¿Los talibanes podrían ser reconocidos por los gobiernos del mundo? Depende de ellos
El grupo extremista que tomó el control de Afganistán ha sido muy criticado por su legado de brutalidad, y las perspectivas de que logre una mayor aceptación siguen sin estar claras
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BRUSELAS — Los estadounidenses se han marchado de Afganistán, veinte años después de la invasión, además, el gobierno afgano se ha disuelto y los talibanes vuelven a estar al mando de casi 40 millones de personas en uno de los países más pobres, un territorio azotado por décadas de violencia y agitación. Ahora las potencias extranjeras deben decidir cómo tratar a una organización que sigue figurando en las listas de terroristas de todo el mundo. ¿Qué pasará ahora?
¿Por qué otros países están tan interesados en el futuro de Afganistán?
Hay tres razones principales: la lucha antiterrorista, un tesoro de recursos naturales y la ayuda humanitaria.
A gran parte del mundo le interesa garantizar que Afganistán sea estable y no se convierta en refugio para los terroristas, como ocurrió cuando los talibanes estuvieron en el poder de 1996 a 2001. Durante ese periodo protegieron a la organización Al Qaeda y a su líder, Osama bin Laden, antes y después de los atentados del 11 de septiembre, lo que condujo a la ofensiva liderada por Estados Unidos en Afganistán. Aunque los talibanes ahora presentan una faceta más moderada, nunca finalizaron su relación con Al Qaeda.
Otra organización terrorista, el Estado Islámico de la Provincia de Khorasan o EI-K, una rama afgana del grupo del Estado Islámico, se estableció durante la ocupación estadounidense, luchó con los talibanes y atacó a las fuerzas estadounidenses. La posibilidad de que los talibanes puedan controlar a ese grupo genera gran preocupación.
Los vecinos del país vigilarán de cerca el desempeño de un gobierno dirigido por los talibanes. China, el vecino más rico y poderoso de Afganistán, comparte una corta y remota frontera con este país, que bajo los talibanes en la década de 1990 sirvió de refugio para los militantes uigures de Xinjiang, la región más occidental de China. Al igual que Rusia, China ha mantenido abierta su embajada en Kabul.
Pakistán, que ve en Afganistán un baluarte estratégico contra India, también mantiene estrechos lazos con los talibanes, en parte como una manera de aislar a la rama pakistaní del grupo, que quiere derrocar al Estado pakistaní.
Las potencias extranjeras también están lidiando con la catástrofe humanitaria que dejaron atrás, lo que hace prever una nueva crisis de refugiados. La rápida conquista del país por parte de los talibanes ha hecho que miles de personas tengan que huir del territorio.
La salida de las tropas extranjeras dejó atrás a muchos miles, posiblemente cientos de miles, de personas afiliadas a la presencia estadounidense en el país, muchas de las cuales temen represalias y quieren marcharse. Cientos de miles de afganos son desplazados internos y miles más están atrapados en fronteras terrestres con la esperanza de poder escapar.
Naciones Unidas dice que más de 18 millones de personas, casi la mitad de la población, necesitan ayuda y la mitad de todos los niños afganos menores de 5 años sufren desnutrición aguda en medio de la segunda sequía que ha azotado al país en los últimos cuatro años. Y luego está la COVID.
Además, por supuesto, varios países tienen intereses comerciales en los 3 billones de dólares de reservas minerales que se calcula que existen en Afganistán por sus yacimientos de oro, cobre y litio.
¿Qué deben hacer los talibanes para lograr el reconocimiento internacional?
Gran parte del mundo está pendiente de ver qué tipo de gobierno forman los talibanes y cómo se comportan. Estados Unidos y la Unión Europea han instado a los talibanes para que formen un liderazgo más inclusivo que represente a las mujeres y a las minorías étnicas y religiosas del país.
Durante el último periodo de dominio talibán, solo un puñado de países reconocía su gobierno. Pero ahora su control está más extendido y, desde hace tiempo, los funcionarios extranjeros han tenido que relacionarse con los representantes talibanes.
“Los talibanes serán juzgados por sus acciones: cómo respetan los compromisos internacionales adquiridos por el país, cómo respetan las normas básicas de la democracia y el Estado de derecho”, comentó Peter Stano, portavoz de la Unión Europea. “El límite más importante es el respeto a los derechos humanos y, sobre todo, a los derechos de las mujeres”.
