
Un hallazgo sustenta la existencia del rey Arturo
De mito a realidad: los arqueólogos consideran que una piedra escrita del siglo VI, desenterrada en un castillo en el sudoeste de Inglaterra, es la prueba más firme para confirmar la veracidad de la leyenda.
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LONDRES.- La leyenda del rey Arturo parece confirmarse cada vez más después de que un grupo de arqueólogos anunció ayer el hallazgo en las ruinas del castillo inglés de Tintagel de una piedra que lleva una inscripción similar al nombre del mítico monarca del siglo VI.
Una piedra con una inscripción de esa época que podría ser el nombre Arturo, ha sido desenterrada en el castillo de Tintagel, escenario del mitológico nacimiento del rey legendario de la Tabla Redonda, informó ayer la revista English Heritage, órgano de una institución dedicada a conservar edificios de enorme valor histórico.
El descubrimiento se considera sensacional, porque establece posiblemente otro vínculo entre Arturo y Tintagel, castillo en ruinas existente en la costa norte de Cornualles ( sudoeste de Inglaterra) vinculada con la península solamente por un puente angosto y resbaladizo.
Los visitantes deben recorrer además un largo camino para llegar allí.
La piedra, de unos 35 x 20 centímetros, tiene inscripto el nombre Artognov (el nombre Arthnou en latín), y fue hallada el 4 de julio, cuando los arqueólogos visitaban sitios excavados desde 1930, informó Kevin Brady, de la Universidad de Glasgow, Escocia, quien realizó la excavación por cuenta de English Heritage.
Nueva dimensión
"Si bien no hay evidencias que la vinculen directamente con el héroe legendario, sí prueba que el nombre Arturo existía en la época en que se dice que vivió el rey Arturo", dijo Geoffrey Wainwright, arqueólogo en jefe del English Heritage. "Este descubrimiento aporta una nueva dimensión a la posibilidad de que hubiera realmente un Arturo sobre el que se basó la figura mítica", señaló otro vocero de la institución.
La piedra fue encontrada por arqueólogos que trabajaban en un lugar correspondiente a un desaguadero del siglo VI.
La excavación también evidencia que los romanos dejaron en las islas británicas en el 410 una suerte de asiento -si no real, por lo menos de un funcionario de alta jerarquía- en Tintagel, y que los residentes allí continuaron manteniendo contacto con el Imperio Romano después que sus legiones hubieran abandonado las islas.
En el lugar se encontraron además 12 fragmentos de un jarrón de vidrio similares a otros encontrados en el sur de España, lo que sería una prueba directa del vínculo comercial entre ese país y el sudoeste de Inglaterra en esa época.
La existencia de Arturo nunca fue probada de manera formal, y los arqueólogos confían en que la piedra servirá para llenar muchos de los vacíos existentes en la historia de Tintagel.
La leyenda
Los historiadores consideran que pudo existir alrededor del siglo VI un jefe llamado Arturo, que aprendió el arte de la guerra de los romanos y habría conducido con éxito a los ejércitos de los diferentes reyes de la época contra los invasores sajones.
Fue un autor del país de Gales, Geoffrey de Monmouth, en 1139, quien vinculó por primera vez a Arturo con el castillo de Tintagel.
Según él, Arturo nació después de que su madre fuera seducida por un rey que se convirtió en su esposo por la influencia del mago Merlín.
De tal manera nacieron las legendarias epopeyas de los "caballeros de la Mesa Redonda", con su míticos personajes Lancelot del Lago, enamorado de Ginebra, la esposa del Rey Arturo o la espada Excalibur de Arturo.
Sin embargo, la actual popularidad sobre los vínculos entre el rey Arturo y el lugar de Tintagel se deben posiblemente a los relatos del autor Alfred Lord Tennyson en el siglo XIX.
La versión de Tennyson es que el pequeño Arturo fue encontrado por Merlín en Tintagel, adonde llegó impulsado por las olas del mar.
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