Concierto de elogios y ovación para Merkel en la UE, que ya empieza a sentir el vacío

PARÍS.- Ovación de pie y tsunami de superlativos de sus pares europeos en el último día de la cumbre del bloque en Bruselas: la canciller alemana, Angela Merkel, deja la Unión Europea (UE) con un concierto de elogios, que dan idea del vacío que provocará la ausencia de esta mujer fuera de serie que, durante 16 años de ejercicio del poder y 107 cumbres europeas, terminó convirtiéndose en una “máquina de obtener compromisos”.

“Espero que no se enoje conmigo por esta ceremonia organizada para su última cumbre”, le dijo ayer el presidente del Consejo Europeo, después del aplauso de pie de los otros 26 líderes del bloque, reunidos jueves y viernes en Bruselas.

Estas reuniones de los 27 “sin Angela serán como Roma sin el Vaticano o París sin la Torre Eiffel”, agregó Michel. “Su partida de la escena política europea nos afecta políticamente, pero también nos llena de emoción. Usted es un monumento, Angela”, prosiguió el expremier belga, ditirámbico, según fuentes europeas, pues el homenaje se realizó a puertas cerradas. Michel rindió homenaje a “la sabiduría” de la canciller, que faltará a los europeos, “en particular en los períodos delicados”.

Ningún líder europeo dejó de destacar el espíritu de compromiso de la responsable alemana: “Ha sido una artesana de la paz en el seno de la UE”, afirmó el flamante jefe del gobierno austríaco, Alexander Schallenberg, investido tras la renuncia de Sebastian Kurz. “Siempre fue una máquina de obtener compromisos”, dijo a su vez el premier luxemburgués, Xavier Bettel.

Y en efecto, una vez más, para esta última cumbre marcada por las violaciones del Estado de Derecho de Polonia, Angela Merkel volvió a imprimir su marca insistiendo en favor del diálogo con Varsovia.

¡Qué longevidad política! De las 214 reuniones realizadas desde la creación, en 1975, del Consejo Europeo, que reúne a los presidentes y jefes de gobierno del bloque, Merkel asistió a 107.

“Es casi científico”, bromeó Michel, aludiendo a la formación de la canciller, especialista en química cuántica.

Estos últimos meses, los dirigentes de la UE multiplicaron los homenajes y agradecimientos para aquella que dirige Alemania desde 2005, casi tanto tiempo como su antecesor, el canciller de la Reunificación, Helmut Kohl (1982-1998). Al frente de la primera potencia económica del Viejo Continente, Merkel fue muy criticada por la actitud de Berlín durante la crisis de la eurozona provocada por el derrumbe financiero mundial de 2008-2009. Pero después todos saludaron la respuesta que supo dar a la crisis migratoria de 2015 y haber aceptado durante la pandemia la mutualización de la deuda del bloque.

Los más europeístas le reprochan, sin embargo, no haber sido capaz de utilizar su capital político y su autoridad para obtener una mayor integración continental.

Es muy probable que Olaf Scholz, el líder socialdemócrata que ganó las elecciones federales del 26 de septiembre y negocia actualmente una coalición de gobierno con los Verdes y los liberales, ocupe la silla de Merkel en la próxima cumbre europea del 16 y 17 de diciembre.

Aun para los más optimistas, la partida de la canciller, de 67 años, suscita un auténtico miedo al vacío tanto en su país como en el seno de la UE, confrontada a desafíos decisivos para su supervivencia, como la reconstrucción económica pos-Covid, el cambio climático y, sobre todo, la afirmación de su papel geopolítico frente a Estados Unidos y a China.

Angela Merkel y Stefan Löfven, el primer ministro sueco socialdemócrata que, fragilizado políticamente, decidió retirarse en noviembre, serán los primeros dirigentes de la UE que reciban un regalo de adiós: una obra de arte que representa el edificio Europa de la rotonda Schuman de Bruselas, donde se realizan las cumbres del Consejo Europeo.

Pero la despedida a la canciller alemana no fue el único objetivo de la cumbre. Los 27 también consagraron los dos días de reunión a tratar numerosos temas de primera importancia. Sobre la espinosa pulseada de Bruselas con Varsovia, la Comisión decidió finalmente no tomar por el momento ninguna medida, esperando que el gobierno ultranacionalista de ese país decida dar marcha atrás, asegurando la independencia de la Justicia polaca y reconociendo que el derecho europeo prima sobre el nacional.

Por el contrario, la Comisión opuso un categórico no a la financiación de “alambradas y muros” en las fronteras del bloque para impedir la llegada de migrantes, reclamada por 12 países como Lituania y Austria.

Lituania construye una alambrada a lo largo de su frontera con Belarús para detener el flujo de inmigrantes que el régimen de Alexander Lukashenko organiza en represalia por las sanciones aplicadas por la UE.

“Fui muy clara sobre la cuestión. Desde hace tiempo hay una posición común de la Comisión y del Parlamento europeo en ese sentido”, declaró la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen.

Ante la estampida de precios de la energía, el bloque se congratuló por los “útiles” instrumentos propuestos por la Comisión (reducción fiscal, ayuda a los hogares más frágiles, congelamiento temporario de los aumentos, etc.). El texto final, adoptado tras horas de discusión, también solicita a la CE que estudie el funcionamiento del mercado del gas y la electricidad para identificar potenciales efectos perversos y busque posibles manipulaciones especulativas en el mercado europeo del carbono (ETS).

Esta última exigencia provino de los países de Europa central, convencidos de que ese mercado es el responsable del incremento de los precios de la electricidad.

España, apoyada por Francia, solicitó “medidas excepcionales”, como la compra conjunta de gas para crear reservas estratégicas o bien la reforma del mercado de la electricidad en Europa.