Sin un ganador de las elecciones, estos son los cuatro escenarios para Italia
Las elecciones Parlamentarias de hoy en Italia dejaron un escenario sin ganador, ya que ningún partido alcanzó el 40% de los votos necesarios para poder formar gobierno. De cara al futuro, estas son las hipótesis que se barajan:
1. Un gran acuerdo entre Berlusconi y el PD
Un gran acuerdo entre la centroizquierda y Forza Italia. Es una de las hipótesis que se baraja. Se trata de un acuerdo entre Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi , pero ya despojado de sus aliados más extremistas y antieuropeístas (la xenófoba Liga Norte de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni) y la coalición de centroizquierda liderada por el Partido Democrático (PD), en el gobierno. Sería una solución ya estrenada al principio de la última legislatura, en 2013.
Aunque los unos y los otros durante la campaña se la pasaron diciendo que jamás harían un acuerdo con el adversario, también es verdad que las dos agrupaciones siempre se han presentado como moderadas y responsables. En caso de una situación de punto muerto, podrían decir que se juntan por el bien del país. Como es sabido, Berlusconi, de 81 años, está inhabilitado debido a una condena por fraude fiscal. Pero jamás permitiría que fuera jefe de gobierno de el ex premier, Matteo Renzi, secretario general del PD, de quien se distanció cuando fue electo presidente Sergio Mattarella. Sí le daría el visto bueno a su sucesor y premier actual, saliente, Paolo Gentiloni, uno de los políticos más populares de la península, según las encuestas.
2. Un gobierno "soberanista" Liga Norte-Movimiento Cinco Estrellas (M5E)
Es una hipótesis remota, pero no imposible. Y la más temida, sobre todo en los pasillos de Bruselas y que el diario italiano Il Foglio definió incluso "el monstruo": un gobierno formado por el Movimiento Cinco Estrellas, el partido anti-casta creado por el cómico genovés, Beppe Grillo, que se ha convertido en el más votado de Italia y cuyo candidato a primer ministro es el joven Luigi Di Maio (31 años), junto a la xenófoba Liga Norte de Matteo Salvini (44). Las dos agrupaciones, nacionalistas y populistas, y por lo tanto "soberanistas" (Italia primero) tienen en común un discurso "anti casta" y anti-partidos tradicionales. Y posiciones muy duras en contra de la Unión Europea (UE), aunque en la campaña electoral suavizaron sus discursos y ya no utilizaron el caballito de batalla de la salida de Italia del euro. También convergen con sus críticas a la política migratoria de la centroizquierda y coinciden en que es necesario abrogar leyes que hacen a la política económica puesta a punto en los últimos años. Quienes creen que es posible este ejecutivo recuerdan que a mediados del 2016, cuando se celebraron ballottages para la alcaldía de Roma y de Turín, Salvini apoyó públicamente al M5E.
3.Todos contra la centroderecha
Todos contra la centroderecha: PD-M5E-LEU. El factor aglutinante de este acuerdo sería el anti-berlusconismo, es decir, el rechazo a Silvio Berlusconi, el magnate que fue tres veces primer ministro de Italia, el único que logró completar una legislatura y dominó el escenario político de los últimos veinte años, para muchos llevando a Italia a la deriva. En este escenario se unirían la coalición de centroizquierda liderada por el Partido Democrático, el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el partido más importante del país y la izquierda de Libre e Iguales (LEU por sus siglas en italiano), agrupación nacida de la escisión sufrida en el seno del PD, liderado por el actual presidente del Senado, Pietro Grasso. Como anticipó durante la campaña, esta vez el M5E, liderado por Luigi Di Maio, no quiere quedar fuera del juego político y, con tal de llegar al gobierno, está dispuesto a negociar con los demás partidos. En LEU se encuentra el ex ministro y candidato a jefe de gobierno del PD en 2013, Pier Luigi Bersani, que hace cinco años, si los "grillini" hubieran aceptado hacer arreglos, hubiera podido formar gobierno. Se trata de una "triangulación" difícil, pero no imposible, según escribió el diario La Stampa.
4. Un "gobierno del presidente"
Un Gobierno con un sólo fin o propósito: cambiar la ley electoral para luego volver a votar. En italiano se llama la hipótesis del gobierno de "scopo", palabra que se traduce como "fin" o "propósito; algunos también llaman esta solución como un "gobierno del presidente", en alusión al primer mandatario, Sergio Mattarella, que en todos los casos se convertirá en el árbitro de la situación. Durante la campaña electoral tanto el ex premier, Matteo Renzi, como su colega, Silvio Berlusconi, barajaron esta posibilidad si nadie ganaba con los votos necesarios como para formar gobierno. Sería un gobierno puesto en pie con muy pocos objetivos claros y un amplio apoyo en el Parlamento, que le permitiría a Italia seguir siendo gobernada, aprobando a tiempo su presupuesto, por ejemplo, mientras la Cámara de Diputados y el Senado trabajarían para poner a punto una reforma del sistema electoral capaz de garantizar una mayoría clara. Ni bien aprobada esa nueva ley electoral (un milagro), Mattarella disolvería el Parlamento y llamaría a nuevas elecciones. El sistema electoral vigente, llamado el "Rosatellum bis" –que mezcló sistema proporcional y mayoritario-, fue diseñado para que no ganara el M5E. Pero llevó, por enésima vez, a Italia al pantano.
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