
Golpe aliado a las defensas de Irak
Aviones norteamericanos y británicos atacaron instalaciones militares al sudoeste de Bagdad; ofensiva diplomática de Bush
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WASHINGTON.- Estados Unidos incrementó ayer la presión sobre Irak al lanzar junto a Gran Bretaña un ataque masivo sobre instalaciones de defensa en el sudoeste de Bagdad, calificado como la más importante acción militar desde 1998 contra territorio iraquí, donde vigilan zonas de exclusión.
Simultáneamente, en un intento por reducir la oposición internacional a una eventual operación militar contra Saddam Hussein, el presidente norteamericano, George W. Bush, inauguró una febril campaña de diplomacia personal para intentar convencer por teléfono a varios presidentes de atacar Irak, aunque sin resultados concretos.
El bombardeo lanzado ayer por un centenar de aviones de Estados Unidos y Gran Bretaña fue considerado un "ensayo general" para la ofensiva militar que Washington prepara contra Irak, afirmaron fuentes especializadas. Los puntos alcanzados fueron "un centro de mando y control de gran importancia, parte de un sistema integrado de defensa aérea, que es bastante sofisticado", dijo el general John Rosa, subdirector de operaciones del Estado Mayor Conjunto. Añadió que en el ataque se usaron 12 aviones y no 100, como indicaban algunos medios británicos.
Un vocero del Ministerio de Defensa británico minimizó el operativo, al que definió como "no inusual", y desmintió que fuese "el primer capítulo" del ataque aliado, como afirmaron los expertos del centro de estudios militares Jane´s World Armies.
Según la versión estadounidense, fue "una acción de autodefensa" ya que anteriormente los aviones aliados fueron atacados desde tierra mientras realizaban un patrullaje "de rutina" sobre la denominada "zona de exclusión" que Estados Unidos y Gran Bretaña trazaron al sur y al norte de Irak, con el fin proclamado de proteger a las poblaciones shiitas y kurdas, tras la Guerra del Golfo, en 1991.
Desde hace cuatro años que el territorio iraquí no era sacudido por semejante cantidad de bombas como las lanzadas ayer a 400 kilómetros al sudoeste de Bagdad, dijo la prensa británica. El Ministerio de Defensa confirmó que en la operación participó "un gran número de aviones" Awacs, Tornado, F-16 y F-18 de las fuerzas británicas y norteamericanas.
"No es un picnic"
El Ministerio de Defensa de Irak, por medio de la agencia oficial INA, aseguró que el ataque fue lanzado contra "objetivos civiles e instalaciones de servicios" en el sur del país.
La agencia ratificó que el ataque fue el peor en cuatro años, si bien no causó víctimas civiles y que desde diciembre de 1998 Irak sufrió 41.146 incursiones aéreas en su territorio.
Washington acusa a Irak de estar fabricando armas nucleares; el principal representante iraquí ante la ONU reiteró ayer a la cadena NBC que su país no tiene armas de destrucción masiva, y que una guerra será un importante desafío para Estados Unidos, por lo que no debe tomarse a la ligera. "No es un picnic. En todo sentido es una guerra. Significa destrucción, baño de sangre, muerte", dijo en el programa Today.
Bush realizó ayer llamadas telefónicas a los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; de China, Jiang Zemin y de Francia, Jacques Chirac (todos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU), en busca de apoyo a una eventual operación para derrocar al régimen iraquí y "hacer el mundo más pacífico", según el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer. Pero las llamadas no lograron convencer a los líderes. El principal vocero del Kremlin, Alexei Gromov, fue citado por Interfax diciendo que Putin expresó "serias dudas" sobre los argumentos de Bush para atacar a Irak.
La vocero de Chirac, Catherine Colonna, dijo que el líder francés insistió en que cualquier acción militar debe tener aprobación de la ONU y que los inspectores de armamento de ese organismo deben retornar a Irak "inmediata e incondicionalmente".
Bush continuará su campaña con la reunión que celebrará hoy Tony Blair, premier del otro miembro permanente del Consejo de Seguridad y principal aliado de Washington, Gran Bretaña. Ambos se reunirán en la residencia de Camp David (Maryland).
En una entrevista con la BBC que será transmitida este fin de semana, pero de la que se hicieron públicos algunos pasajes ayer, Blair responde "sí" cuando se le pregunta si su país está dispuesto a "pagar el precio en sangre" por su tan publicitada relación especial con Estados Unidos.
Por su parte, Fleischer dijo que se despacharán enviados a las capitales de los otros miembros permanentes del Consejo de Seguridad para continuar las consultas sobre Irak, luego del discurso de Bush ante la Asamblea General de la ONU el 12 del actual. De todas formas, Fleischer insistió en lo que ya parece una letanía: "El presidente aún no ha tomado una decisión sobre su próxima etapa" ni sobre si atacará Irak o no.


