Hoy declara el etarra argentino
Garzón: en Madrid, ante juez de la Audiencia Nacional, comparece Sebastián Orset detenido el domingo en Guipuzcoa
1 minuto de lectura'
MADRID (Especial para La Nación ). El ciudadano argentino SebastiánOrset, de 18 años, detenido el domingo en Irún y presunto miembro de los Grupos Y de apoyo a la ETA, declarará hoy ante el juez de la Audiencia NAcional, BAltasar Garzón.
Orset fue detenido junto a otros dos jóvenes -uno de veinte y otro de catorce, que ya fue liberado debido a su edad- en la ciudad guipuzcoana, fronteriza con Francia. En su poder se encontraron materiales para preparar bombas incendiarias, utilizadas habitualmente por los grupos Y y los jóvenes de Jarrai - uno de los cuerpos de choque de la organización-.
Acusado del delito de pertenecer a una banda armada, el argentino al parecer preparaba un cóctel molotov cuando lo apresaron, según pudo averiguar este corresponsal en la redacción de El Diario Vasco, editado en San Sebastián, la capital de Guipuzcoa.
Orset, a quien la policía identificó como S.O.O. y natural de Buenos Aires, vive con su padre -arquitecto- y su madre, en Hendaya, tras la frontera francesa, luego de haber vivido en Irún hasta hace poco más de un año.
Tambien su padre vivió en Irún y ocupaba un despacho que aún figura en la guía telefónica local, aunque ya no le pertenece, según confiaron a La Nación sus actuales ocupantes.
Según fuentes de la Audiencia Nacional, los jóvenes en la situación de Orset suelen quedar en libertad tras ser interrogados, a menos que hayan cometido un delito grave.
El País Vasco, bajo el azote de jóvenes etarras
Con atentados incendiarios, causan pérdidas millonarias
MADRID, 29.- En cualquier momento, en cualquier pueblo del País Vasco español, un grupo de encapuchados puede apoderarse del centro urbano y convertirlo en un caos. Sucede a menudo. Los encapuchados destrozan el mobiliario, los escaparates, las tiendas y las sucursales bancarias. Detienen los ómnibus, obligan a la gente a bajar y los incendian. Si aparece la policía, incendian los coches de patrulla. En algún caso han quemado vivo a algún ertzaina (policía autónoma vasca).
Los encapuchados son jóvenes y marginales. No suelen tener trabajo, pero se ha comprobado que alguien les paga cinco mil pesetas (35 dólares) a cada uno cada vez que actúan. Provienen de las Juventudes de Jarrai, una de las ramas políticas de ETA. O de los llamados "grupos Y" de apoyo a ETA, al cual presuntamente pertenecería el argentino Sebastián Orset, detenido el domingo último en Irún. En los últimos meses, esos grupos han causado destrozos por valor de más de quince millones de dólares.
Durante 1996, los grupos "Y" atacaron cincuenta sedes del Partido Nacionalista Vasco, veintiséis del PSOE, ocho del PP, ocho de Eusko Alkartasuna y cuatro de Izquierda Unida. No hace mucho, diez encapuchados incendiaron la casa de la diputada socialista navarra Asunción Apesteguía. Ella y su familia se salvaron del fuego por milagro.
Xabier Arzalluz, el líder del nacionalismo y de la burguesía del País Vasco, los llama "los chicos de la gasolina", porque el arma que emplean son botellas con combustible mezclado con ácidos, a lo que añaden aceite para que las ropas de las víctimas se impregnen y sea imposible apagar las llamas.
Los jóvenes se han convertido en un arma poderosa de la organización armada. Algunas detenciones muestran que están muy cerca del corazón de ETA: en enero, cayó en Bayona (Francia) Ekaitz Urruticoechea, hijo del jefe de ETA Josu Ternera. En febrero, junto al antiguo miembro del sanguinario comando Madrid, Francisco Javier Lertxundi Barañano, que pasó doce años en la cárcel. La policía detuvo en Vizcaya a su hijo Xavier y a otros jóvenes.
Como los adolescentes marginales, los concejales de Herri Batasuna también insultan, amenazan y han llegado a golpear a los del PP o del PSOE por no sumarse a sus pretensiones de justificar a ETA. En febrero se enfrentaron a la gente que se reunía habitualmente en Vitoria para pedir la libertad de dos hombres que ETA mantenía secuestrados, José Antonio Ortega Lara y Cosme Delclaux, y los amenazaron con "tiros para todos".
El método del terror
Los periodistas también han sido amenazados. Un camarógrafo de Televisión Española fue agredido recientemente. La Asociación Española de Radiodifusión Comercial ha pedido protección a las autoridades policiales ante los ataques a emisoras de radio del País Vasco y Navarra por parte de "minorías violentas relacionadas con el mundo de Herri Batasuna, KAS y ETA".
Una semana antes, un grupo de jóvenes irrumpió en la sede de la Cadena COPE, cuya propietaria es la Conferencia Episcopal, y desparramó estiércol.
ETA ha dado muerte este año a más de diez personas. Puso un coche bomba en Granada y asesinó en Madrid y en el País Vasco. Sus víctimas no responden a una clase social, pues van desde un vendedor de bicicletas de un pueblo vasco o un peluquero granadino hasta un magistrado del Tribunal Supremo o un coronel del ejército.
Hay empresas a las que persigue con saña. Es el caso de una de bebidas alcohólicas, que fue tiroteada hace dos años y frente a la cual estalló, hace unos meses, un coche bomba con treinta kilos de explosivos. Otras son atacadas simplemente porque son francesas, como Citro‘n y Crédit Lyonnais.
Los empresarios son extorsionados. Cientos de cartas les han llegado para reclamar el "impuesto revolucionario". Medio centenar de alcaldes de Guipúzcoa han declarado su solidaridad con ellos diciendo que ETA "no roba a los ricos para repartir entre los pobres, sino que crea pobreza y roba a los trabajadores, contribuyendo a la zozobra e impidiendo que los empresarios reinviertan en la regeneración de riqueza para todos".
Los políticos no son una excepción: los dos jefes del comando Vizcaya muertos este mes en un tiroteo con la Guardia Civil tenían en su lista de objetivos a Carlos Iturgaiz, principal dirigente del PP en el País Vasco.
Los pro etarras atacaron con cohetes pirotécnicos (misiles primitivos) la casa del alcalde de Azpeitia, José María Bastida (PNV). A muchos concejales les han enviado camisetas ensangrentadas con una leyenda: "El próximo eres tú".
Al concejal del PP en Santurce, Félix Velasco, le quemaron el automóvil y luego bombardearon su casa de Portugalete con cócteles molotov. José Morcillo y José Ramón Chica, concejales socialistas de Hernani, fueron atacados durante las fiestas del pueblo. A Morcillo le organizaron varias concentraciones frente a su casa para intimidarlo y a su hija la atacaron cuando viajaba en ómnibus. A Antonio Rekondo, alcalde de Hernani, casi lo mataron en su despacho, hace unos meses.



