Fuerte giro de Obama: enviará tropas a Siria para luchar contra EI
Pese a que el presidente había prometido no hacerlo, desplegará tropas de elite para que ayuden a grupos rebeldes
NUEVA YORK.- Barack Obama -al igual que sus funcionarios y colaboradores- había repetido la promesa en más de una ocasión: Estados Unidos no enviaría soldados a Siria, desgarrada por una guerra civil sectaria y, en los últimos años, también por la violencia terrorista de Estado Islámico (EI). Presionado, Obama rompió ayer con esa promesa.
En un giro que dejó al descubierto la creciente volatilidad en Medio Oriente, la Casa Blanca anunció ayer que Estados Unidos desplegará un pequeño número de fuerzas especiales -menos de 50- en el norte de Siria para asistir a grupos rebeldes en su lucha contra Estado Islámico (EI).
Es la primera vez que Estados Unidos despliega fuerzas militares desde que se desató la guerra civil en Siria, durante la "primavera árabe" de 2011. El conflicto ha recrudecido año tras año, les ha costado la vida a unas 250.000 personas y forzó a abandonar el país a más de cuatro millones, un éxodo que generó la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial.
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, se preocupó por aclarar que las tropas de elite que enviará el Pentágono a la zona más conflictiva del planeta no combatirán, y sólo se dedicarán a entrenar y asistir a los rebeldes que pelean contra EI y el régimen de Bashar al-Assad.
"Esto es una intensificación de la estrategia que el presidente anunció hace más de un año", dijo Earnest. "No cambia la estrategia", enfatizó.
La decisión de la Casa Blanca marca una escalada en el papel de Estados Unidos en Siria. El gobierno de Obama se encontraba bajo presión luego de que Moscú, aliado de Damasco, desplegó en los últimos tiempos bombardeos en el país árabe que el Kremlin asegura tienen por objetivo primordial asistir a las fuerzas de Assad en el combate a EI, pero que Washington dice que están dirigidos a las tropas rebeldes.
La movida llegó mientras diplomáticos de 17 países, la Unión Europea y Naciones Unidas cerraban en Viena un documento para guiar las negociaciones hacia lo que podría ser el primer paso para un acuerdo político que ponga fin a la masacre.
La decisión de Obama refleja también la falta de avances en la región. La Casa Blanca ya había admitido que su estrategia de armar a los grupos rebeldes no había funcionado como estaba previsto, y dio marcha atrás con el plan de retirar los 5500 efectivos militares que están movilizados en Afganistán. Earnest dijo que no hay fecha de retirada para las tropas que viajarán a Siria.
El envío de tropas no es la única decisión que adoptó en las últimas horas el gobierno de Obama para elevar su participación en la ofensiva en Siria. La Casa Blanca también planea enviar aviones A-10 y F-15 de combate a la base aérea de Estados Unidos en Incirlik, en Turquía, para respaldar las operaciones en el terreno contra Estado Islámico.
Además, Obama ordenó a sus asesores que sondeen con el gobierno de Irak la creación de una task force para afrontar la amenaza terrorista, y ordenó una mayor asistencia militar a Jordania y el Líbano.
El senador John McCain, una de las voces republicanas más escuchadas en temas de política exterior, criticó la movida de la Casa Blanca al afirmar que era "otro paso insuficiente de la política de la administración Obama de escalada gradual".
La escalada de la Casa Blanca quedó corta respecto de otras opciones en debate sobre la estrategia en Siria, como la imposición de una zona de exclusión aérea o de zonas "neutrales" que requerirían una incursión mucho más nutrida de tropas en el terreno. Obama siempre buscó evitar eso debido al enorme costo que imprimieron las guerras de Irak y Afganistán en el país. Hillary Clinton, favorita para sucederlo en la Casa Blanca, ha dicho que está a favor de una zona de exclusión aérea.
Earnest insistió ayer en que el giro de la Casa Blanca -que el vocero nunca reconoció de manera abierta- no debe ser leído como el inicio de la búsqueda de una salida militar al conflicto, la cual sólo puede surgir a través de un acuerdo político.
De hecho, el anuncio del despliegue militar ocurrió mientras en Viena, el secretario de Estado, John Kerry, marcaba un quiebre junto a diplomáticos de otros 17 países, la Unión Europea y la ONU al cerrar un acuerdo marco para impulsar una negociación política. Los principales países involucrados en el conflicto, encabezados por Estados Unidos, Rusia, Irán y Arabia Saudita, emitieron un documento a favor de la celebración de elecciones y un amplio cese del fuego.
Kerry habló del comienzo de "un nuevo proceso diplomático" y dijo que el anuncio del Pentágono fue una mera coincidencia.
En Washington, por su parte, funcionarios de Obama indicaron de manera extraoficial que la pequeña escalada militar era una forma de respaldar las negociaciones.
El régimen no cede su ofensiva
- Por lo menos 91 personas murieron ayer y decenas resultaron heridas en ataques de las fuerzas leales al régimen sirio de Bashar al-Assad cerca de Damasco y en Aleppo (norte).
- Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, 57 personas murieron por el disparo de 12 cohetes por parte del régimen en la localidad de Duma, al nordeste de la capital siria. El resto de las víctimas murió por un bombardeo en Aleppo.
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