Un escándalo de donaciones acosa a Gore
En problemas: el vicepresidente y candidato demócrata habría recibido contribuciones ilegales para su campaña a la Casa Blanca.
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WASHINGTON.- El vicepresidente y candidato del Partido Demócrata a la Casa Blanca, Al Gore, intentó ayer contrarrestar las acusaciones de recaudación ilegal de fondos, mientras recorre el país para revitalizar su campaña con vistas a las elecciones presidenciales del 7 de noviembre.
Luego de recoger anteayer en California unos 2 millones de dólares en San Francisco y en la rica zona de Silicon Valley, Gore viajó a Miami, Florida, pero su discurso basado en el vigor de la economía de los Estados Unidos está siendo opacado por informes que indican que un fiscal del Departamento de Justicia pidió investigar su participación en supuestas contribuciones ilegales.
Según el senador republicano Arlen Specter, la recomendación fue hecha por el fiscal del Departamento de Justicia Robert Conrad, integrante de un cuerpo federal que investiga casos de recolección de fondos de campaña realizados en 1996.
La investigación está centrada una visita de Gore a un templo budista cercano a Los Angeles, donde miembros del grupo de finanzas del Partido Demócrata recogieron decenas de miles de dólares en contribuciones supuestamente ilegales.
Los abogados también echaron el ojo a varias "reuniones de café" realizadas en la Casa Blanca que, según algunas fuentes, fueron ilegalmente utilizadas por el presidente Bill Clinton para reunir dinero para el Partido Demócrata en las elecciones de 1996.
Para terminar con las controversias, Gore dio a conocer el texto del testimonio que brindó el 18 de abril ante Conrad y en el cual negó con vehemencia haber tenido conocimiento de que, en su visita al templo budista, se habían recogido contribuciones.
"No vi dinero ni cheques cambiar de mano. Nunca escuché hablar de eso ni creo que haya ocurrido", dijo Gore en su declaración.
En esa audiencia se le recordó sin embargo a Gore una entrevista con la cadena NBC de TV difundida el 14 de enero de 1997, en la que el vicepresidente afirmó: "Sabía (que la visita al templo) era un hecho político y que estaría presente gente de las finanzas".
"No sé"
Gore también respondió "No sé", al preguntársele cuántas "reuniones de café" se realizaron en 1996 en la Casa Blanca con potenciales contribuyentes del Partido Demócrata.
La legislación estadounidense prohíbe el uso de propiedades federales como la Casa Blanca para recoger fondos políticos y los detractores de Gore sostienen que esas reuniones fueron ilegales.
Gore negó que esos encuentros hubieran sido hechos para recoger fondos y los describió como una oportunidad del presidente de "pasar un rato con gente influyente... a la que más tarde posiblemente se le podría pedir apoyo financiero" para el Partido.
No obstante, Gore tomó distancia de ese tipo de reuniones: "Eso era más o menos lo que ocurría en su lado de la Casa Blanca (el de Clinton) y yo no soy la mejor fuente de información".
Anteayer, la fiscal general (secretaria de Justicia), Janet Reno, resistió las presiones para convocar inmediatamente a un fiscal especial para que investigue a Gore.
Reno dijo que su meta era "conducir una investigación del modo correcto, no basada en los titulares de los diarios, ni bajo la presión de gente que puede tener diferentes visiones".



