarle a sus captores que a lo largo de su vida había matado entre 2.000 y 3.000 personas, entre ellos al capomafia Ramón Arellano Félix, fundador del cartel de Tijuana.
No estaba ante sus laderos mafiosos, sino frente a agentes federales de la Marina Armada de México que debieron trabajar para atraparlo en un megaoperativo conjunto con funcionarios de la DEA y hasta los Marshalls de Estados Unidos, que no solo conmocionó a México y a los Estados Unidos sino al mundo entero. Era tanta la ansiedad por hallarlo, que cuando lo lograron, la confirmación fue dada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto a través de un mensaje de Twitter.
Reconozco la labor de las instituciones de seguridad del Estado mexicano, para lograr la aprehensión de Joaquín Guzmán Loera en Mazatlán.
— Enrique Peña Nieto (@EPN) February 22, 2014
Cayó exactamente a las 6:40 horas en un hotel del balneario de Mazatlán, Sinaloa, mientras asistía a una fiesta. La pesquisa se terminó concretando en un condominio de dos torres y 27 apartamentos para nada lujosos, donde Guzmán había llegado apenas dos días antes con escasa guardia de seguridad. Mientras los trasladaban rumbo a un helicóptero, a varios de los detenidos se los pudo ver en calzoncillos.
Pese al infortunio, El Chapo estaba locuaz ese día. A sus captores llegó a contarles que cuando se escapó por primera vez de prisión en enero de 2001 de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, se había refugiado en el estado de Nayarit y después en su rancho de Baridaguato, Sinaloa.
Se cree que en esa oportunidad se escondió en un carro de lavandería entre ropa sucia y con la ayuda de un empleado de la cárcel, atravesó seis controles internos de seguridad hasta llegar a la calle.
Los agentes dijeron que permaneció tranquilo y respetuoso, destacaron su carisma y que nunca intentó agredirlos e insultarlos. Hasta llegó a bromear acerca de las versiones que lo señalaban como un bandido multimillonario: “es una leyenda de Forbes”, aseguró con relación a la publicación económica de los Estados Unidos que estimó su fortuna en mil millones de dólares.
Fue alojado en el penal de máxima seguridad del Altiplano de la localidad de Almoloya de Juárez, a 70 kilómetros al oeste de la Ciudad de México, mientras el gobierno de los Estados Unidos pedía su extradición. Pero se volvió a fugar. Ocurrió la noche del 11 de julio 2015, cuando desapareció después de ingresar al sector de duchas de la prisión, donde habitualmente realizaba su aseo personal. Guzmán salió por un túnel excavado por debajo de la cárcel.
Más de la historia del Chapo Guzmán
El Chapo nació el 4 de abril de 1957 en el pequeño pueblo de La Tuna, entre el campo y las sierras de Sinaloa, y como lo hacía su familia, se sumó desde pequeño a cultivar marihuana y opio. Cuando fue creciendo se dio cuenta que no quería trabajar para los traficantes de los alrededores, deseaba convertirse en el capo de todos y fue por ello.
Guzmán se hizo cargo del cartel de Sinaloa en 1989 cuando cayó Miguel Ángel Gallardo, su maestro. Luego conoció al temido y poderoso Pablo Emilio Escobar Gaviria, rey de la cocaína en Colombia y el primero que la traficó masivamente en los Estados Unidos.
Como era un atrevido de pura cepa, lo imitó y lo superó en fortuna y ferocidad. Llegó a monopolizar el 25 por ciento del mercado de la droga (unas 150 toneladas) que ingresaba al país del Norte. Se estima que en dos décadas movió una cifra cercana a los 14 mil millones de dólares.
Su creatividad para trasladar cocaína lo hizo trascender. Lo realizó a través de su propia flota de taxis aéreos, en jabones, en pimientos, y llevó su oscuro negocio a niveles insospechados. Año a año, su ingeniería se volvió más sofisticada. Llegó a construir cerca de cien túneles para atravesar la frontera con los Estados Unidos que tenían aire acondicionado, luz y rieles para los carros de transporte.
Su primera captura sucedió en 1993 en Chiapas, en la frontera de México con Guatemala. Había ido a ese país escapando de la policía que buscaba a los autores del asesinato en un tiroteo entre mafias en el aeropuerto de Guadalajara del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, hecho del que El Chapo siempre negó haber participado.
“El Chapo” fue arrestado en el puente fronterizo internacional del Talismán y luego extraditado a México, donde pasó casi ocho años en prisiones de alta seguridad hasta que volvió a escaparse en 2001 de la prisión de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco.
Más fugas y condena
En 2015 Guzmán volvió a huir de la prisión de El Altiplano, a 25 kilómetros de Toluca. Fue imitando los túneles que usaba para trasladar cocaína. Construyó uno de un kilómetro y medio y de esa manera volvió a la libertad.
El 8 de enero de 2016 soldados norteamericanos lo detuvieron en Los Mochis, Sinaloa, su tierra. Se resistió a tiros junto a su gente, varios de ellos cayeron muertos, El Chapo llegó a las alcantarillas de la ciudad a través de un túnel que construyó en su propia vivienda, pero lo terminaron atrapando y fue extraditado a los Estados Unidos en enero de 2017.
Pese a eso, El Chapo soñaba aún entre rejas con tener su película con su propia vida de bandido. La idea la pensó junto a su amiga, la actriz mexicana Kate del Castillo, que se reunió con él cuando estaba prófugo junto al actor norteamericano Sean Penn, con motivo de una entrevista que terminó publicando la revista Rolling Stone, a la que se apareció con un arma en la cintura.
En 2019 Guzmán fue condenado a cadena perpetua por ser hallado culpable de diez cargos en una corte de Nueva York: tráfico de drogas, liderar una red criminal, asesinatos, sobornos, torturas, conspiración internacional para la fabricación y distribución de cocaína, heroína, metanfetamina, y marihuana, uso de armas de fuego y conspiración para lavar las ganancias de narcóticos… una síntesis perfecta de su violenta vida.
Hoy pasa como puede sus días en la prisión Supermax en Colorado, temida y definida en el mundo carcelario como el Alcatraz de las Rocosas.
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