El PRI ya se entusiasma con su retorno al poder mexicano
Ayer comenzó la campaña para los comicios; el candidato priista lidera todos los sondeos
CIUDAD DE MEXICO.- Las puertas de la residencia oficial de Los Pinos se presentan fáciles para Enrique Peña Nieto en el comienzo de la campaña electoral en México.
El candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se mantiene firme al frente de las encuestas con una ventaja de 15 puntos porcentuales sobre su más inmediata rival, Josefina Vázquez Mota, candidata del oficialista Partido Acción Nacional (PAN).
Según un parecer cada vez más generalizado entre los analistas, los tres meses que median hasta los comicios del 1° de julio no serían tiempo suficiente para que la aspirante del conservador PAN acorte distancias y retenga el poder que ha ejercido su grupo político durante doce años. Y menos aún para que Andrés Manuel López Obrador, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, remonte los 25 puntos porcentuales de promedio que hoy lo separan de Peña Nieto en los sondeos.
El líder priista dio ayer el primer paso hacia Los Pinos con un acto masivo en Guadalajara, en el que mantuvo la imagen de ganador que ofrecen sus "spots" televisivos.
Peña Nieto logró congregar la sólida y bien engrasada maquinaria del partido. El PRI, además, cuenta ya con la mayoría en las dos cámaras parlamentarias y con el gobierno en veinte de las 32 entidades federativas del país.
El ex gobernador del estado de México se anuncia como el rostro amable de un PRI renovado. Pero sus rivales lo acusan de ser sólo una fachada y advierten que, detrás su imagen prefabricada por la TV, se esconden las viejas familias del PRI, las que acapararon el poder en México entre 1929 y 2000.
En su acto inaugural, Peña Nieto ofrecía "cinco grandes compromisos" para cambiar el país: "Recuperar la paz y la libertad. Construir un México incluyente y sin pobreza. Crecer para generar más empleos. Ofrecer más educación de calidad para todos. Y recuperar el liderazgo de México en el mundo".
Mientras tanto, Vázquez Mota, al hilo de la propaganda que la presenta como una mujer del pueblo, arrancó su campaña en la casa del Distrito Federal donde nació.
Sin sorpresas
La aspirante del PAN se presenta con el eslogan "Diferente". Su misión consistirá en tratar de desligarse de las dos presidencias consecutivas de su partido, pese a que formó parte tanto del gabinete de Vicente Fox (fue ministra de Desarrollo Social) como del Ejecutivo de Felipe Calderón (ocupó la cartera de Educación), además de ser coordinadora del grupo parlamentario.
En clara referencia al PRI, la abanderada panista aseguró que no están "dispuestos a regresar a un pasado autoritario, de corrupción e impunidad". Para ello, dijo, en el arranque de su campaña, que va "a construir un gobierno de coalición basado en una agenda nacional que sume a todos los mexicanos".
Por su parte, Andrés Manuel López Obrador recuperó la costumbre adquirida durante su etapa como alcalde del Distrito Federal y reunió a la prensa a primera hora de la mañana. AMLO predica ahora una "república del amor" y muestra una imagen conciliadora, opuesta a la que ofreció en 2006 cuando perdió las elecciones por poco más de 200.000 votos ante Calderón. Entonces, mandó "al diablo" a las instituciones, bloqueó las principales calles de la capital y se proclamó "presidente legítimo".
Aunque los indecisos, que suman el 20% del electorado, aún podrían provocar sorpresas el próximo 1° de julio, Javier Garza, director editorial de El Siglo, estimó: "Por la diferencia en las encuestas se antoja sumamente difícil [un vuelco electoral]. Es bajísima la probabilidad de que coincidan un golpe de timón [de sus rivales] y un golpe fatal a la campaña de Peña Nieto, como una pifia monumental o la revelación de un expediente oculto. Cualquiera de estos factores por sí solo no lograría cambiar la dinámica y la posibilidad de que se den ambos es muy remota".
El ex presidente del Instituto Federal Electoral Luis Carlos Ugalde compartió la idea de que derrotar a Peña "es posible, pero improbable por tres razones: poco tiempo [la campaña durará tres meses en lugar de seis]; el número de spots preasignados [los partidos que postulan a Peña Nieto tendrán el 40% de los 17 millones de minutos de todos los candidatos]. Y prohibición de campañas negativas, que son siempre una estrategia eficaz para que los candidatos rezagados puedan «bajar» al líder".
León Krauze, en Letras Libres, dejó abierta otra posibilidad: "La única manera de derrotar a Peña Nieto es fraguar una campaña publicitaria que tenga el suficiente impacto como para mover la intención de voto de millones de personas u obligarlo a perder la disciplina de mensaje durante los escasos debates que se televisarán. Vázquez Mota no alcanzará a Peña Nieto siendo sólo la esforzada hija de un vendedor de pinturas. Para acercarse debe recordarle al electorado lo que fue el PRI y ligar al candidato con el pasado del ogro filantrópico".
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