En un encuentro con ancianos, el Papa pidió rezar por el sínodo
ROMA (De nuestra corresponsal).- Siete días antes de su inauguración, el Papa llamó ayer a rezar por el sínodo extraordinario de obispos al término de un inédito encuentro y de una misa ante 40.000 ancianos de todo el mundo, en coincidencia con la Jornada de los Abuelos.
"El domingo que viene comenzará la asamblea sinodal sobre el tema de la familia. Está aquí presente su responsable principal, el cardenal [Lorenzo] Baldisseri: recen por él", dijo el Papa durante la oración mariana del Angelus, dando a entender la tamaña tarea que tiene por delante, durante dos semanas, este purpurado.
"Invito a todos, individuos y comunidades, a rezar por este importante evento y encomiendo esta intención a la intersección de María Salus Populii Romani", agregó.
La asamblea tendrá lugar en medio de fuertes tensiones entre un ala conservadora que teme aperturas en cuanto al candente y complejo tema de los divorciados vueltos a casar y otra más abierta al diálogo. Además la reunión, de la que participarán 192 padres sinodales (la mayoría obispos de todos los continentes), se realiza tras el verdadero "shock" que provocó en el mundo eclesiástico el arresto, la semana pasada, de un ex nuncio apostólico acusado de pedofilia (el polaco Joseph Wesolewski, primer alto prelado del Vaticano en ser puesto detrás de las rejas) y la destitución de un obispo paraguayo acusado de dividir su episcopado y de encubrir a un sacerdote argentino también acusado de abusos sexuales a menores.
Quizás por eso anteayer, al presidir una celebración de las vísperas que tuvo con jesuitas al recordar los 200 años de la restauración de la orden, el Papa sorprendió al afirmar que también hoy la barca de Pedro "está siendo sacudida por olas", comparando esos difíciles momentos atravesados por los jesuitas con los actuales. "También el Papa rema en la barca de Pedro", dijo, antes de exhortar: "Rememos juntos al servicio de la Iglesia".
Considerado por muchos un verdadero test, el sínodo extraordinario será inaugurado el domingo con una misa solemne en la Basílica de San Pedro; en la tarde del sábado, por voluntad del episcopado italiano, se llevará a cabo una vigilia de oración en la Plaza San Pedro.
Una semana antes del evento, el Papa presidió ayer por primera vez una verdadera "fiesta de los abuelos" en el Vaticano. El evento estuvo marcado por la presencia, sólo por una hora y al principio, de Benedicto XVI, papa emérito, de 87 años, que aceptó la invitación que le hizo Francisco, quien, una vez más, lo definió como un "abuelo sabio".
"Agradezco especialmente la presencia del papa emérito Benedicto XVI. Lo dije muchas veces que me gusta mucho que él viva aquí en el Vaticano, porque es como tener al abuelo sabio en casa", dijo Francisco, que luego se fundió en un abrazo con su predecesor.
El Pontífice agradeció también la calidez con la que fue recibido temprano por la mañana por abuelos de todo el mundo, entre ellos muchos argentinos. "Gracias a todos, hoy es su fiesta, nuestra fiesta", dijo, autodefiniéndose él también, con sus 77 años, un anciano, después de escuchar el testimonio de varias personas mayores, entre las que había iraquíes obligados a huir de su tierra debido al avance del grupo fundamentalista Estado Islámico.
Como en otras oportunidades, denunció la "cultura del descarte" que golpea a los ancianos y aseguró que no hay futuro para el pueblo que "no cuida a los abuelos".
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