Francia: un hombre abofeteó a Emmanuel Macron en un acto y fue detenido
El agresor, que se definió como anarquista, asestó un cachetazo al jefe del Estado sin darle tiempo a la custodia para que pudiera intervenir; el mandatario no sufrió lesiones
PARIS.- El presidente francés, Emmanuel Macron, fue abofeteado hoy por un hombre que se definió como anarquista en un raro episodio de violencia contra la máxima autoridad política del país, registrado durante una visita a la ciudad de Tain L’Hermitage, ubicada a 560 km al sur de París.
La agresión se produjo poco después de las 13.40 locales (8.40 hora argentina) al término de una visita al liceo de estudios gastronómicos, cuando una persona que se encontraba acodada en la barrera metálica de protección asestó un cachetazo al jefe del Estado sin darle tiempo a la custodia para que pudiera intervenir.
Concluida la visita, el presidente hizo detener el automóvil que debía trasladarlo hasta el lugar donde estaba programado un almuerzo para saludar a una pequeña multitud que lo aclamaba. Ese clima de entusiasmo no permitía prever gestos de hostilidad.
Macron, que está recorriendo el interior del país en una gira que prefigura su campaña para las elecciones de 2022, no sufrió heridas ni lesiones.
Un breve video del incidente que circula por las redes sociales se hizo inmediatamente viral. El documento fue al parecer filmado por el sitio alternativo Quotidien, cercano del movimiento de chalecos amarillos, que hace dos años protagonizó una prolongada serie de violentas manifestaciones contra el poder.
En el video se oye claramente al agresor gritando “¡abajo la macronía!”.
Dos personas fueron inmediatamente detenidas y, hasta el momento, solo se sabe que el agresor se definió como anarquista en el momento de ser arrestado.
En el discurso pronunciado minutos antes, durante su visita al liceo gastronómico, Macron había señalado que “la vida democrática necesita calma y respeto de parte de todo el mundo”. En una democracia, las oposiciones tienen el derecho y la posibilidad de “expresarse libremente en la calle, en la prensa, en la televisión... En cambio, no puede existir ningún odio ni violencia (porque) fragilizan la democracia”, dijo. Sus últimas palabras fueron una exhortación “a la calma y el respeto”.
El primer ministro, que se encontraba en ese momento en el Parlamento, interrumpió su discurso para apelar a los diputados a una “reacción republicana”.
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