Gore vuelve a la política, pero con look renovado
NUEVA YORK.- Nunca antes una simple barba había dado tanto que hablar. Desde que apareció con un nuevo look , el ex vicepresidente Al Gore está en boca de políticos, periodistas, asesores de imagen y de la gente en la calle, que se pregunta si la barba es parte de un relanzamiento de su candidatura para 2004.
Suena asombroso, pero así es. La barba del ex candidato demócrata a la Casa Blanca ha acaparado la atención y se ha convertido en un verdadero tema de conjeturas políticas. En las últimas dos semanas, la televisión, los diarios y las revistas se han esforzado por desentrañar qué intenciones hay detrás del cambio de imagen con el que Gore (53) volvió de sus vacaciones por Europa, con un aire renovado, más joven y vital.
Hasta The New York Times le dedicó varias columnas al asunto; la última, el domingo, en la que la controvertida escritora feminista Erica Jong decía que la barba da a Gore el "toque animal que le faltaba" para expresar su poder y masculinidad.
Lo cierto es que la barba no vino sola. Aunque el ex vicepresidente se ha negado a comentar si se postulará o no para las elecciones de 2004, en los últimos días ha dado signos de que va en esa dirección.
La semana pasada, en Nashville, Gore participó en un taller para jóvenes demócratas de su Estado natal, Tennessee. Luego, el partido demócrata de Iowa anunció que él será el orador principal en su cena anual de recaudación de fondos, el próximo 29 de septiembre. Se trata de una reunión de peso en el Estado que comienza con la temporada de candidaturas presidenciales.
Además, anteayer, demócratas de Palm Beach, Florida, lo invitaron a otra reunión para recaudar fondos el 7 de noviembre, el aniversario de las elecciones del año pasado. La intención de los demócratas de Florida es derrotar en 2002 al gobernador Jeb Bush, hermano del presidente.
Movimientos calculados
Para John Geer, profesor de ciencias políticas de la Universidad Vanderbilt y especialista en carreras presidenciales, los nuevos movimientos de Gore están muy calculados. "Está probando las aguas -dijo-. Al asistir a estos encuentros de alto perfil, quiere ver cuán receptivo es el Partido Demócrata para afrontar otra campaña electoral suya."
En tanto, una encuesta de CNN, USA Today y Gallup realizada la semana pasada indicó que casi dos tercios de los demócratas querrían que Gore se postulara de nuevo en 2004.
Por lo pronto, en los próximos tres meses, Gore viajará por Nueva York, Nueva Jersey y Virginia para hacer campaña por los candidatos demócratas que compiten en los comicios para alcaldes o gobernadores. Además, tiene pensado establecer un comité de campaña para contribuir con los candidatos de 2002, financiar sus viajes... y quién sabe qué más.
Y mientras en su peluquería de Manhattan el afamado estilista Salvatore Fodera no para de afirmar que fue él quien aconsejó a Gore que se dejara la barba para recobrar popularidad, en Washington otros políticos demócratas ven sus últimos pasos como amenazantes y quisieran -cuanto menos- afeitarlo.
El líder del partido, Terry McAuliffe, el senador Tom Daschle y el representante Richard Gephardt ya estaban preparando sus candidaturas y la aparición de Gore podría entorpecer sus planes.
Pese a que muchos todavía insisten en que la Corte Suprema le "robó" la victoria a Gore al no permitir el recuento manual de votos en Florida, para algunos líderes demócratas (incluido Clinton), el ex vicepresidente desaprovechó una gran oportunidad en su campaña del año pasado y no vale la pena intentar llevarlo a la Casa Blanca nuevamente.
De cualquier manera, Gore todavía no ha dicho una palabra sobre su posible candidatura. Desde que perdió la batalla electoral evitó a la prensa y se negó a criticar las políticas de Bush. En cambio, dictó una clase de periodismo en Columbia y luego partió, casi como exiliado, para España, donde junto a su mujer, Tipper, comenzó a escribir un libro.
Ahora parece listo para afrontar los próximos 90 días, que serán claves para la campaña de 2004. Pero la historia no está del lado de él. En los últimos 100 años, sólo tres perdedores fueron designados nuevamente por sus partidos para las siguientes elecciones: los demócratas William Jennings Bryan (en 1896 y 1900) y Adlai Stevenson (1952 y 1956), y el republicano Thomas E. Dewey (1944 y 1948). Todos perdieron también en la segunda vuelta.
Plutonio
- WASHINGTON (DPA).- El presidente George W. Bush está considerando abandonar un plan de Clinton que preveía reducir por razones de seguridad 100 toneladas de plutonio de cabezas nucleares estadounidenses y rusas, informó ayer The New York Times. El costo de esta operación superaría los US$ 6000 millones, cifra que Bush no está dispuesto a gastar.
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