El papa Francisco envía al secretario de Benedicto XVI a Alemania: le puso un plazo para que deje Roma
El pontífice le dio instrucciones al arzobispo Ganswein para que se vuelva a su país a más tardar el 1 de julio; la tensión entre ambos aumentó tras la publicación de un controvertido libro
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ROMA.- A seis meses de la muerte de Benedicto XVI, papa emérito, fallecido el 31 de diciembre de 2022, se habría resuelto el enigma del destino de su controvertido secretario privado, Georg Ganswein. Después de idas y venidas y versiones de todo tipo, el arzobispo alemán, de 66 años, que escandalizó a muchos al publicar un libro con varios trapos sucios a pocos días de la partida de Joseph Ratzinger, volverá a su diócesis de origen, Freiburg, sin revestir ningún cargo, sino como ciudadano privado, según indicó hoy el diario Die Welt. El periódico alemán precisó que el papa Francisco, que en los últimos meses recibió a Ganswein tres veces en audiencia, le dio instrucciones a Gänswein para que abandone Roma a más tardar el 1 de julio.
En una de esas audiencias, Francisco le sugirió regresar a su diócesis de Alemania y le recordó a Ganswein que, según la tradición, todos los secretarios privados de los papas siempre habían vuelto a su diócesis de origen cuando el pontífice había muerto, tal como ocurrió, por ejemplo, con Estanislao Dziwisz, que regresó a Cracovia, Polonia, después de la muerte de Juan Pablo II, según había adelantado a LA NACION.
En los últimos meses, se especuló mucho sobre el destino de Ganswein que, según trascendió, no quería irse del Vaticano o, en todo caso, hubiera preferido ser nombrado al frente de una nunciatura o institución educativa, algo que, según pudo saber LA NACION, quedó descartado, sobre todo después de la publicación de su libro Nada más que la verdad, mi vida al lado de Benedicto XVI.
En esta obra, considerada por todos imprudente, si bien destacó que la relación entre Jorge Bergoglio y Joseph Ratzinger siempre estuvo marcada por el “afecto”, también escribió cosas que se supone que un secretario privado debe mantener en reserva. Por ejemplo, reveló que quedó “shockeado” y se sintió un “prefecto reducido a la mitad” cuando el papa Francisco le pidió en enero de 2020 que se tomara una licencia de su cargo de prefecto de la Casa Pontifica, para cuidar a Benedicto.
Ganswein, llamado por algunos el “George Clooney” del Vaticano por su buen aspecto, siempre tuvo una relación compleja con Francisco, desde el momento en el cual debía servirle a él como prefecto de la Casa Pontificia –cargo clave en el que lo blindó Ratzinger antes de dimitir- y al papa emérito. Una doble función difícil de mantener.
Aunque todo comenzó a principios de 2020, cuando Benedicto se vio obligado a salir a pedir que sacaran su nombre y firma de un libro en defensa del celibato del que negó ser coautor junto al cardenal ultraconservador Robert Sarah. Ese libro había desatado una tormenta en el Vaticano porque había aparecido como una indebida presión del retirado Ratzinger sobre su sucesor. Esto, en momentos en que se esperaba un documento posterior al Sínodo sobre la Amazonía, en el que se había discutido la posibilidad de implementarse la ordenación excepcional de hombres casados diáconos para suplir la escasez de sacerdotes en áreas remotas.
Fue en entonces que Ganswein quedó mal parado en lo que apareció como una operación del frente ultraconservador contrario al Papa reformista. Y fue en ese momento que el cargo de prefecto de la Casa Pontificia de Ganswein quedó congelado.
El 17 de mayo pasado, al hablar en un evento en la Asociación de Prensa de Wiesbaden, Ganswein dijo que se encontraba en una “fase de reflexión” sobre su futuro, en la que tanto él como el papa Francisco estaban haciendo propuestas. “Yo no soy el que decide, yo soy la persona sobre la que se toma la decisión”, destacó Ganswein, recordó la agencia de noticias católica alemana KNA, ante la cual prefirió hoy no confirmar ni desmentir la noticia de Die Welt.
Un vocero de la arquidiócesis de Freiburg, también consultado por KNA, dijo que no tenía información y que tampoco podía confirmar al momento la decisión de Ganswein de volver a Freiburg, considerada en el Vaticano más que verosímil. El regreso de don Georg a Freiburg como ciudadano común, sin revestir ningún cargo, le pondría fin a especulaciones sobre un posible retorno a su madre patria como obispo diocesano de Paderborn, Bamberg u Osnabrück, sedes al momento vacantes.
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