El crimen ocurrió en 1969 en Stocking Farm, la mujer fue confundida con la esposa de Rupert Murdoch; descubrí por qué creen que los restos se encuentran en ese lugar en particular
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La familia de una mujer que fue secuestrada y asesinada en una finca en Inglaterra quiere comprar la propiedad y excavar en busca de su cuerpo. Tras su muerte en 1969 en Stocking Farm (antes Rooks Farm), en el condado de Hertfordshire, Muriel McKay nunca fue encontrada. Su caso es emblemático.
Fue secuestrada porque se pensó que era otra persona; nada más ni nada menos que la entonces esposa del magnate de la prensa, Rupert Murdoch. La señora McKay era la esposa de Alick McKay, quien en esa época trabajaba junto al poderoso empresario.
Según Louise Parry, reportero de la BBC, “Murdoch había prestado a los McKay (su auto) Rolls Royce, lo que condujo al caso de confusión de identidad. Sus secuestradores la confundieron con Anna, entonces esposa de Murdoch, en un intento fallido de extorsionarla por un millón de libras (US$1.300.000)”.
En julio de 2024, 55 años después, la Policía Metropolitana volvió al lugar y gastó 160.000 libras esterlinas, equivalentes a cerca de 200 mil dólares, en realizar una búsqueda de ocho días. Pero, tal como ocurrió en una excavación de 2022, no tuvo éxito.
Ahora, el nieto de la señora McKay, Mark Dyer, dijo que estaba dispuesto a pagar más de un millón de libras para comprar la propiedad, la que calificó como “el lugar más malvado de la tierra”, y continuar así con la incansable búsqueda de su abuela.
Los reporteros de la BBC, Lewis Adams y Justin Dealey, explican que Dyer admitió que esto sería “algo difícil de hacer” emocionalmente, pero que a la vez podría ser necesario para encontrar al menos un cierre al proceso de duelo que arrastra la familia.
Las excavaciones de julio tuvieron lugar después de que el último asesino sobreviviente, Nizamodeen Hosein, quien ahora vive en Trinidad, diera información sobre el lugar donde supuestamente estaba enterrada la señora McKay.
Pese a que Hosein estuvo dispuesto a viajar para ayudar con el proceso de búsqueda del cuerpo, las autoridades no le permitieron regresar al Reino Unido, lo que la familia McKay consideró un obstáculo en sus esfuerzos.
Ian McKay, el hijo de la señora McKay, le dijo a la BBC: “Todo esto depende de que el propietario quiera vender. La compra de Rook’s Farm sería una respuesta emocional para permitir a la familia buscar adecuadamente y, con suerte, encontrar un cierre”.
Dyer dijo que si su familia compraba la granja en el futuro, serían propietarios solo de forma “transitoria”: la comprarían, contratarían a especialistas para llevar a cabo una búsqueda privada y luego la venderían, explicó.
A principios de este año, el señor Dyer voló a Trinidad con la hija de la señora McKay, Dianne, y Nizamodeen les mostró en un mapa dónde creía que estaba enterrado el cuerpo, lo que reactivó su búsqueda.
El abogado del asesino, Matthew Gayle, dijo a la BBC que Nizamodeen seguía dispuesto a viajar Inglaterra para colaborar en una eventual excavación. En marzo de 2024, Hosein declaró que estaba dispuesto a viajar a Hertfordshire y señalar el lugar donde estaba enterrada. “Estoy dispuesto a dar un lugar de descanso a la familia, paz mental, como se diría”, dijo.
Los detalles del caso
El 29 de diciembre de 1969, la señora McKay volvía a su casa cuando fue interceptada por sus secuestradores y subida a un auto. En ese momento, Muriel tenía 55 años, era madre de tres hijos adultos y tenía cuatro nietos.
Años después, al conversar con Nizamodeen, su hija Dianne conoció mayores detalles de ese momento. “Durante años le había dado vueltas a la pregunta de ‘¿cómo dejó mi madre entrar en casa a esos hombres, que parecían bastante rudos?’ Él me lo dijo muy sencillo ‘ella estaba fuera’”, afirmó en julio en conversación con la BBC. “Los vio venir. Entró corriendo y cogió el teléfono, pero no puso el cerrojo. Así fue como entraron”.
Tras el secuestro, tanto Nizamodeen como su hermano hicieron llamadas en repetidas oportunidades a la familia McKay pidiendo sumas de dinero y amenazando con el asesinato de Muriel.
Luego, su nieto, Mark Dyer, dijo que se hizo una llamada anónima desde la cabina telefónica de un pub, afirmando que estaba muerta. A pesar de intensas búsquedas que condujo la Policía en Rooks Farm en 1970, el cuerpo de la señora McKay no fue encontrado.
Los responsables
Arthur Hosein, propietario de Rooks Farm, y su hermano menor, Nizamodeen Hosein, fueron detenidos el 7 de febrero de 1970. En uno de los primeros juicios por asesinato celebrados en el Reino Unido sin que aún se descubriera un cadáver, ambos fueron condenados a cadena perpetua por el secuestro y asesinato de Muriel McKay.
Arthur murió en prisión, pero Nizamodeen fue deportado a su Trinidad natal tras cumplir su condena. Con los años, el caso se enfrió y la familia intentó seguir adelante con sus vidas. Pero, en 2021, Sky emitió un documental titulado The Wimbledon Kidnapping, que incluía una entrevista reciente con Hosein.
Dyer dijo que eso “abrió la puerta” a una nueva investigación. “Vi a un hombre que quería confesar”, sostuvo en esa oportunidad. Junto con su madre, Dianne, contrató a un abogado en Trinidad para establecer contacto con Hosein. En poco tiempo, hablaron por videollamada y dijo que “Nizam lo reveló todo”.
La familia señaló que Hosein admitió haber secuestrado a la señora McKay, pero les dijo que esta murió de un ataque al corazón tras ver a su familia hacer un llamado sobre el caso en televisión.
Hosein reveló que, tras la repentina muerte de la señora McKay, los hermanos escondieron su cuerpo bajo un gran montón de estiércol detrás del granero. Así, les señaló el lugar en un mapa de Rooks Farm, donde se reactivaron -aun sin éxito- la búsqueda de los restos de la mujer australiana.
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