Estados Unidos ha dicho que se juzgará a los talibanes en función de si permiten la libertad de circulación de afganos y extranjeros con documentos válidos, los derechos de las mujeres y de las minorías y, probablemente lo más importante para Washington, si los talibanes impiden que los grupos terroristas internacionales utilicen Afganistán como base.
“Cada paso que demos no se basará en lo que diga el gobierno dirigido por los talibanes, sino en lo que haga para cumplir sus compromisos”, señaló el Secretario de Estado Antony Blinken.
El reconocimiento diplomático ayudaría a abrir canales directos para la ayuda al desarrollo y préstamos considerables de países e instituciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
¿Cuánta influencia tienen Estados Unidos y sus aliados sobre los talibanes?
La mayor parte de su influencia puede medirse en dólares.
La economía afgana, tan dependiente de la ayuda y el gasto extranjeros, se está paralizando. El dinero en efectivo se está agotando, los salarios del gobierno se encuentran detenidos y los precios suben rápidamente. Debido a la necesidad de importar alimentos, medicinas y energía, con el temor de que se extienda el hambre y las enfermedades, Occidente espera que los talibanes sean más receptivos a las demandas de moderación.
Por ahora, Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido han suspendido sus considerables programas de ayuda, y las reservas del banco central de Afganistán, casi todas depositadas en el extranjero, han sido congeladas. El FMI ha retenido 400 millones de dólares que tenía previsto entregar este mes al antiguo gobierno.
Los funcionarios estadounidenses y los aliados dicen que quieren seguir proporcionando ayuda humanitaria, independientemente del sistema político que surja en Afganistán. La mayor parte de la ayuda podría canalizarse a través de las agencias de Naciones Unidas o de un posible nuevo fondo fiduciario del Banco Mundial, para que los países no otorguen esos fondos directamente a los talibanes.
La palanca más poderosa que Estados Unidos y el resto del mundo tienen contra los talibanes son las sanciones por terrorismo, que prohíben las aportaciones de dinero, bienes y servicios. Algunas de esas sanciones han complicado los esfuerzos de ayuda, incluso por parte de grupos benéficos que intentan mantener su neutralidad política y simplemente ayudar a los necesitados.
Dado el historial de abusos de derechos humanos de los talibanes y su dependencia de la financiación ilícita, es probable que por ahora las sanciones sigan vigentes.
¿Los talibanes reclamarán el puesto de Afganistán en la ONU?
La posibilidad, antes impensable, de que un enviado talibán represente a Afganistán en las Naciones Unidas, un poderoso símbolo de legitimidad internacional, parece estar un paso más cerca. Pero aún quedan grandes obstáculos.
Todavía no se ha presentado una solicitud oficial y debe someterse a la revisión de un grupo rotativo de nueve países que actualmente incluye a Estados Unidos. Por el momento, el embajador de la ONU del gobierno afgano derrocado ocupa el puesto.
Los diplomáticos dicen que cualquier solicitud de los talibanes para el puesto sería prematura. “Todavía no estamos preparados para reconocer a los talibanes”, comentó la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield.
¿El mundo se hará responsable de las personas que se quedaron en Afganistán?
Nadie lo sabe con certeza.
Estados Unidos y otros 97 países dijeron que seguirán acogiendo a las personas que huyen de Afganistán y que lograron un acuerdo con los talibanes para garantizar que su salida sea segura. El principal negociador de los talibanes anunció a finales de agosto que el grupo no impediría la salida de quienes tuvieran pasaportes extranjeros y afganos con visados válidos, pero eso está por verse.
Hay numerosos reportes de combatientes talibanes que buscan a personas que ocuparon puestos importantes en el antiguo gobierno o que han ayudado a las fuerzas de la OTAN. Algunos han muerto y otros temen por sus vidas. El principal aeropuerto internacional de Kabul no funciona y las perspectivas de reapertura siguen sin estar claras.
Los principales cruces terrestres también están cerrados en su mayoría. Naciones Unidas estima que 500.000 afganos podrían huir del país antes de fin de año, especialmente hacia Pakistán e Irán.
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