Entran en vigor las nuevas normas del Papa para denunciar abusos sexuales

ROMA.- Mientras el Papa cumple su trigésimo viaje internacional a Rumania, entra hoy en vigor la Carta Apostólica en forma de motu proprioVos estis lux mundi (Vosotros sois la luz del mundo), una nueva ley con la que Francisco le ha dicho "basta" a quien comete o encubre abusos y violencia.

En un conjunto de nuevas normas y procedimientos que intentan darle un vuelco a esa cultura del silencio e impunidad que reinó durante décadas en la Iglesia Católica, el motu proprio impone por primera vez la obligación para todos los sacerdotes, monjas y religiosos de denunciar no solo los casos de abuso sexual, sino también de acoso y encubrimiento que conocen, presentes y antiguos.

También dispone que todas las diócesis del mundo elaboren en un año un sistema fácilmente accesible al público para recibir informes de abusos, acosos o sospechas de los mismos. En una virtual descentralización, establece en forma clara y concreta el procedimiento para que también se puedan investigar a obispos en las iglesias locales. Obliga, además, a que haya rapidez en las investigaciones y subraya que las víctimas y sus familias deben ser tratadas con dignidad y respeto, y deben recibir asistencia espiritual, médica y psicológica adecuada.

El sacerdote jesuita alemán Hans Zollner, especialista en el tema de abusos del Vaticano, subrayó la importancia de la entrada en vigor de este motu proprio, difundido el 9 de mayo pasado y considerado un verdadero hito en la lucha contra la pedofilia en la Iglesia. "Se trata de una ley para la Iglesia Universal, en la que se establecen principios que tienen que ver con la puesta en marcha en cada diócesis del mundo de una oficina que pueda recibir denuncias, la obligación de denuncia a las autoridades eclesiásticas de parte de sacerdotes y religiosos en caso de sospecha de abuso o de abuso y la ampliación de la definición de persona adulta vulnerable", dijo a LA NACION Zollner, teólogo y psicólogo, miembro de la Pontificia Comisión de Menores, creada por Francisco, y presidente del Centro para la Protección de Menores de la Pontificia Universidad Gregoriana.

"Estoy especialmente contento, además, por el hecho de que ahora se considera un delito la posesión y la divulgación de material pornográfico relacionado con menores de edad, es decir sujetos hasta 18 años y no solo hasta 14 años como había sido hasta ahora", agregó.

Zollner, que fue referente del comité organizador de la inédita cumbre antiabusos que hubo en febrero en el Vaticano, en la que fue tomando forma el decreto, destacó, entre sus varios puntos importantes, "el paso adelante necesario con respecto a la responsabilidad de los ordinarios (obispos y superiores mayores) en el caso de encubrimiento o negligencia cuando reciben denuncias y no actúan según las normas canónicas".

Aunque en el pasado hubo investigaciones sobre casos de abuso, en efecto, la nueva ley indica las etapas fundamentales que hay que seguir en una investigación, lo cual es una señal clara de que también los obispos tienen que rendir cuentas y de que ya no tienen impunidad.

"Por primera vez se dice qué hay que hacer para denunciar, se indican los procedimientos y esto es algo que empodera a las comunidades a reaccionar cuando sus líderes (los obispos) no están a la altura de las situaciones", explicó, al promulgarse el motu proprio, el arzobispo Charles Scicluna, máximo experto del Vaticano en este campo y secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Scicluna, famoso por haber investigado a los Legionarios de Cristo -orden religiosa conservadora mexicana intervenida luego de que se descubrieron los abusos y crímenes de su fundador, Marcial Maciel Degollado- y haber sido el enviado especial del Papa a Chile, resaltó que uno de los puntos más importantes del nuevo decreto es que deja en claro que "nadie está por arriba de la ley".

El decreto es el primero que en un artículo, el último (19), habla del cumplimiento de las leyes estatales e indica que "estas normas se aplican sin perjuicio de los derechos y obligaciones establecidos en cada lugar por las leyes estatales, en particular las relativas a eventuales obligaciones de información a las autoridades civiles competentes". Nunca antes había sido escrito en una ley del Vaticano algo semejante.

Los cambios relevantes

Obligación

Los sacerdotes, monjas y religiosos deben denunciar no solo los casos de abuso sexual, sino también de acoso y encubrimiento

Denuncias

En un año, las diócesis deben implementar un sistema de recepción de denuncias del público

Protección

Las víctimas y sus familias deben ser tratadas con dignidad y recibir ayuda espiritual, médica y psicológica

Autoridad

El arzobispo investigará por mandato del Papa a los prelados denunciados, a los que se podrá juzgar también por encubrimiento