Corea del Norte invitó al Papa
Intermediario: es el primer resultado diplomático de la cumbre con su vecino y fue fruto de una gestión del presidente surcoreano.
PYONGYANG.- En el primero y más importante resultado diplomático de la histórica cumbre entre las dos Coreas, el gobierno comunista de Pyongyang invitó oficialmente al papa Juan Pablo II para que visite el país próximamente.
La gestión del presidente de Corea del Sur, el católico Kim Dae Jung, que ayer remitió el mensaje del presidente norcoreano, Kim Jong Il, a la nunciatura de la Santa Sede en Seúl, fue fundamental para concretar los detalles de la invitación de Pyongyang.
Durante la reciente cumbre celebrada en la capital de Corea del Norte, el presidente norcoreano le preguntó a su par del Sur por la edad del Papa y le dijo "pídele que venga", en una de las tres reuniones que mantuvieron, según informó Park Joon-Young, vocero del gobierno de Seúl.
El comunicado final de la cumbre intercoreana anunciaba "cooperación e intercambios a todos los niveles", uno de cuales ha sido el ofrecimiento y la mediación de Kim Dae Jung en la invitación al Papa.
El presidente surcoreano visitó Roma en marzo último y aprovechó esa ocasión para poner al corriente a Juan Pablo II de su política aperturista hacia el vecino país y de los esfuerzos de reunificación hechos desde Seúl. En aquella misión, Kim sugirió también al Papa visitar Corea del Norte para romper el aislamiento de Pyongyang.
Corea del Norte no promueve ni prohíbe la práctica religiosa entre sus 22 millones de habitantes mientras que Corea del Sur, con 46 millones, cuenta con 10 millones de protestantes, 10 millones de budistas y unos 5 millones de católicos.
Pero a pesar de que el Norte no es un Estado eminentemente religioso, el papel del Papa en la pacificación y apertura de ese país podría aportar más empuje al proceso de reunificación certificado en Pyongyang.
Ayer, la agenda de Kim Dae Jung en Seúl se centró en poner al tanto de las negociaciones de los últimos días al gobierno y a otras instancias oficiales dentro del país y fuera de él.
Además, Kim conversó por teléfono con su homólogo estadounidense, Bill Clinton, a quien informó sobre los resultados y el alcance de la declaración final de la cumbre.
Cooperación económica
En tanto, el ministro de Finanzas surcoreano, Lee Hun Jai, anunció que en julio habrá un nuevo encuentro entre representantes de ambos países para decidir políticas de largo plazo que girarán en torno de la cooperación económica. En este capítulo, Kim Jong Il pidió que se antepusiera a otras iniciativas la conexión ferroviaria Norte-Sur con la línea Sinuiju-Seúl, y mayores esfuerzos para potenciar la región bañada por el río Imjin.
La cumbre de Pyongyang, convertida en el primer paso formal de un proceso bilateral de acercamiento y reunificación, ha sentado las bases para terminar con 55 años de tensiones bélicas en la península coreana, el último reducto de la Guerra Fría que queda en el mundo.
Sin embargo, el gobierno japonés continúa preocupado por los programas de desarrollo de misiles en Corea del Norte. La cumbre "fue el primer paso y esperamos que se siga adelante para que se reduzca la tensión en la península", indicó Chikahito Harada, vocero de la cancillería nipona.
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