La odisea de los 33 mineros ya se convirtió en un gran reality show
Más de 1500 periodistas se agolpan en el campamento Esperanza en busca de "historias humanas"
MINA SAN JOSE, Chile.- A paso de hombre, un ómnibus toma la última curva que lo lleva al corazón del campamento Esperanza. En apenas unos segundos, periodistas, fotógrafos y camarógrafos de todo el mundo detectan que transporta a familiares de los mineros atrapados. Rápidamente se genera un tumulto. La prensa busca algún testimonio nuevo; los familiares, algo de paz en el sector destinado para su exclusividad.
Por obra del destino, la angustia de 66 días que sufren los 33 mineros en la mina San José es una tragedia a más de 600 metros bajo tierra, pero convertida en una especie de reality show en la superficie, con muchos de sus elementos: un grupo de personas encerradas, una cámara que los ve y la transmisión de imágenes seleccionadas.
En el campamento, día tras día, la prensa chilena y la internacional, que suman más de 1500 personas, conviven a toda hora con los familiares de los mineros, en busca de sus testimonios, alegrías y tristezas. Una extraña relación, que va de la asfixia mediática que sienten algunos hasta los estrechos vínculos que generan otros.
"Es un poco agobiante, sobre todo en estos últimos días, que se multiplicó la cantidad de gente", dice a LA NACION la madre de uno de los mineros. "Pero también es justo decir que fue muy importante la prensa para dar a conocer la tragedia", reconoce.
Muchos familiares montaron sus carpas junto a las de la prensa escrita y los móviles de televisión. Desayunan, almuerzan y hasta comparten rondas de mate con periodistas. Más que eso, dejan que se transmita su intimidad, un bien preciado por la prensa. Otros, en cambio, prefieren resguardar su privacidad, en un sector custodiado por los carabineros.
La historia épica de los mineros irrumpió con fuerza aquel 22 de agosto, cuando se supo que estaban con vida y que su rescate demoraría meses. A partir de allí, el interés de la prensa fue en aumento. Y la serie de videos grabados por los mineros desde su refugio, difundidos en todo el mundo, alimentaron la historia. Aunque también dieron pie a críticas sobre que su tragedia se estaba transformando en un dramático show mediático, de incierto final.
Por eso, un par de semanas atrás, los mineros decidieron no grabar más videos de difusión pública. "Sólo captan imágenes sobre los trabajos que hacen de apoyo al rescate", precisó un funcionario.
"Están muy tranquilos, mucho más que la prensa", señaló el ministro de Minería, Laurence Golborne, figura clave del operativo de rescate.
La increíble historia de supervivencia de los mineros en pleno desierto de Atacama cautivó tanto a las grandes cadenas internacionales que HBO, la BBC, Discovery Channel y la española Antena 3 tienen instalados aquí sus equipos para preparar documentales o series sobre el rescate y los días bajo tierra. También está en marcha una película, a cargo del cineasta chileno Rodrigo Ortúzar. Ya le puso título: Los 33 .
Hasta el momento cumbre del rescate, cuando uno por uno los mineros sean izados en cápsulas por el ducto, tendrá los ribetes de un dramático show televisivo. Y, según estiman las autoridades, duraría por lo menos 36 horas en continuado.
Para la transmisión de esa última etapa se instalarán aquí en el campamento pantallas gigantes, en las que se podrá ver la imagen oficial de la televisión chilena. Sólo 400 periodistas podrán acceder a una plataforma montada sobre la ladera de uno de los cerros que rodean la mina (tres por medio televisivo, dos por gráfico y uno de cada radio acreditada). Pero desde allí tampoco se podría ver la salida de las cápsulas.
Quienes sí podrán ver su propio rescate -que lleva insumidos "varios millones de dólares", según Golborne- son los mineros, en la televisión que les fue enviada. Mientras tanto, sus familiares esperarán en reserva el tan ansiado momento.
En la mina San José, los carabineros ya redoblaron los operativos de control de acceso al campamento de cara al día D, que se anunció oficialmente para el miércoles, aunque hay quienes deslizan que podría comenzar mañana al anochecer.
Se espera para hoy el arribo de más agentes de seguridad, y las autoridades señalaron que llegarán "otros cientos" de periodistas.
En tanto, el campamento Esperanza ya funciona como un pueblo grande, con más de 2000 personas que conviven cada día. Al costado de la calle principal, hay puestos de reconocidas marcas en los que se distribuye comida gratuita, como hamburguesas y chorizos a la parrilla. Las filas se vuelven interminables para el desayuno y el almuerzo en la carpa del santuario, donde se montaron largas mesas.
Los chicos de los mineros tienen su propia aula para ir a clases, y también un personaje que los entretenga cada día: el payaso Rolly, que llegó desde Calama y se quedó a pedido de Golborne.
La tienda improvisada para la prensa ya está saturada, con una señal de Internet muy debilitada por tanta demanda. Los propios periodistas se sorprenden cuando a cada momento son filmados por las cámaras, en su búsqueda por reflejar la vida en la superficie. Bajo tierra, la historia es otra.
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