Pablo Iglesias: "El peronismo nos resulta extraterrestre en Europa"
El líder del ascendente partido Podemos consideró que la Argentina "es un país de enorme intensidad política", elogió a Felipe VI y anticipó que "será un año duro" por las elecciones de gobierno
MADRID.- El celular de Pablo Iglesias no para de hacer ruidos. Es un iPhone blanco protegido por una declaración de principios: una funda con el logo de Syriza, el partido griego que desde su ascenso al gobierno desafía el orden económico europeo.
A la cabeza de Podemos, Iglesias desató un terremoto en España. Lidera las encuestas para las elecciones presidenciales de este año y mira la batalla griega contra las políticas de austeridad como anticipo de lo que podría tocarle si llegara a la Moncloa.
El chico terrible de la política española -36 años, pelo recogido en una colita, tuitero estelar, discurso irreverente- se reunió ayer con corresponsales de medios extranjeros, entre ellos de LA NACION. Se explayó largamente sobre Grecia. Dijo, por ejemplo, que el premier Alexis Tsipras "le está dando una lección de sentido común y sensatez" a la Unión Europea (UE). Y habló también de la Argentina, un país del que leyó muchísimo -es un estudioso del filósofo del populismo Ernesto Laclau-, pero que sólo pisó para tomarse un ferry a Montevideo.
"Entiendo que la Argentina es un país de una enorme intensidad política, donde la gente habla de política por todas partes -afirmó-. Tiene unas especificidades que para los que estamos acostumbrados a los fenómenos europeos son algo tremendamente extraño. Muchas veces un fenómeno como el peronismo nos resulta extraterrestre en Europa."
Vinculado en sus orígenes con el chavismo y la izquierda latinoamericana, Iglesias camina ahora con cautela al hablar de esas fuentes de inspiración. Ayer evitó precisar su opinión sobre el kirchnerismo, al que elogió más de una vez cuando era un ignoto comentarista de televisión comunitaria.
"Tengo simpatía por los gobiernos que contribuyen a redistribuir la riqueza. Habrá seguramente otras cosas que no me convenzan. Me gustaría conocer al país más de cerca para tener una opinión más formada, consciente de que las diferencias con Europa son enormes", dijo ayer, en el tono suave que sólo abandona en los actos masivos que le toca encabezar.
Suele aludir a esa imposibilidad de comparar los fenómenos políticos latinoamericanos con los europeos cuando le preguntan sobre la Venezuela chavista, a la que antes de su salto a la política grande presentaba como un modelo para imitar.
Aquella cercanía le dejó uno de los escándalos que más le cuesta digerir a su partido. Se trata de la difusión de que Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos y ex asesor de Hugo Chávez, cobró casi 500.000 euros de Caracas poco antes del nacimiento del partido.
Iglesias defendió sin fisuras a su compañero de ruta. "Juan Carlos ha sido muy claro. Ganó ese dinero por su trabajo, pagó sus impuestos y no cometió ningún delito."
En su visión, las denuncias contra Monedero son parte de un ataque sistemático del gobierno de Mariano Rajoy para perjudicar a quienes ya distingue como sus mayores rivales electorales. "Será un año duro", pronosticó. Lo ligó a la lucha de los griegos: "Representamos a los ciudadanos europeos que les están dando la espalda a las políticas de austeridad, que benefician a los más ricos y destruyen los valores fundacionales de Europa".
Pese a su idilio con Tsipras, buscó despegar su suerte electoral de la resolución de la crisis griega. Numerosos analistas indican que un fracaso de Atenas en la negociación de su deuda podría desinflar a Podemos. "Le deseo lo mejor a Alexis. Pero lo que pase en Grecia no va a cambiar a España. Somos la cuarta economía de la eurozona. Tenemos unos problemas y una posición negociadora muy distintos."
Republicano militante, Iglesias sorprendió con una respuesta sobre la monarquía. Opinó que no es "prioritario" plantear ahora un referéndum sobre la corona. Reconoció la "enorme popularidad" de Felipe VI: "Podría ganar unas elecciones a jefe del Estado si se presentara". Se lo quiere comentar en persona. Le pidió audiencia, pero aún no logró hablar con él. "A lo mejor está de acuerdo", agregó, con una sonrisa pícara.
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