Lula busca contener la frustración y se enfoca en conseguir un apoyo rápido y contundente de otros candidatos
En cuatro semanas, el aspirante del Partido de los Trabajadores (PT) deberá conquistar al electorado de Simone Tebet y a los votantes desencantados que no se presentaron a votar el domingo
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SAN PABLO.- Control de daños, reanimar a la tropa, enfocar todos los cañones hacia las alianzas y captar votantes desencantados. Luego del sorpresivo resultado de las elecciones del domingo en Brasil, el exmandatario Luiz Inacio Lula da Silva –ganador con el 48,43%, pero con una ventaja menor a la esperada- empezó este mismo lunes junto a su equipo la frenética carrera de cuatro semanas hacia el ballottage que lo enfrentará al presidente Jair Bolsonaro (43,2%), envalentonado por sus fuertes avances en el Congreso y en gobernaciones y que también busca reenfocar su campaña.
Contener la frustración de los votantes del Partido de los Trabajadores (PT), que apostaban por la victoria de Lula en la primera vuelta, y buscar el apoyo de la candidata del Movimiento Democrático Brasileño (MDB), Simone Tebet, tercera con 4,16% de los votos, se convirtieron en las primeras y urgentes tareas del equipo de Lula, que este mismo lunes tuvo una reunión en un hotel de San Pablo que incluyó al candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin.
Tebet, que tuvo una elección con menos votos que los que anticipaban las encuestas, se convirtió en el activo político más deseado por el PT. “Su posición será crucial para la segunda vuelta, es la persona más importante del país en este momento. Si apoyara a Lula explícitamente eso llevaría a votantes del MDB hacia el PT que podrían ser decisivos”, señaló a LA NACION Sergio Praça, profesor de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
En las últimas semanas, colaboradores de Lula buscaron acercarse a los aliados de la candidata para abrir negociaciones para que la senadora por Mato Grosso do Sul declare públicamente su apoyo al expresidente en el ballottage. Tebet había dicho en campaña que apoyaría “la democracia” en una segunda vuelta (un guiño al lulismo), y en la noche del domingo, tras conocerse los resultados, señaló que antes de anunciar su postura debería consultar con los líderes de los partidos de su alianza, el MDB, el Parido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), Ciudadanía y Podemos.
“No esperen ninguna omisión de mi parte. Tomen la decisión pronto, porque la mía ya está tomada. Tengo una posición y hablaré en el momento adecuado. Solo espero que entiendan que este no es un momento cualquiera en Brasil”, dijo Tebet en su discurso en la sede del comité de campaña, en San Pablo.
En el PT consideran ofrecerle a Tebet un ministerio en un eventual futuro gobierno, dependiendo del curso del diálogo. Las negociaciones con el MDB comenzaron incluso antes de la primera vuelta. Miembros de la dirección del partido admitieron que hay conversaciones abiertas con la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, una dirigente muy elogiada y bien valuada por Lula. Una nueva reunión entre los equipos podría producirse en las próximas horas.
En tanto, el comando de Lula también apunta a lograr el apoyo de la candidata de Unión Brasil, Soraya Thronicke, quinta con el 0,51% (600.953 votos) y que se mostró abierta a conversar. En un escenario tan cerrado como se avizora para el ballottage con Bolsonaro, cada sufragio cuenta y es valiosa, estiman en el comando lulista.
Hay posibilidades de que Thronicke se reúna con los interlocutores de Lula el martes, posiblemente en Brasilia. La línea directa mantenida entre el presidente de Unión Brasil, Luciano Bivar, y el expresidente tendería a facilitar las negociaciones, indicó el diario O Globo.
Conseguir rápidamente dos pronunciamientos oficiales en favor de la candidatura de Lula renovaría el ánimo del partido y la militancia. La decepción entre los petistas se había hecho palpable en la noche del domingo en la Avenida Paulista, el lugar elegido por el expresidente para una fiesta que no fue tal. “Creo que ganará en la segunda vuelta, pero los resultados para el Congreso y las gobernaciones le pondrán muy difícil su gobierno el año que viene”, le dijo a LA NACION Guilherme Silva, un estudiante universitario de 23 años, poco antes de retirarse desilusionado de la concentración frente al Museo de Arte de San Pablo (MASP).
La otra alternativa de búsqueda de apoyo, tanto para Lula como para Bolsonaro, es el candidato que quedó cuarto, Ciro Gomes (PDL, con 3,04%). En su primera declaración tras el recuento, el candidato dijo estar “profundamente preocupado por el país”, pero pidió unas horas antes de tomar posición oficialmente sobre la disputa en segunda vuelta. Parte de la dirigencia del PDL tiende a adherirse al PT, pero Ciro aún se resiste. “Nunca vi una situación tan compleja, tan desafiante”, afirmó.
¿De dónde sumar más votos? Votantes desencantados. El consenso en estas elecciones era que el clima de crispación y polarización podía reducir la abstención. Sin embargo, la tasa fue del 20,95%, superior a la registrada cuatro años atrás (20,3%). De acuerdo con el Tribunal Superior Electoral (TSE), 32.765.540 de electores habilitados no se presentaron a las urnas el domingo, y su postura para el ballottage podría ser clave.
Plan económico
Por otra parte, los analistas también ponen el foco en que Lula renegó en la campaña a dar detalles sobre cómo sería su plan económico. La ambigüedad del candidato del PT, que tuvo reuniones con líderes empresariales, generó malestar en los círculos económicos, que ahora seguramente presionarán para que haya definiciones sobre la responsabilidad fiscal, reforma tributaria y cómo se solventaría un aumento de los planes sociales para combatir la pobreza extrema y el hambre en Brasil, algunos de los desafíos más urgentes para quien resulte ganador.
“Lo que hizo hasta ahora tal vez sea suficiente para ganar la presidencia, pero es un camino muy arriesgado. Lula tendrá que ser más explícito con lo que hará con la economía, revelar su plan, porque la ventaja con Bolsonaro quedó muy estrecha”, estimó Praça, que además calificó como trascendental que el expresidente revele quién sería su ministro de Economía en un eventual gobierno desde el 1° de enero.
Antes de la primera vuelta, Lula ni siquiera quería discutir sugerencias, incluso para disuadir egos y el riesgo de disputas internas tempranas en su coalición. El plan era que la definición de los principales ministerios, incluido el de Economía, quedaría para después de la segunda vuelta, cuando se definieran las presidenciales y los gobiernos estaduales. Ahora, tras el resultado del domingo y la reevaluación de la estrategia de campaña algunos nombramientos podrían adelantarse.
“Pienso que, en caso de ganar Lula, le será difícil replicar las recetas económicas que adoptó en 2003 [cuando empezó su primer mandato]. Él tendrá que llevar a cabo un plan de otra índole porque las condiciones globales cambiaron, pero aún no se sabe exactamente cómo lo haría”, dijo a LA NACION Andre Perfeito, economista jefe de la consultora Necton.
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