Los enfermeros que cuidaron a Boris Johnson: "No recibió ningún trato especial"
LONDRES.- El 12 de abril, el primer ministro británico, Boris Johnson, abandonó el Hospital St. Thomas en Londres luego de una semana de estar internado por coronavirus –de la cual pasó tres noches en la Unidad de Cuidados Intensivos–, dándole un gran alivio a una nación cuyo liderazgo político ha sido uno de los más afectados por el contagio.
Antes de retirarse a Chequers, una casa de campo situada cerca de Ellesborough, para continuar con su recuperación, el mandatario grabó un emotivo video de cincos minutos desde Downing Street, en el que agradeció al Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus cifras en inglés).
It is hard to find the words to express my debt to the NHS for saving my life.The efforts of millions of people across this country to stay home are worth it. Together we will overcome this challenge, as we have overcome so many challenges in the past. #StayHomeSaveLivespic.twitter.com/HK7Ch8BMB5&— Boris Johnson #StayHomeSaveLives (@BorisJohnson) April 12, 2020
En el mensaje, Johnson destacó en particular la labor de dos enfermeros: Jenny McGee y Luis Pitarma, quienes lo vigilaron por 48 horas "cuando las cosas podrían haber salido de cualquier manera".
Al hablar sobre la experiencia, McGee, de Nueva Zelanda, dijo que no esperaba que el primer ministro la mencionara en el video, "fue un shock", contó en una entrevista con la cadena Television New Zealand (TVNZ). E insistió en que Johnson no recibió ningún trato especial y que era "absolutamente necesario" que esté en cuidados intensivos en ese momento.
Boris Johnson was just "another patient we were trying to do our best for," New Zealand nurse Jenny McGee, credited with helping to save his life, sayshttps://t.co/JQASL0e3fYpic.twitter.com/QqflqY1Hdm&— BBC News (UK) (@BBCNews) April 23, 2020
Mientras tanto, Pitarma, de Portugal, dijo que se sentía "bastante extraño" cuidar del mandatario, ya que nunca antes había tenido un paciente de tan alto perfil.
Por su parte, McGee dijo que no estaba "desconcertada" al tratar al primer ministro, y agregó que era "solo otro día en el trabajo". "Como unidad, él era solo otro paciente por el que estábamos tratando de hacer lo mejor", dijo.
"Nos tomamos muy en serio a quienes entran en cuidados intensivos, a estos pacientes que acuden a nosotros, es algo muy aterrador para ellos", añadió la enfermera del Hospital St. Thomas'.
McGee, quien ha trabajado en cuidados intensivos durante 10 años, dijo que es "desgarrador" ver a algunos pacientes fallecer sin sus familias, calificándola como la "parte más triste" de su trabajo. Ella dijo que las enfermeras están contentas de ofrecer algo de consuelo a estos pacientes al "tomarlos de la mano", cuando el virus hace que sea "inseguro" que visiten algunos seres queridos.
Las enfermeras también tienen que mantener la "cabeza fría" en situaciones estresantes y priorizar que los pacientes "pasen la noche", agregó.
Después de ser reconocida por Johnson, McGee, de Invercargill, se hizo mundialmente conocida como "Jenny de Nueva Zelanda". Y más tarde recibió un mensaje de agradecimiento de parte de su "heroína", la primera ministra de su país de origen, Jacinda Ardern.
"Creo que es increíble, solo dijo lo orgullosa que estaba de mí y del país", dijo McGee acerca del mensaje.
"Como cualquier otro paciente"
Pitarma, de 29 años, que ha trabajado en St Thomas durante casi cuatro años, reveló que estaba nervioso después de que le dijeron que cuidaría al primer ministro, pero dijo que su primera conversación con Johnson lo tranquilizó.
En un comunicado, dijo: "Le pregunté cómo le gustaría que me dirigiera y dijo que lo llamara Boris".
Dijo que esto lo puso "menos nervioso" porque "se llevó cualquier formalidad".
"Solo quería que lo cuidaran como a cualquier otra persona. Fue una gran responsabilidad y le di el mismo respeto que a cualquier otro paciente", agregó.
Pitarma, quien es originario de Aveiro en Portugal pero vive en el oeste de Londres, contó que le dijo a Johnson que se había inspirado en Florence Nightingale, quien estableció la primera escuela de enfermería profesional en el mundo en el Hospital St Thomas en 1860.
"Le conté cómo había soñado con trabajar en St Thomas desde mi primer día de entrenamiento en Portugal en 2009, cuando supe de Florence Nightingale y su conexión con el hospital", explicó.
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