Escenas de devastación tras la noche de furia

ASUNCIÓN.- No quedan puertas, sólo vidrios y destrozos. La imagen es de desolación. El Congreso paraguayo en esta capital fue tomado por manifestantes anteanoche y los disturbios terminaron en el incendio de partes del edificio, en un hecho sin precedente en el país. El olor a quemado aún persistía ayer, varias horas después de la violenta protesta por la votación de una enmienda constitucional a favor de la reelección.

"Ahí están todos nuestros documentos. De mi oficina no queda nada. Vine a ver cómo había quedado, pero ahí está completamente destruido", dijo a LA NACION, angustiado, Andrés González, que trabaja en la oficina de archivo y documentación del edificio legislativo. "Se quemaron documentos de hace más de 150 años", lamenta.

Por los focos de incendios, el peligro de derrumbe del edificio aún persistía ayer. "Esto estará restringido un largo tiempo", dijo Clarisa Caballero, funcionaria de mantenimiento. Algunos funcionarios consultados por LA NACION señalaron que la mitad del edificio sufrió destrozos.

"Arde la República", "Quién quemó el Congreso", fueron algunos de los títulos de los diario locales. Algunas zonas del centro de Asunción amanecieron devastadas como consecuencia de la noche de violencia, que dejó un muerto.

Por Diego Yañez Martínez

• Crisis política en Paraguay

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