
Los kurdos, entre la dependencia y el odio
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ERBIL, Irak (EFE).- Los kurdos iraquíes temen una ofensiva turca inminente en busca de los rebeldes del PKK, aunque destacan que Turquía, el blanco de su desprecio, "tiene mucho que perder" en esa operación.
Del poderoso vecino del Norte llegan los miedos y las amenazas, pero también los productos que consumen a diario los kurdos, así como las empresas que construyen rutas, aeropuertos y viviendas.
Basta visitar una tienda o un supermercado de Erbil o Sulaimaniyah para darse cuenta de que todos los artículos de consumo diario están fabricados en Turquía. Esta semana, el ministro de Comercio Exterior turco, Kursat Tuzmen, puso las cifras sobre la mesa: Turquía vendió bienes por un volumen de 2700 millones de dólares en el año pasado a Irak y las empresas de construcción tienen contratos por valor de 4000 millones.
Comparado con el sur de Irak, donde la violencia tiene prácticamente paralizada la economía, el norte kurdo está repleto de proyectos, nuevos hoteles, rutas de circunvalación y edificios residenciales por doquier.
Según el gobierno autónomo kurdo, hay 400 empresas turcas de prácticamente todos los ámbitos con inversiones en el Kurdistán iraquí.
Una fuente de la oficina del premier kurdo dijo que Turquía pasa por alto los intereses de sus empresas porque lo que en el fondo les molesta es la pujanza que está adquiriendo el norte de Irak.
Según esta fuente, Turquía teme que el modelo del Kurdistán iraquí prenda entre sus propios kurdos, que hasta el momento apenas pueden utilizar su propia lengua y no pueden soñar ni con la cuarta parte de autogobierno de sus vecinos del Sur.
Lo cierto es que el gobierno central iraquí tiene muy poco que decir en una región donde hasta las unidades del ejército son kurdas y obedecen a sus respectivos partidos por mucho que nominalmente dependan del mando central iraquí. Le guste o no a Turquía, aquí mandan los kurdos.





