Italia tembló y tres pueblos quedaron arrasados: 159 muertos
El sismo, de 6 grados, destrozó las pequeñas localidades de Accumoli, donde fue el epicentro, de Amatrice y de Arquata del Tronto; también se sintió en Roma; advierten que falta cultura sísmica
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ROMA.- Miles de italianos disfrutaban de los últimos días de vacaciones de un verano marcado por el buen tiempo, pero a las 3.36 (hora local) de ayer repentinamente todo cambió. La tierra tembló y todo fue terror, muerte, destrucción.
Un violento terremoto de 6 grados, seguido por unas 300 réplicas, sacudió el centro de Italia, arrasó tres pueblos de los Apeninos, provocó daños en muchas otras localidades y dejó un saldo de por lo menos 159 muertos, más de 368 heridos y muchos desaparecidos. Una cifra provisoria, ya que los rescatistas, que desde la mañana comenzaron a buscar desesperadamente sobrevivientes entre las ruinas, seguían hallando cuerpos. Entre las víctimas se cuentan muchos chicos que se encontraban de vacaciones en la zona afectada.
El terremoto, que dejó más de 2000 evacuados, tuvo su epicentro en la localidad de Accumoli (región del Lacio), que casi desapareció del mapa. En la misma región, la localidad de Amatrice también fue arrasada. Su alcalde, Sergio Pirozzi, fue el primero en dar testimonio del drama durante la oscuridad de la madrugada: "El pueblo no existe más, fue borrado del mapa", gritó por teléfono. "¡Debajo de las ruinas hay decenas de personas!", clamó.
El terremoto, tan fuerte que se sintió y causó pánico en ciudades como Roma, Nápoles y Bolonia, movilizó a fuerzas de la defensa civil, bomberos, policías, carabineros, del ejército y voluntarios de todo el país. En un clima de gran conmoción y luto, incluso el Papa, que suspendió la audiencia de los miércoles para rezar un rosario para las víctimas, decidió enviar un equipo de seis bomberos del Vaticano, "para manifestar su cercanía de forma concreta".

Por su fuerte intensidad y por ocurrir, increíblemente, a la misma hora de la madrugada, el terremoto trajo a la memoria el que destruyó en 2009 la ciudad de L'Aquila, capital de la región de los Abruzos, en el centro montañoso de Italia, que dejó más de 300 muertos. Y, en una jornada en la que todo el mundo siguió las imágenes en directo, que mostraban sobrevivientes, víctimas, iglesias antiguas, casas y barrios literalmente pulverizados, volvió a recordar a los italianos que toda la península se encuentra en un territorio altamente sísmico. En especial, la zona afectada esta vez por el sismo, que, además del Lacio, incluyó Umbria, las Marcas y, en parte, los Abruzos. "Al menos 24 millones de italianos viven en áreas de alto riesgo sísmico, aunque toda Italia está en riesgo", advirtió Francesco Peduto, presidente del Consejo Nacional de Geólogos, que reclamó construcciones de viviendas acordes y "cultura geológica". "Entre el 20 y el 50% de las muertes, en estos casos, tienen que ver con comportamientos errados de los ciudadanos durante el evento sísmico", explicó.

