Coronavirus: Trump quiere que la gente vuelva a misa y pide reabrir los templos
WASHINGTON.- En medio de la pandemia de coronavirus, que tiene a Estados Unidos como el país con más infectados, Donald Trump quiere que los norteamericanos vuelvan a misa. El presidente elevó la presión sobre los gobernadores del país para que permitan que abran las iglesias, sinagogas, mezquitas y otros lugares de adoración, a los que consideró "esenciales".
"En Estados Unido, necesitamos más plegarias, no menos", dijo el presidente, en un muy breve anuncio en la Casa Blanca.
Trump le ordenó al Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, según sus siglas en inglés) que difundiera recomendaciones a las comunidades de fe del país para que pudieran reabrir de manera segura, pese a que su gobierno y sus expertos en salud continúan recomendando que el país practique el distanciamiento social para contener al nuevo coronavirus y evitar que haya un nuevo brote.
La decisión final depende de los gobernadores. Trump carece de la autoridad para decidir qué servicios pueden abrir en cada estado, y por eso su declaración fue vista como un acto político destinado a reforzar el vínculo con su coalición política –el presidente cuenta con un fuerte respaldo de los evangélicos– en un año electoral. Varios líderes evangélicos podrían recostarse en la nueva recomendación de la Casa Blanca para desafiar órdenes de sus gobernadores. Y varios gobernadores republicanos podrán usar el impulso presidencial para ampliar la apertura en sus estados.
Estados Unidos es el país con mayor cantidad de casos confirmados de Covid-19: 1,6 millón de contagiados, según el conteo de la Universidad Johns Hopkins. El país tiene ya más de 95.000 muertes confirmadas, y ya todos los estados han empezado a permitir el retorno de algunas actividades y la gran mayoría levantó ya la recomendación de confinamiento que predominó en casi todo el país a lo largo de abril.
Trump dijo que las iglesias, mezquitas, sinagogas y otros lugares de adoración eran "esenciales", y se quejó de que los gobernadores que permitieron que las vinerías y las licorerías y las clínicas que practican abortos permanecieran abiertas durante el confinamiento, pero no los luagres donde la gente podía reunirse para practicar su fe. La Casa Blanca enmarcó su ofensiva como una defensa de la libertad de expresión, pese a que nada le prohíbe a la gente rezar por su cuenta, o participar de misas u otras ceremonias en formato virtual.
"Muchos abrazan la adoración como una parte esencial de la vida. Los ministros, pastores, rabinos y otros líderes se asegurarán de que sus congregaciones sean seguras", dijo el presidente. "Aman a sus congregaciones, aman a su gente y no quieren que nada malo le pase a ellos ni a nadie. Los gobernadores deben hacer lo correcto y permitir que estos lugares abran ahora mismo", insistió.
Trump dijo que si los gobernadores no seguían su recomendación, los "anularía", aunque omitió decir cómo planea hacerlo, ya que no tiene autoridad para hacerlo.
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