“Nadie más los tiene”: cuáles son los misiles hipersónicos rusos, las armas de Putin para intimidar a Occidente
Las fuerzas rusas desarrollaron varios modelos de misiles casi imposibles de interceptar por los sistemas de defensa antiaéreos
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MOSCÚ.- La carrera armamentista nunca terminó del todo entre Rusia y Estados Unidos. A tres décadas del fin de la Guerra Fría, la carrera se activa y reactiva según la ocasión. Prueba de ello son los misiles hipersónicos, materia en la que los rusos están “un paso por delante”, según coinciden los expertos occidentales en armamento y estrategia.
Con modelos como Avangard, el Kinjal y ahora el Zircon, Rusia estaría buscando una manera eficaz de influir en las negociaciones sobre el control de armamento.
El Zircon, capaz de volar hasta Mach 9 y con un alcance teórico de 1000 km, superó esta semana una nueva prueba que lo acerca a su puesta en servicio en la marina rusa, donde equipará fragatas y más adelante submarinos nucleares.
Este misil hipersónico es una de las armas “invencibles” que anunció por todo lo alto Vladimir Putin en 2018, junto con una advertencia a los países occidentales: “¡Escúchennos ya!”
Dos ya están en servicio: el misil Kinjal, que equipa a la Fuerzas Aérea, y sobre todo el “arma absoluta” del presidente ruso, el planeador hipersónico Avangard. Puede llevar una ojiva nuclear, vuela hasta 33.000 km/h y cambia su rumbo y altitud de forma imprevisible, lo que hace casi imposible interceptarlo.
Según el analista independiente Alexander Golts, estas armas supersofisticadas pretenden “intimidar a Occidente”, aunque el presidente ruso dijo en repetidas ocasiones que su desarrollo era más bien una respuesta al escudo antimisiles estadounidense.
“Nadie más las tiene”
En Washington y en la OTAN, la prueba del lunes no pasó desapercibida. “Los nuevos misiles hipersónicos de Rusia son potencialmente desestabilizadores y plantean riesgos significativos” porque pueden llevar ojivas nucleares, dijo el vocero del Pentágono, John Kirby.
Un funcionario de la OTAN declaró a su vez que los misiles “crean un mayor riesgo de escalada y error de cálculo” y afirmó que la Alianza Atlántica “no repetirá lo que está haciendo Rusia”.
Cuando se trata de armas hipersónicas, la ventaja tecnológica rusa es innegable. “Nadie más que Rusia las tiene, pero todo el mundo las quiere”, dijo Golts. China presentó su primer misil hipersónico en octubre de 2019 y Washington reactivó varios programas inactivos. Francia también entró en la carrera.
“Los rusos son muy conscientes de que su ventaja es temporal”, dijo Igor Delanoe, subdirector del Observatorio Franco-Ruso y especialista en temas de defensa. “Los estadounidenses recuperarán su retraso en unos meses, un año y medio o dos años como máximo”, afirmó.
Más que por su velocidad, que en última instancia no es mayor que la de un misil balístico intercontinental, las armas hipersónicas son temibles por su capacidad de cambiar de dirección y no seguir una trayectoria predecible, lo que deja obsoletas las defensas antimisiles.
En los últimos años, varios funcionarios estadounidenses expresaron su preocupación por el peligro que suponen estas armas para los portaaviones, muy vulnerables. Sin embargo, varios analistas creen que los misiles hipersónicos no ofrecen nada verdaderamente revolucionario.
“El Avangard es un logro científico notable, pero desde el punto de vista militar no hay absolutamente ninguna diferencia con una cabeza nuclear ordinaria”, dijo Golts. En su opinión, Moscú ya dispone de un arma invencible: “su arsenal nuclear, casi la mitad de la capacidad mundial”.
¿Y entonces por qué gastar miles de millones en esos misiles? “La idea no es necesariamente utilizar estas armas, sino mostrar que cualquier arma que alguien desarrolle, la vas a tener primero. Así siempre vas a estar en primera línea”, dijo Cameron Tracy, del Centro de Seguridad y Cooperación Internacional de Stanford.
Rusia podría aprovechar su ventaja para hacer que Estados Unidos vuelva a la mesa de negociaciones del control de armamento. “Es una estrategia habitual desarrollar nuevos sistemas de armas no con la idea de desplegarlos, sino como medio de negociación”, señaló Tracy.
A mediados de junio, el encuentro entre Putin y su par estadounidense Joe Biden se saldó con un breve texto sobre el establecimiento de un “diálogo de estabilidad estratégica”, una ruptura tras los años de Donald Trump marcados por el abandono del tratado ruso-estadounidense sobre misiles de alcance intermedio.
A la espera de que este diálogo fructifique, o no, “estamos asistiendo ciertamente a la fase de apertura de una carrera armamentística”, afirmó Hans Kristensen, experto en armas nucleares de la Federación de Científicos de Estados Unidos.
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