
Gore no será candidato a presidente en 2004
El ex vicepresidente dijo que no es el momento correcto para postularse y que no quiere que la campaña sea un desquite con Bush
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WASHINGTON (De nuestro corresponsal).- Al Gore, el ex vicepresidente de Bill Clinton, que fue derrotado en las polémicas elecciones presidenciales de 2000 por George W. Bush, puso ayer fin a las conjeturaciones que comenzaron hace más de un mes, cuando retornó con fuerza a la escena política tras dos años de silencio: no se postulará a la Casa Blanca en los comicios de 2004.
"He decidido que no seré candidato a la presidencia en 2004", anunció anoche el ex vicepresidente demócrata, en una entrevista con la cadena de televisión CBS.
Gore explicó que tal vez no sea el momento correcto para volver a enfrentar al presidente Bush, cuya popularidad alcanza el 60%, aunque agregó que todavía le queda "energía y determinación para enfrentar otra campaña".
"Pienso que las políticas actuales deben cambiar, pero no creo que la mejor forma de contribuir a ese cambio sea presentándome esta vez", dijo Gore y añadió que no quiere que la próxima campaña se transforme en un desquite entre él y Bush..
En sondeos que examinaron, en las últimas semanas, la posibilidad de una nueva contienda entre Bush y Gore, el actual presidente obtuvo una ventaja de 20 puntos en la intención de voto. Sin embargo, de haberse presentado, el ex vicepresidente demócrata era el dirigente con mayores posibilidades de transformarse en candidato de su partido a la presidencia de Estados Unidos. Ahora ese puesto será probablemente disputado entre los senadores John Edwards, Joe Lieberman, John Kerry y el gobernador de Vermont, Howard Dean.
Gore cuenta con el privilegio de haber sido elegido por el voto popular en las elecciones presidenciales de 2000 -obtuvo 540.000 sufragios más que Bush-, pero no fue suficiente para imponerse en el colegio electoral. Un escandaloso escrutinio en Florida le dio el triunfo a Bush en ese Estado por apenas 1725 sufragios, lo que le permitió alcanzar el número decisivo en el colegio electoral para ganar. La Corte Suprema de Justicia jugó allí en favor de los republicanos, al detener el recuento después de varias semanas de intensa polémica.
El 13 de diciembre de 2000 Gore reconoció su derrota y a partir de entonces se recluyó en el más absoluto silencio durante dos años. Mientras tanto, buena parte del Partido Demócrata le recriminaba haber perdido las elecciones a pesar de la inmejorable arma de campaña que le legó Clinton: varios años de una bonanza económica que Estados Unidos pocas veces conoció.
Un retorno fugaz
El ex vicepresidente reapareció hace un mes, cuando los demócratas todavía no se habían repuesto de la derrota en las elecciones parlamentarias de comienzos de noviembre y cuando se enfrentan al dilema de encontrar un líder que articule un mensaje capaz de torcer el aluvión republicano.
Entre noviembre y las primeras semanas de diciembre, Gore recorrió las principales ciudades del país promocionando dos libros que escribió junto con su esposa, Tipper, sobre la familia estadounidense. Sus títulos son "Unidos por el corazón" y "El espíritu de la familia".
La gira fue considerada por sus asesores como una forma de tomar de nuevo el pulso a la sociedad y buscar posibles respaldos para una futura candidatura.
Como parte de su regreso, Gore participó en los principales programas de televisión, se rió de sí mismo en "Saturday Night Live" y concedió sus primeras entrevistas a los diarios. Desde allí, se lanzó como un crítico frontal de Bush. Por un lado, cargó contra el presidente acusándolo de llevar a Estados Unidos a una guerra contra Irak sin pruebas de la amenaza de Saddam y reprochándole "el catastrófico" manejo de la economía. Pero esa incipiente campaña electoral llegó ayer a su fin.



