El Senado autorizó el procesamiento de Salvini por el caso del Open Arms

ROMA.- En lo que significó un pequeño terremoto en el complejo mundo político italiano , el Senado le dio hoy luz verde a la justicia para procesar al líder de la oposición y de la derechista Liga, el senador Matteo Salvini, por la dramática pulseada que protagonizó el año pasado, siendo ministro del Interior, con la ong española Open Arms.

El caso se remonta a agosto del año pasado cuando, siendo también vicepremier del anterior gobierno populista basado en una alianza entre la Liga y el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), liderado por Giuseppe Conte -el denominado "Conte 1"-, Salvini durante 20 días le prohibió desembarcar a unos 150 migrantes que habían sido salvados por una nave de Open Arms. Algo que para los magistrados sicilianos que pidieron su procesamiento significó un "secuestro de persona" y un abuso de autoridad.

Salvini, que niega haber violado ninguna norma penal y sostiene que todo el gobierno estaba involucrado en su decisión, reaccionó al voto del Senado en forma más que combativa. Aseguró ser víctima de una maniobra política que pretende debilitar a la Liga -según sondeos, el primer partido del país- y reivindicó su polémico accionar de ese momento, coherente con la política de mano dura contra los inmigrantes y de puertos cerrados puesta en marcha en ese momento por el "Conte 1".

"Sigo adelante con la cabeza en alto y con la conciencia limpia", dijo Salvini, al cabo de una votación al filo de la navaja (149 votos en su contra, 141 a favor y una abstención) en la que resultaron cruciales los votos de los 18 senadores de Italia Viva, el partido del expremier, Matteo Renzi.

Salvini, cuya popularidad bajó en los últimos meses de emergencia coronavirus , en los que Conte se reforzó, aprovechó también de los reflectores para atacar la política migratoria actual, totalmente distinta a la que él desplegó siendo ministro del Interior.

En medio de gran preocupación por una nueva oleada de desembarcos de inmigrantes provenientes del norte de África en las costas del sur, agravada por el riesgo de difusión del contagio de coronavirus -hace unos días varios recién llegados huyeron de los centros en los que debían hacer cuarentena- Salvini se proclamó el gran defensor de las fronteras italianas, a diferencia de la actual ministra del Interior, Luciana Lamorgese.

"Estoy orgulloso de haber defendido a Italia, lo volvería a hacer y lo volveré a hacer, también porque en este julio los desembarques son seis veces los del mismo período del año pasado, cuando la Liga estaba en el gobierno", dijo. "Sigo adelante y miraré mis hijos a los ojos tranquilo porque hice mi deber con determinación y sentido común", agregó.

En su intervención ante el Senado, que concluyó poniéndose una gorra de la guardia costera, Salvini destacó que 129 migrantes que llegaron en los últimos días y fueron enviados a un centro de la ciudad de Treviso, en la región del Véneto (en manos de la Liga), resultaron positivos al Covid-19. Y acusó al gobierno de dejar ingresar sin control a extracomunitarios y de obligar a los efectivos de la guardia costera a trabajar como "choferes" de algunos que llegan incluso con caniche, en referencia a once tunecinos arribados el otro día con una mascota, algo que causó revuelo.

"Persiguen a los italianos por los barbijos y después dejan desembarcar a miles de personas potencialmente infectadas en sus playas, dañando al turismo", denunció.

"Mi orgullo como ministro -'secuestrador', según algunos- es que gracias al control de la inmigración clandestina hemos reducido a la mitad las muertes en el Mediterráneo", también se jactó Salvini. "Soy un extraño 'secuestrador de personas': la nave que habría secuestrado ha recolectado inmigrantes primero en Libia , después en Malta y rechazó soluciones y puertos de otros países europeos. Me parece evidente que es una farsa total", tuiteó.

"Los procesos políticos no me dan miedo", agregó el exministro, que aseguró por otro lado que autorizar su procesamiento significaba para él "un gran regalo". Algo nada descabellado, sobre todo porque Salvini se muestra como una víctima de un "proceso político" y justo vuelve a machacar su caballito de batalla, el miedo a los inmigrantes, en medio de una nueva oleada que, sumada al Covid-19, que aún sigue circulando -hoy se registraron 386 nuevos casos, casi 100 más que ayer, entre los cuales, muchos importados-, podría hacerlo remontar en los sondeos.

No es la primera vez que el Senado es llamado a votar sobre un proceso en su contra y le quita inmunidad. En marzo de 2019, cuando aún estaba en el poder, la Cámara alta negó la autorización a juzgarlo por otro caso análogo, estallado en el verano de 2018: entonces el M5E, aliado con la Liga, votó en contra. En febrero pasado, en cambio, cuando ya había pasado a ser el líder de la oposición, el Senado dio luz verde para procesarlo por el caso de la nave Gregoretti, siempre por "secuestro de persona".

Si llega a ser condenado en primer grado, Salvini podría ser suspendido; si fuera condenado definitivamente, como ocurrió con el expremier, Silvio Berlusconi , (condenado por fraude fiscal), correría el riesgo de que le prohíban actuar en política. "Se está haciendo un uso político de la justicia como se hizo conmigo", comentó Berlusconi, líder de Forza Italia.