Tiroteo en una iglesia en Texas: Donald Trump buscó desligar a las armas de la masacre

WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos , Donald Trump , intentó desligar a las armas de fuego de la masacre ocurrida ayer en una iglesia en Texas al afirmar desde Japón que el problema era la salud mental del atacante.

"Creo que la salud mental es el problema aquí. Sobre la base de informes preliminares, [es] un individuo muy trastornado, con muchos problemas durante un largo período de tiempo. Pero esta no es una situación de armas de fuego", dijo el presidente desde Tokio acerca de la matanza ocurrida en Texas.

Ayer, unos minutos antes del mediodía, un hombre que fue identificado por las autoridades como David Patrick Kelley mató a 26 personas de entre 5 y 72 años años de edad en una iglesia bautista en Sutherlands Springs, una localidad de unos 400 habitantes de Texas. A pesar de tener antecedentes penales, Kelley poseía un rifle semiautomático que utilizó para la matanza.

La reacción de la Casa Blanca fue similar a la del tiroteo ocurrido en Las Vegas hace poco más de un mes, y antagónica con la respuesta al ataque terrorista de la semana última en Nueva York donde cinco argentinos perdieron la vida. Inmediatamente, Trump ordenó atenazar los controles migratorios.

"Estados Unidos implementará inmediatamente procedimientos de monitoreo extremo mucho más estrictos", afirmó el mandatario en Twitter.

Trump por ahora no ha llamado al ataque en Texas un acto terrorista. Ayer, la Casa Blanca dijo que se trataba de un "ataque asesino" y un "horrible acto de maldad".

"Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas y las familias del ataque asesino de hoy en Sutherland Springs, Texas", dijo Trump, en un comunicado difundido por la Casa Blanca. "Este horrible acto de maldad ocurrió cuando las víctimas y sus familias estaban en su lugar de adoración sagrada. No podemos poner en palabras el dolor y el dolor que todos sentimos, y no podemos comenzar a imaginar el sufrimiento de aquellos que perdieron a los que amaron. Nuestros corazones están rotos", agregó el mandatario.