La economía de Brasil supera las previsiones y rebota al nivel prepandemia
En el primer trimestre creció 1,2%, en su tercer período de mejoras; el sector agropecuario fue el principal motor; hay temores por el futuro frente a las elecciones presidenciales del año próximo

RÍO DE JANEIRO.– La economía brasileña da señales de recuperación. El Producto Bruto Interno (PBI) creció 1,2% en el primer trimestre del año y recuperó las pérdidas registradas desde el inicio de la pandemia, según reportó este martes el instituto de estadística. El reporte positivo, sin embargo, no alejó interrogantes sobre el desempeño para el resto del año.
El mayor país de América Latina alcanzó su tercer resultado trimestral positivo de forma consecutiva, después de haber caído en el primer (-2,2%) y segundo (-9,2%) trimestre de 2020, cuando cerró con un retroceso del 4,1% por los efectos de la crisis sanitaria.
El dato superó las expectativas esperadas por instituciones financieras, que proyectaban un crecimiento de 0,7%. El sector agropecuario impulsó la recuperación con una expansión de 5,7%, empujada por una mejora en la productividad y el desempeño de productos como la soja, que espera una zafra récord.
“La economía vino fuerte. Señala un crecimiento bastante fuerte de la economía para este año”, dijo optimista el ministro de Economía, Paulo Guedes, durante una audiencia en la Cámara de Diputados.
Guedes se mostró confiado de que Brasil pueda cerrar 2021 con un crecimiento de hasta el 5%.
La estadística reveló, a tono con el reciente dato récord de desempleo –de 14,4%–, que el sector de servicios sigue siendo el gran perjudicado por la crisis sanitaria. Ese sector, que posee el mayor peso en el PBI y es el que más emplea, todavía está 0,1% abajo del nivel prepandémico.
El año pasado la economía brasileña cayó menos que las de sus vecinos, en parte gracias a la inyección récord de recursos a través del plan de asistencia Auxilio Emergencial. El programa, bandera del presidente Jair Bolsonaro, quien recuperó transitoriamente su popularidad en regiones como el nordeste del país, estimuló la actividad gracias a un gasto récord de cerca de 60.000 millones de dólares, repartidos entre más de 60 millones de informales.
Además, Brasil nunca adoptó medidas de lockdown estrictas a nivel nacional. Desde el comienzo de la crisis, Bolsonaro dijo muchas veces que si fuese por él nunca hubiera cerrado ninguna actividad e insistió en que muchos alcaldes y gobernadores fabricaban pobres y desempleados con sus medidas restrictivas.

Pese al dato que superó las expectativas del mercado y al optimismo del gobierno de Bolsonaro, en el camino de Brasil hacia una recuperación fuerte todavía aparecen varios interrogantes que obligan a moderar un optimismo desmedido, coincidieron analistas consultados por LA NACION.
Surgen en el horizonte obstáculos políticos, como la elección presidencial que se encamina en un mano a mano en 2022 entre Lula da Silva y Bolsonaro; dificultades sanitarias, esencialmente con el ritmo que adoptará la campaña nacional de vacunación y la posibilidad de una tercera ola de coronavirus, y trabas económicas vinculadas con la ausencia de una gran demanda reprimida que había en países como Estados Unidos, que favorecieron un crecimiento contundente una vez que se extendió la inmunización.
Brasil vacunó hasta ahora a cerca del 22% de su población con al menos una dosis y el 10,5% con las dos dosis. Algunos epidemiólogos alertan que, ante una suba de internaciones en los últimos días y un amesetamiento del número de casos, el país podría entrar en junio en una tercera ola frente al relajamiento de las medidas restrictivas.
Roberto Dumas, economista y profesor del Insper de San Pablo, destacó que acelerar el ritmo de vacunación es vital, pero no garantizará hacia fin de 2021 un rebote como el que tuvo por caso Estados Unidos.
“Estados Unidos tenía una demanda reprimida enorme. No creo que nosotros vayamos a explotar de consumismo porque nunca tomamos en serio el lockdown. El brasileño ya está hoy en las calles y consumiendo”, dijo Dumas. El profesor destacó que la crisis hídrica que se está gestando en el país puede amenazar la provisión de energía y también encarecer los costos de la producción, desordenando la economía.
El economista del Insper dijo que el clima electoral anticipado, a casi tres meses desde que Lula recuperó sus derechos políticos, y la polarización que se avecina pueden espantar la posibilidad de avanzar en reformas y la llegada de inversiones. “¿Quién va a querer invertir en un título público brasileño? Uno va a atacar al otro y vamos a vivir una verdadera pelea callejera”.
Claudio Considera, investigador de la Fundación Getulio Vargas (FGV) y responsable del Monitor del PBI, alertó sobre la caída del consumo de bienes en las clases bajas, provocada en el primer trimestre luego de la interrupción del Auxilio Emergencial. “Marca un crecimiento de la desigualdad”, dijo Considera, que cree posible un crecimiento de alrededor de 3,5%. Advirtió que para que los efectos positivos de la expansión desborden en reducción de desempleo y la desigualdad será vital el avance de la inmunización.
“No se puede pensar en un aumento del consumo de las familias y una caída del desempleo (14,4%), que hoy está en un nivel récord, sin una recuperación del sector de servicios. Y para eso, es necesaria la vacuna”.
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