
Bush admitió un arresto por ebriedad
Fue detenido en 1976 por conducir alcoholizado; la noticia alimentó las sospechas de otros ocultamientos
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WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- George W. Bush, que a lo largo de la campaña se negó de manera sistemática a hablar sobre el papel de las drogas y el alcohol en su juventud, tuvo que admitir anteanoche que en 1976 fue arrestado por manejar borracho. La campaña del candidato republicano cuestionó el momento de la revelación (días antes de las elecciones del martes próximo) y acusó a los demócratas de Al Gore de practicar "trucos sucios".
Un periodista de una cadena de Portland, Maine, informó que un policía detuvo a Bush, que entonces tenía 30 años, le impuso una multa de 150 dólares y una prohibición de manejar por 30 días en el Estado donde sus padres tienen una casa de veraneo. No le suspendieron la licencia de conducir ni tuvo que pasar la noche en la comisaría.
La noticia tardó minutos en llegar a todas las principales cadenas de televisión, y Bush decidió interrumpir su actividad de campaña para dar una conferencia de prensa, la primera en más de un mes, para hablar sobre un episodio que sucedió hace 24 años.
"En algunas ocasiones bebía de más, bebí de más aquella noche y aprendí mi lección", dijo el candidato republicano, que dejó de tomar alcohol hace 14 años.
El hecho en sí no tiene importancia, ni el arresto ni las cervezas que dijo haber tomado de más podrían afectarlo. Gore admitió hace años que fumaba marihuana cuando era joven, y el tema no fue ni mencionado en la campaña para suceder a Bill Clinton.
Lector de la Biblia
La noticia tiene el potencial para dañar a Bush por otras razones. Por un lado, alimenta la sospecha de que nunca quiso hablar sobre su pasado porque tiene cosas que ocultar.
Bush nunca respondió preguntas directas sobre las drogas y el alcohol, sólo dijo que había cometido errores de joven. Contó que al cumplir 40 años dejó atrás su vida disipada y se convirtió en una persona que desde entonces lee cotidianamente la Biblia.
Pero la cuestión fundamental es si mintió o no alguna vez sobre su pasado. Para un candidato que basó toda su campaña en un profundo cuestionamiento a la "credibilidad" de Gore, que lo descubran in fraganti en una mentira puede ser un problema.
Karen Hughes, la directora de comunicaciones de Bush, que también salió a intentar controlar el daño, dijo que el gobernador jamás mintió. Explicó que mantuvo el episodio en privado porque no quería ser un mal ejemplo para sus hijas mellizas, que tienen 18 años.
Wayne Slater, periodista del Dallas Morning News, puso en duda las afirmaciones de Hughes. Contó que en una entrevista que mantuvo con Bush hace dos años le preguntó si alguna vez lo habían arrestado de 1968 en adelante, cuando tuvo un pequeño incidente por robar una guirnalda de Navidad. El gobernador de Texas le respondió que no había sufrido más arrestos, según dijo ayer Slater.
Todos los asesores de Bush buscaron asociar a Gore con la noticia, y lo acusaron de estar tan desesperado que apela a golpes bajos que sólo pueden fastidiar al votante. La campaña de Gore desmintió cualquier relación con la noticia, que según se supo más tarde le había llegado al periodista de Maine por intermedio de Tom Connolly, un ex candidato demócrata a la gobernación.
Connolly dijo que se enteró de que Bush había sido arrestado, buscó en los archivos, encontró la prueba, intentó enviarla a la campaña de Gore, la línea de fax le dio ocupado y entonces se lo entregó a un periodista sin haber consultado antes a ningún asesor del vicepresidente. "No tengo relación alguna con la campaña de Gore, y me enteré de esto en mi condición de abogado", afirmó Connolly.