Según el Instituto Nacional de Geofísica, el sismo tuvo una magnitud de 6 grados, una profundidad de cuatro kilómetros y se registró a las 3.36, con epicentro en Accumoli. La tierra tembló por 142 segundos.
Otro pueblo arrasado fue Arquata del Tronto, en la provincia de Ascoli Piceno, en las Marcas. Allí, así como en Amatrice y Accumoli, en medio de la oscuridad de la madrugada, la gente comenzó a cavar con las manos, entre las ruinas de los edificios, para salvar a familias enteras, ancianos, pacientes de hospitales y huéspedes de hoteles.
En Amatrice, muchos residentes intentaron huir de las plantas altas de las casas destruidas a través de sábanas atadas. Médicos y paramédicos comenzaron a atender a los heridos a la intemperie, donde era posible. Se oían gritos de gente atrapada debajo del cemento. Si bien muchas personas pudieron ser extraídas vivas, muchas otras no lo lograron. Fue el caso de Marco Santarelli, el joven y único hijo del comisario de la ciudad de Frosinone, que estaba de vacaciones en la casa de sus abuelos: el lugar en el que vivían quedó totalmente destruido. Mejor suerte tuvieron Samuele y Leone, dos hermanitos de cuatro y seis años que fueron extraídos vivos de las ruinas de su casa de Pescara del Tronto gracias a su abuela, que los hizo meter debajo de la cama apenas la tierra comenzó a temblar.
"No tenemos más lágrimas para llorar. Tratamos de dar consuelo, pero no hay palabras", dijo don Sabino D'Amelio, párroco de Amatrice. En este pueblo de 2600 habitantes que parecía bombardeado, se derrumbó también el histórico hotel Roma, del centro histórico, donde dormían unas 70 personas cuando se desató el infierno.
En Accumoli, poblado de 700 habitantes que en verano suele ser meta de turistas, una familia entera murió: madre, padre y dos chicos fueron hallados debajo de las ruinas. Como muchas rutas de montaña sufrieron daños, la viabilidad estuvo comprometida. Y en algunos casos la ayuda tardó en llegar. "El primer equipo de bomberos llegó a las 7.40 de la mañana", clamó el alcalde.

También la región de Umbria padeció ingentes daños. La situación más crítica fue en Norcia, donde el sismo dañó viviendas, iglesias y monumentos. En las Marcas, el terremoto provocó grietas en la famosa catedral de Urbino, del siglo XV.
"Nadie va a ser dejado solo", prometió el primer ministro italiano, Matteo Renzi, que por la tarde visitó la zona del desastre. Hoy, en una reunión de ministros, Renzi tomará las primeras medidas para paliar la situación y el gobierno declarará el estado de emergencia.
En una noche de luto, mientras más de 1500 evacuados se aprestaban a dormir en carpas en "tendópolis" levantadas por defensa civil, los testimonios de los sobrevivientes dejaban en claro el espanto. "Estoy vivo por milagro y porque me había despertado para ir a trabajar. Diez segundos fueron suficientes para destruir todo", dijo Marco, operador ecológico de Amatrice. "Recuerdo que el temblor de L'Aquila duró más. Acá, en un instante pasó todo."
Las razones de la gran destrucción
Tipo de sismo
El terremoto resultó especialmente destructor porque fue poco profundo, muy próximo a la superficie. Los sismos superficiales suelen causar mayores daños, ya que la escasa profundidad de la fuente hace que la sacudida del suelo en la superficie sea peor
Área de la catástrofe
Las montañas de los Apeninos, donde se produjo el terremoto, ocultan una de las zonas sísmicas más activas de Europa. El temblor ocurrió en una zona considerada de "altísimo riesgo sísmico", según los expertos, en la que los movimientos se repiten con frecuencia
Edificios antiguos
Al igual que otros pueblos de esa zona, Amatrice tiene iglesias de piedra y otros edificios construidos hace siglos, cuando poco se conocía sobre terremotos. A menos que hayan sido reforzadas últimamente, esas estructuras son fácilmente dañadas o destruidas por agitación
Falta de leyes
Italia tiene leyes de construcción antisísmicas para los edificios nuevos, pero poco se hizo para reforzar los edificios existentes, que conforman la gran mayoría de las estructuras italianas. Al ser una zona sísmica, debería haber una mayor cultura de prevención
Otras tragedias en la zona
La zona del temblor experimentó grandes terremotos en el pasado. En 2009, L'Aquila, a 50 kilómetros, registró uno que mató a más de 300 personas. Si bien la génesis y la profundidad fueron similares, en el primero hubo terremotos premonitorios desde días antes
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