
Falleció la periodista Flora Lewis
Murió de cáncer, en París, a los 79 años
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PARIS (The New York Times).- Flora Lewis, columnista y corresponsal que explicó los asuntos internacionales a los lectores de The New York Times y otras publicaciones, incluyendo el International Herald Tribune durante 60 años, murió de cáncer ayer por la mañana en París, a los 79 años.
Jefes de Estado y gente común en Estados Unidos y Europa, donde vivió gran parte de su vida, seguían sus columnas no sólo por su acceso a altos funcionarios, sino por sus exhaustivas crónicas y por sus sofisticados análisis. Gran parte de su trabajo, en momentos en que la política exterior era un asunto de hombres que creían que no había lugar para las mujeres en el mundo de la diplomacia, revelaba un profundo conocimiento de la historia, surgido de haber sido testigo de los eventos más turbulentos del siglo.
Estuvo en Europa del este en 1946, luego de que los comunistas tomaron el control, y estuvo allí de nuevo, en 1956, en los levantamientos de Hungría y Polonia. Tres décadas más tarde, Lewis fue testigo del colapso del comunismo allí mismo y en el resto del continente. "La nueva era comienza ahora -escribió entonces en su columna de The New York Times-; las decisiones que se tomen ahora sobrevivirán por un largo tiempo, quizá tan largo como el de la Guerra Fría."
En 1980 se convirtió en la tercera columnista de asuntos internacionales de The New York Times, después de Anne O´Hare McCormick y C. L. Sulzberger; permaneció allí hasta 1990.
En los lugares de conflicto o detrás de una máquina de escribir -nunca aprendió a usar una computadora- Lewis tenía una presencia formidable. Tremendamente competitiva, siempre trataba de pensar y escribir mejor que la competencia en el trabajo; también podía fumar y beber más que la competencia fuera del trabajo. Sin importar la hora, siempre estaba alerta.
Comenzó su carrera periodística en 1942, en la agencia Associated Press, en Nueva York. Con el correr de los años, cubrió Europa, América latina, y en 1972 se unió al Times como jefa de la corresponsalía en París; más tarde se convirtió en corresponsal de asuntos diplomáticos en toda Europa.
"Mi problema siempre fue mi tendencia a tratar de abarcar mucho -dijo Lewis en una entrevista en 1980-. Escribo sobre gastronomía, sobre la OTAN, sobre Nureyev, sobre política. Pero la verdad es que no sé mucho de nada."





