Estalló la violencia en Grecia: 3 muertos
Se asfixiaron en un banco que fue atacado con bombas molotov por manifestantes; para el presidente, el país está "al borde del abismo"
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ATENAS.- La huelga general convocada en Grecia contra el plan de ajuste impuesto a cambio de un rescate financiero internacional cobró dimensiones trágicas ayer con la muerte de tres personas, entre ellas una mujer embarazada, en un banco del centro de Atenas que fue incendiado por bombas molotov lanzadas por enardecidos manifestantes.
Mientras el caos se adueñaba de la capital griega, las bolsas europeas y el euro volvían a caer ante el temor a un contagio en la región y España parecía encaminarse a convertirse en la próxima víctima del temblor financiero que sacude los cimientos de la Unión Europea (ver Pág. 4).
Después de los violentos incidentes de ayer, los más graves en 20 años en el país, el presidente griego, Karolos Papoulias, advirtió que su país se encontraba "al borde del abismo".
"Todos tenemos la responsabilidad de no dar ese paso de más que nos haría caer en el vacío", advirtió.
En tanto, el primer ministro, Giorgios Papandreu, condenó ante el Parlamento el "brutal acto mortífero" que costó la vida de tres personas. "Aquí tenemos a lo que conduce la violencia sin límite", dijo, al defender una vez más las "decisiones difíciles y responsables" adoptadas "para salvar al país".
Los ataques contra comercios, bancos y edificios de la administración pública derivaron en violentos enfrentamientos entre grupos de jóvenes y la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
La nueva huelga convocada ayer tuvo como eje una manifestación en Atenas que se convirtió en la mayor organizada en Grecia, según la Confederación General de Trabajadores del país (GSEE), principal sindicato del sector privado. Según la policía, 25.000 personas se movilizaron en Atenas y 14.000 en Tesalónica.
Un hombre y dos mujeres jóvenes, con el rostro cubierto, lanzaron bombas molotov dentro de una sucursal del Marfin Egnatia Bank. Las llamas se extendieron de inmediato en la planta baja, donde había una veintena de personas entre clientes y empleados que trabajaban a pesar de la huelga. Como no podían salir a la calle, las personas atrapadas subieron al primero y al segundo piso del edificio, pero tres de ellas murieron asfixiadas, entre ellas una empleada del banco embarazada de cuatro meses.
La manifestación había partido poco después del mediodía de la plaza Omonia. Cuando llegó frente al Parlamento y empezaba a disolverse, estallaron los enfrentamientos entre un centenar de jóvenes y la policía. La confrontación duró cerca de una hora, con cargas de la policía y lanzamientos de piedras y botellas vacías por parte de los enfurecidos manifestantes, que a lo largo de la jornada rompieron vidrieras de negocios y cajeros automáticos.
Atenas y el resto del país se vieron afectados por la falta de vuelos, trenes y barcos, mientras las escuelas y la administración pública estuvieron cerradas y los hospitales funcionaron con un servicio mínimo.
En cambio, los comercios estuvieron abiertos en Atenas y Tesalónica, a pesar del llamado de las cámaras de comercio a sus miembros para que se sumasen a la huelga.
El gobierno socialista griego, que ya no podía refinanciar en los mercados la colosal deuda del país, tuvo que imponer severas medidas de austeridad que afectan de lleno a la población (reducción de salarios y alza de precios) a cambio de un plan de ayuda de 146.000 millones de dólares en tres años por parte de sus socios de la eurozona (106.000 millones) y el FMI (40.000 millones).
Las cifras difundidas ayer por la UE no vuelven más alentador el panorama para Grecia: su producto bruto interno (PBI) sufrirá un retroceso del 3% en 2010 y del 0,5% en 2011. El gobierno de Atenas no fue más optimista y pronosticó una caída del 4% del PBI para este año.
Expansión
Pero la crisis griega, que ha sacudido a toda la zona euro y ha mostrado los límites de la solidaridad interna en la UE, amenaza ahora con extenderse. La nueva víctima de los mercados parece ser España, cuya bolsa se hundió en los últimos dos días por los rumores de un pedido de ayuda al FMI, desmentidos tanto por el gobierno español como por el organismo internacional.
Las bolsas de Fráncfort, París y Londres cerraron ayer en baja, aunque con pérdidas limitadas. En cuanto al euro, seguía sometido a fuerte presión y alcanzó su nivel más bajo frente al dólar desde marzo de 2009, por debajo del umbral de los 1,29 dólares. Wall Street también cerró en baja por las noticias llegadas desde Europa.
En medio de las crecientes preocupaciones, la canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que "el futuro de Europa y el futuro de Alemania en Europa" están en juego y afirmó que su país aportará la parte más grande de la ayuda a Grecia.
Criticada en algunos círculos por su reticencia a aceptar un plan de rescate para Grecia, Merkel exhortó a los diputados alemanes a aprobar esa ayuda y afirmó que no hay "alternativa" para proteger al euro.



